¿Cómo se hizo Tully de Jason Reitman?

Marlo (Charlize Theron), madre de tres hijos, el último un recién nacido, recibe un inesperado regalo de parte de su hermano (Mark Duplass): una niñera para las noches. Al principio le parece una extravagancia, pero Marlo acaba teniendo una relación única con Tully (Mackenzie Davis), una joven niñera amable, sorprendente y, en ocasiones, difícil.

La semilla

La idea de TULLY surgió en 2015, poco después de que Diablo Cody diera a luz a su tercer hijo. Ya tenía dos niños pequeños que requerían mucho tiempo y energía, por lo que la llegada de un bebé era un reto que suponía aún más trabajo y más falta de sueño. No dudó en contratar a una niñera nocturna que llegaba cada día a las diez de la noche y cuidaba del bebé hasta primera hora del día siguiente.

La demanda de niñeras nocturnas ha ido creciendo en los últimos diez años, sobre todo entre las mujeres de grandes ciudades con puestos de responsabilidad. Sin embargo, Diablo Cody no sabía que existían hasta que, debido al éxito de Juno, se trasladó a Los Ángeles para trabajar en el negocio del cine. “Crecí en Illinois, no tenía ni idea de que hubiera niñeras nocturnas. Me pareció una idea extraña y brillante a la vez”, reconoce, y sigue diciendo: “Me resistí a contratar a una para mi hijo mayor, y seguí empecinada en hacerlo todo sola con el segundo. Cuando llegó el tercero, me tragué el orgullo. La niñera nocturna me ayudó a cuidar al bebé para que estuviera descansada por la mañana y pudiera ocuparme de los dos primeros. Fue una revelación. Incluso con ayuda, una acaba cansada. Casi no podía creer lo enamorada que acabé de mi niñera nocturna, fue una auténtica salvación para mí”.

Esa experiencia le dio la idea para una película sobre una madre agotada y una joven niñera que le ayuda y le devuelve la estabilidad. Quería contar la historia de una mujer totalmente abrumada por la tarea de ser madre después de dar a luz a su tercer hijo; de una mujer que quiere a sus hijos, pero que empieza a ver que el papel de madre puede con ella y la aleja de sí misma. La idea encajaba a la perfección con sus objetivos como guionista: “Mi misión profesional es escribir papeles de mujeres que no he visto en la gran pantalla”, explica. “Nunca había visto una película que tratase la depresión posparto. Me parece que muchas experiencias femeninas no se han representado en el cine, y es lo que me interesa”. Antes de ponerse a trabajar en el guion, le expuso la idea a Jason Reitman, además de pedirle que lo dirigiera. “Jason entiende lo que intento comunicar y es muy respetuoso con las decisiones que tomo cuando escribo un guion. Me deja libertad total como guionista, lo que no es algo habitual”. Jason Reitman reconoce que la idea propuesta por Diablo Cody le enganchó inmediatamente: “Disfruto mucho con el enfoque realista de Diablo hacia las mujeres y con la forma en que nos muestra lo complicadas que son”, dice el director. “Diablo siempre ha retratado a mujeres valientes que no se detienen ante nada, inteligentes, admirables, divertidas y nada perfectas. Creo que por eso mismo, tanto las mujeres como los hombres se identifican con sus personajes”.

Diablo Cody decidió que Marlo, la protagonista, llevaría una vida de lo más normal. Ella y su marido Drew esperan a su tercer hijo. Marlo está más que acostumbrada a hacer malabares como mujer trabajadora y madre de Sarah, de ocho años, y de Jonah, de cinco, que requiere una atención especial. Marlo adora a sus hijos, pero no tenía la intención de tener otro a los cuarenta. No le apetece hablar del tema y no se siente nada cómoda cuando su hermano Craig, quien tiene una condición económica muy superior, le regala una niñera nocturna. Conocemos a Marlo en los últimos días de su embarazo y descubrimos una vida rutinaria que va a verse muy alterada por la llegada del bebé. “Me gustaba la idea de que Marlo se había acostumbrado a una vida bastante cómoda”, dice la guionista. “Trabaja y se ocupa de un hijo que requiere una atención especial, pero tiene todo bajo control. Entonces se queda embarazada inesperadamente”. Lo peor está por llegar. Al escribir las escenas del parto y de los momentos siguientes, Diablo Cody se sirvió de su experiencia para mostrar lo que pasa en la vida real y que se enseña muy poco en las películas. “El parto no tiene nada que ver con la mujer gritando que suele aparecer en la pantalla”, explica. “Estás en un hospital rodeada de máquinas parpadeando y monitorizándote. No te dan el alta hasta que demuestres que eres capaz de hacer pis. Lo hacen por tu bien, es obvio, pero tener que orinar porque alguien te lo ordena es una sensación de lo más extraña para una adulta. Nunca lo he visto en el cine”.

También quería mostrar la otra cara de las estampas convencionales de la madre feliz rodeada de su familia en la habitación del hospital. Cuando su hermano Craig y su mujer van a ver a Marlo, se dan cuenta enseguida de que prefiere estar sola. “Hay momentos en que no quieres recibir visitas”, recuerda Diablo Cody. “La gente espera que la madre esté loca de alegría en cualquier momento; o si no, se la tacha de desagradecida y fría. No entienden que una mujer se enfrenta a un mar de emociones muy complicadas en esos momentos”.

La película muestra con realismo y honradez los lados no tan positivos del embarazo. Marlo no puede impedir los comentarios acerca del niño que lleva dentro, da igual si los hace alguien del colegio, un miembro de la familia o una total desconocida en un café. Dependiendo de con quién se encuentra, Marlo da respuesta mordaz e hilarante del tipo: “No estoy radiante”. O intenta esconder el pánico que siente por dentro diciendo que el niño es “una bendición”.

Cuando regresa del hospital con la pequeña Mia, su vida se limita a ser la madre de sus tres hijos. A las tres semanas, después de dormir muy poco, ver la televisión de madrugada con el bebé, sacarse leche regularmente y cambiar pañales, Marlo pierde los nervios durante una reunión en el colegio y se da cuenta de que necesita ayuda. Decide aceptar la oferta de su hermano y marca el número de la niñera nocturna.

Es entonces cuando entra en escena Tully, una chica alegre y enérgica que se siente totalmente cómoda con los bebés y está dispuesta a compartir los secretos de estos y de su desarrollo. Tiene 26 años, pero aparenta menos, y no es para nada lo que Marlo esperaba. “Al principio, Marlo no se siente cómoda con Tully”, explica la guionista. “No acaba de entender quién es y no le gusta que sea tan joven, pero Tully habla con Marlo de una forma tan extraña como específica, y las dos acaban por conectar”.

Como si de una Mary Poppins moderna se tratara, Tully ayuda a Marlo mucho más de lo que haría una simple niñera. Acaba siendo la amiga que Marlo necesitaba con desesperación. Guía a Marlo para que acabe aceptando la distancia que la separa de la vida que llevaba a la edad de Tully y la vida que lleva ahora. Al entenderlo, Marlo vuelve a encontrarse a sí misma. Diablo Cody mandó la primera versión del guion a Jason Reitman el día de Año Viejo de 2015. “Me enamoré nada más leerlo”, reconoce. “No tardamos ni un año en empezar a rodar”. Hay una especie de sincronía en la historia de Jason Reitman y Diablo Cody. “Hacemos una película juntos más o menos una vez cada cinco años”, dice el realizador. “Es curioso porque tenemos casi la misma edad y nos parecemos bastante. Un poco como si compartiésemos un diario y escribiéramos en él periódicamente. Cada vez que me manda un guion, sé de antemano que no solo reflejará lo que ella siente, lo que le ha ocurrido en esos años y lo que ha aprendido, sino lo que siento, me ha ocurrido y he aprendido, y que soy incapaz de plasmar en una hoja de papel. Le estoy muy agradecido por hacerlo en mi lugar”. Añade que TULLY expresa muchos de los pensamientos y sentimientos que tuvo mientras veía crecer a su hijo. “El guion de Diablo no solo habla de la idea de ser padres, sino también del momento en que se cierra un capítulo y toca despedirse de la juventud”, añade. “Me fascinó ver que mi hijo se convertía en el espejo donde yo miraba mi infancia. Por primera vez veía cómo era de niño. Diablo usa de forma brillante la relación entre Marlo y Tully para que la primera entienda mejor a sus hijos y se vea a sí misma en Tully”.

Durante los meses siguientes, Diablo Cody pulió y retocó el guion, basándose en los comentarios que le hizo Jason Reitman. El realizador estaba convencido de que debía ser una película que describiera con total honradez lo que significa ser madre de un recién nacido y se puso en contacto con un grupo de madres. “Ante todo, quería ser muy respetuoso con lo que significan las noches en vela”, dice. “Mandé un cuestionario a las madres con preguntas muy personales. Me asombró la sinceridad de sus respuestas. No solo me hablaron de la falta de sueño, del cambio fisiológico, sino también del impacto que tuvo el recién llegado en sus otros hijos, su marido, su matrimonio, su vida sexual. Fueron de gran ayuda”.

Una descripción realista de las noches también implicaba reconocer sus lados cómicos. Si se vierte la bolsa con la leche recién sacada del pecho, es terrible, pero también muy gracioso; casi puede compararse a pisar una piel de plátano. Marlo se saca leche mientras ve la televisión de madrugada. La falta de sueño no contribuye a mejorar su coordinación, y en una escena sacada directamente de uno de los cuestionarios, se le cae el móvil encima del bebé mientras busca un número de teléfono.

Al trabajar en las siguientes versiones, Diablo Cody hizo hincapié en temas como la presión a la que están sometidas las madres hoy en día. “A pesar del enorme progreso que las mujeres hemos hecho en cuanto al trabajo, a ganar dinero y a tener la libertad de seguir otros caminos, se sigue pensando que debemos encargarnos de que todo funcione en el hogar. Seguimos siendo las supervisoras de la esfera doméstica. Y esto es muy complicado cuando además se trabaja fuera de casa. Marlo está en un departamento de recursos humanos, no es lo que más le gusta, pero su salario es muy importante para la familia. A pesar de eso, también se supone que debe hacer una tarta para la reunión de padres y alumnos, y si no la hace, no es una buena madre”. Desde luego, no es la vida que Marlo esperaba cuando tenía la edad de Tully, algo que recuerda cada vez que Tully entra por la puerta. “Tully está llena de energía, el mundo la hace feliz. Además, conoce a un montón de gente”, explica Diablo Cody. “Tully llega a la casa de noche y puede comerse todo lo que hay en la nevera, mientras que Marlo está muy preocupada por su aspecto físico”. Marlo no va a volver a los veinte años, debe aceptarlo. “No cabe duda de que es una película acerca de la crisis de los cuarenta”, sigue diciendo la guionista. “Todos conocemos al cuarentón en plena crisis con un descapotable rojo y una novia mucho más joven que él, pero no suelen contarnos lo que sienten las mujeres a esa edad. Es como si perdieran poder porque se hacen mayores y menos atractivas. Vivimos en un mundo en el que se juzga a las mujeres por su apariencia”.

Posiblemente no haya sido intencionado, pero TULLY cierra una trilogía que empezó con Juno y Young Adult. Cada película está protagonizada por una mujer con una personalidad y puntos de vista muy particulares, y que hace lo que quiere con su vida. “Desde el principio, Diablo ha descrito a mujeres protagonistas decididas que no hacen concesiones”, explica Jason Reitman. “Empezando por Juno, pasando por Young Adult, y ahora con TULLY, ha escogido a tres protagonistas de edades diferentes y en diferentes momentos de su vida, pero en cada película explora lo difícil que es encontrar la felicidad”. “Juno, Young Adult y TULLY hablan de la transformación”, explica Diablo Cody. “Juno pasa por una transformación física, un embarazo, y se ve obligada a convertirse en adulta muy pronto. Young Adult cuenta que algunas personas rehúsan envejecer y se agarran desesperadamente al pasado. Y en TULLY, una mujer se da cuenta de que debe responsabilizarse de otros seres humanos a pesar de que sigue estando perdida en lo más profundo de su ser. Habla de cómo se puede reconciliar la persona que eres por dentro con el trabajo que debes hacer”.

Les presentamos a la Familia Tully

Con TULLY, Jason Reitman y Diablo Cody han tenido la ocasión de reunirse con la protagonista de Young Adult, la actriz Charlize Theron. En esa película, la intérprete no tuvo inconveniente en dar vida a la novelista Mavis Gray, una mujer egoísta, inmadura e insensible, y en convertirla en un ser humano que puede llegar a ser desternillante. Durante el rodaje, los tres descubrieron que compartían muchas cosas y se propusieron volver a trabajar juntos.

El personaje de Marlo no tiene nada que ver con Mavis, aunque también es un reto para cualquier actriz. Según Jason Reitman, ver a Charlize Theron delante de la cámara hace que todo encaje: “Cuando veo trabajar a Charlize, tengo la impresión de que la película cobra vida. Y créanme, no es fácil. Diablo no escribe papeles fáciles. Los diálogos son matizados, difíciles, divertidos y poco corrientes, y los personajes están llenos de defectos. Charlize tiene la valentía de encarnar un papel así sin cambiarlo y sin hacer ninguna concesión cara al público. No le importa ser desagradable emocionalmente y nada atractiva si lo requiere el papel. Solo le importa ser real y hará lo necesario para conseguirlo, tanto en los momentos más devastadores como en los más humorísticos”. Diablo Cody añade que las dotes cómicas de Charlize Theron son perfectas para el personaje, que no se corta dando una contestación irónica y es una maestra usando tacos con creatividad. Marlo, entre otras cosas, adora meterse con su hija con chistes de mal gusto. “Lo paso realmente bien escribiendo diálogos cómicos para Charlize”, reconoce Diablo Cody. “Es una maestra del humor negro, interpreta este tipo de diálogo de una forma genial”. La actriz estuvo dispuesta a dar vida a Marlo en cuanto supo de la existencia de TULLY: “Me encontré con Jason no sé dónde y me dijo: ‘Ya tengo un proyecto nuevo para ti’. Y le contesté: ‘Genial, ¿cuándo, dónde firmo?’ Después de Young Adult, queríamos volver a trabajar juntos. Confío plenamente en Jason y en su criterio. Me conoce muy bien; sabe qué tipo de papel me plantea un reto y qué me interesa explorar. Pensé que iba a ser una película muy especial desde el principio”.

Efectivamente, cuando la actriz leyó el guion de TULLY, supo que no se había equivocado. Le pareció magníficamente escrito y muy realista desde el punto de vista de una madre de dos niños pequeños. “Hace veinte años que soy actriz y siempre estoy muy agradecida cuando llega a mis manos un gran guion”, comenta. “Creo que algo salió de lo más profundo de Diablo cuando escribió esta historia. La sacó de un lugar muy privado. Una madre se da cuenta de esas cosas. Pocas veces he leído un guion tan honesto. Nunca había visto ni leído algo así en torno a la maternidad y reconozco que, emocionalmente, no fue fácil para mí”.

Le sorprendió la ausencia total de lugares comunes en el guion y cómo plasma lo difícil que es cuidar de un recién nacido, cómo una madre puede llegar a no poder más y a preguntarse si esto cambiará algún día. “Las circunstancias son diferentes para cada una, pero la lucha que implica tener un bebé es real para todas”, explica Charlize Theron. “Resulta agotador y no es en absoluto lo que esperamos. No se sabe hasta que no se experimenta. Incluso puedes llegar a sentirte en un túnel a oscuras y no ver la luz al final. La película describe con gran honradez las cosas que sienten las madres con recién nacidos, pero de las que nadie habla porque son incómodas. Me gustó mucho. Conecté con Marlo, me enamoré del personaje”. Durante los últimos días del embarazo, Marlo se siente muy incómoda tanto mental como físicamente. “Marlo vive un conflicto interno con el nacimiento de la niña”, dice la actriz. “Las circunstancias actuales de la familia no son las ideales para tener tres niños. Empieza a no querer que llegue el tercero y creo que le aterra darse cuenta de lo que siente. Es una mujer que quiere muchísimo a sus hijos y a su marido. Pero ya no está enamorada de la vida, y la película lo refleja”. Marlo no puede expresar su malestar a nadie, ni siquiera a sí misma. Pero todo empieza a cambiar con la llegada de Tully, a la que da vida Mackenzie Davis. “Tully llega en un momento clave y se hace cargo de un enorme peso sin el menor esfuerzo, aliviando a Marlo”, explica la actriz. “Tully hace que Marlo vuelva a tener fe en alguien, a creer que una persona puede ayudarla. Empiezan a hablar por la noche y a conocerse mejor. Tully se convierte en la confidente y amiga de Marlo en un mundo donde solo se la identifica con un papel, el de madre. El hecho de ser madre y de ocuparse de las necesidades de sus hijos han podido con Marlo como persona, y nadie se ha dado cuenta de lo sola que estaba en su papel”.

Jason Reitman vio a Mackenzie Davis en la película Breathe In, donde la fuerte presencia e inteligencia de la joven actriz le sorprendió. “Recuerdo preguntarme quién era esa actriz”, dice el director. “Mackenzie desprende una energía especial, da igual lo que haga, aunque solo sea una mirada, un gesto de la cara, de la mano. Me pareció una idea maravillosa ponerla frente a Charlize. Y no me equivocaba. La química entre las dos es asombrosa”. Hablando de la joven actriz, Charlize Theron dice: “Hacía mucho que no veía a un personaje como Tully. Mackenzie la encarna maravillosamente. Consigue rodearla de un aura de sabiduría y ser muy ingenua a la vez. Es una contradicción maravillosa que me ayudó a jugar con las reacciones de Marlo. Tiene mucha fuerza interpretativa y se nota cuando se trabaja con ella. Probaba cosas sorprendentes que eran perfectas para su personaje en esta película”. La coprotagonista tampoco se queda corta alabando el trabajo de la oscarizada actriz: “Charlize no tiene miedo, no le asusta probar cosas nuevas y arriesgarse. Su ética profesional es tremenda y sabe exactamente qué necesita su personaje porque consigue ver toda la película, entender todo el recorrido del personaje. Me pareció maravillosa”.

Mackenzie Davis reconoce que le gustó mucho la forma en que TULLY se enfrenta a los temas de la maternidad y de género: “Creo que la película describe correctamente la importancia del trabajo no remunerado que realizan las mujeres día a día. Marlo está casada con un hombre genial, un buen padre, pero ella hace tres o cuatro veces más que él por la familia. Y al hacerlo en su casa y estando de baja por maternidad, el día de trabajo no tiene principio ni fin. Es un círculo, siempre se ocupa de los demás sin que nadie se lo agradezca. Creo que TULLY muestra claramente cómo algo así vacía a una persona espiritual, emocional y físicamente. Nadie piensa que su trabajo es duro, por lo que no tiene la ayuda que necesita”.

El hombre genial es Drew, que intenta hacer lo mejor por su familia. Acaban de ascenderle en el trabajo, lo que viene muy bien para los gastos del recién nacido, pero también debe estar más tiempo en la oficina y viajando. Aunque Drew y Marlo se quieren, las exigencias de la vida diaria les absorben. “Siento mucha simpatía por Drew; creo que Marlo y él están hechos el uno para el otro”, dice Diablo Cody. “El problema es que ahora las circunstancias son tan estresantes que ya no saben cómo conectar. Drew intenta ganar bastante para que su familia esté cómoda y trabaja sin parar. Su forma de relajarse son los videojuegos. Todos necesitamos relajarnos de la forma que sea. Es un buen padre, cariñoso y atento, pero quizá no entienda realmente lo que Marlo está viviendo porque no hay nada comparable a ser madre de un recién nacido”.

Jason Reitman admira a Ron Livingston desde hace tiempo y le invitó a encarnar a Drew. “Creo que Ron Livingston es uno de los grandes actores actuales más infravalorados apreciados”, dice. “Tiene un enorme talento, su interpretación es muy matizada y puede ser hilarante, además de aportar realismo a cada escena en la que aparece. Es increíble lo bien que funcionan Charlize y él describiendo a dos personas que llevan años casadas y con tres hijos”. El actor se sintió atraído por el dilema de Marlo: “¿Qué ocurre cuando se necesita ayuda y esta no llega? Cuidar de otros no quiere decir que no debas cuidarte. Debes ser el primero en ponerte la mascarilla de oxígeno si quieres ser de ayuda para los demás”.

Y eso es exactamente el principio vital de la niñera nocturna que Marlo consigue gracias al regalo de su hermano Craig, al que da vida el actor y cineasta Mark Duplass. Jason Reitman ya había trabajado con Mark Duplass y su hermano Jay como productor de la película Jeff y los suyos en 2011, pero nunca con él como actor. “Hace mucho que tenía ganas de dirigir a Mark”, reconoce el realizador. “Me parece un actor de mucho talento. Ha sido maravilloso verle delante de la cámara y descubrir todo lo que puede hacer, no solo como actor, sino también como escritor en tiempo real. Sabe en todo momento hacia dónde va la escena”.

Craig y Marlo nacieron en una familia humilde y son amigos además de hermanos. Él se ha hecho rico, pero Marlo no ha pasado de pertenecer a la clase media. Craig no entiende que Marlo no acepte una niñera nocturna. “Craig es un hermano un poco incómodo porque le ha ido muy bien en la vida”, dice Mark Duplass. “A pesar de su papel de nuevo rico, quiere mucho a Marlo y tiene buenas intenciones. Reconozco que he conocido a varios Craig que siempre me han dado consejos cuando los he necesitado, y siempre me han parecido demasiado ricos y exitosos para saber de qué va todo esto, aunque en el fondo tenían razón. Craig sabe que Marlo necesita ayuda”.

La ayuda de Tully hace posible que Marlo se reconcilie con su vida de madre. “Tully consigue que Marlo no sienta que está a punto de perder pie y ahogarse”, dice Charlize Theron. “De pronto, Marlo tiene una amiga increíble que le alegra la vida y con la que puede hablar sinceramente. La relación entre las dos ayuda a Marlo a entender en qué punto se encuentra. Por fin puede dejar de añorar el pasado y se da cuenta de que la vida le ha hecho el mayor regalo posible”.

La belleza de la vida de Marlo tiene que ver con su familia. Por muy estresada y agotada que esté, sus hijos son su mundo. Su hija Sarah, de ocho años, es una niña bastante callada con una curiosa tendencia a llevar cintas con orejas en la cabeza. Cuando Lia Frankland se presentó a una prueba para el papel, Jason Reitman supo que era exactamente la niña que buscaba. “Lia es adorable y precoz, se metió de lleno en el personaje”, recuerda. “Hay cosas muy duras en esta película y hacen falta momentos de humor. Lia es espontáneamente divertida, y sus diálogos son geniales para aligerar la historia”.

Asher Miles Fallica debuta en la gran pantalla en el papel de Jonah, un niño con una disfunción neurológica que los médicos no acaban de entender. Jonah es cariñoso e inteligente, pero puede pasar de una crisis de ansiedad a perder los estribos en cuestión de segundos. Jason Reitman reconoce que se quedó asombrado con la forma de actuar de Asher, que solo contaba con cinco años durante el rodaje. “Su profundidad emocional no es algo habitual en un niño tan pequeño”, dice. “Su padre y su madre son profesores de interpretación. Le explicaban lo que pasaba a un nivel emocional en cada escena y lo vivía. Sus apariciones con Charlize son tremendamente realistas. No puedo decir que interpretaban; más bien se trata de dos personas que saben qué sentir en un momento dado”.

Charlize Theron se alegró de ser parte de una película que ofrece un retrato de la maternidad totalmente diferente de lo que se ha visto hasta ahora y con el que podemos identificarnos mejor; una comedia entretenida y de una candidez revitalizante. “Adoro esta película”, dice la actriz. “Una historia tan especial, sobre todo tratando un tema que vemos mucho en cine, no surge muy a menudo. Nos hemos acostumbrado a las películas que hablan de la maternidad y acabamos por creer lo que nos dicen. Pero TULLY les da mil vueltas. Con un humor inteligente y con mucha empatía, disfrutamos viendo verdades brutales de la maternidad y de lo que significa ser madre y padre”.

 

** ALERTA DE SPOILER ***: NO SIGAN LEYENDO A MENOS DE QUE HAYAN VISTO TODA LA PELÍCULA

 

La revelación

El concepto de doble identidad en TULLY nació de la sensación de agotamiento que Diablo Cody vivió después del nacimiento de su tercer hijo. “Me debatía entre ser una buena madre para mis dos hijos mayores y ocuparme de un bebé”, recuerda. “Llegó un momento en que pensé que tenía mucha más energía y optimismo cuando era más joven; deseé con todas mis fuerzas que mi yo más joven se manifestara y me echara una mano”. El productor y director Jason Reitman se apuntó al proyecto en cuanto Diablo Cody le contó la idea de la dualidad inherente en Marlo/Tully. “TULLY ofrecía la oportunidad perfecta para hacer dos películas en una”, explica. “Viéndola, uno puede pensar que se trata de una película acerca de una mujer con depresión posparto que intenta ser madre de tres niños; acerca de la tremenda experiencia de esos primeros meses y del alivio que siente cuando alguien va a compartir el peso”. “Sin embargo, al llegar al final, nos damos cuenta de que hemos visto dos películas”, sigue diciendo. “Una debajo de la otra, como esas imágenes ventriculares que basta girar un poco de lado para ver otra imagen escondida debajo. Y esa segunda película habla de cómo despedirse de la juventud. Es lo que ocurre con la paternidad, se cierra un capítulo y se abre otro. Es muy duro. ¿Qué pasaría si el yo que éramos de jóvenes viniera a vernos para decirnos adiós? Los dos hablaríamos, el yo más joven nos perdonaría por habernos convertido en unos aburridos, por dedicarnos a dar seguridad y educación a nuestros hijos. También hemos visto esta segunda película, pero no nos hemos dado cuenta hasta el mismísimo final”.

Para Diablo Cody, la estructura del guion era la oportunidad de jugar con diversas técnicas narrativas y encajar las historias A y B. Hay episodios que nos ayudan a comprender mejor a Marlo y a Tully en la parte A; pero en la B, estos mismos episodios hacen referencia a la verdadera identidad de Tully. “La película está llena de pistas, me divertí mucho sembrándolas”, dice la guionista. “Por ejemplo, Tully hace un comentario sobre la literatura inglesa la primera noche que llega a trabajar. Más tarde descubrimos que Marlo estudió Literatura Inglesa en la universidad. La referencia procedía directamente de los conocimientos de Marlo”.

El agua es un motivo recurrente en la película, empezando por una viñeta surrealista que nos lleva al momento en que Marlo rompe aguas. Las secuencias con agua interrumpen la narrativa natural y lineal, y las olas simbolizan el agotamiento y la dislocación de Marlo después del parto. “Quería comunicar la sensación de que quizá no todo es lo que parece”, explica Diablo Cody. “Y la única sensación que me parece comparable a la falta de sueño es estar debajo del agua. Marlo tiene la impresión de que se está ahogando. Normalmente, la imagen se asocia a la oscuridad, a hundirse en aguas oscuras en total soledad, pero Marlo no está sola, la acompaña Tully, una criatura mítica que ha venido a rescatarla”. En la última imagen debajo del agua vemos a Tully transformada en sirena rescatando a Marlo. “Las sirenas me fascinan, son criaturas con la capacidad de transformarse”, comenta Diablo Cody. “En cierto modo, cuando una cruza el umbral de la maternidad, se convierte en una criatura irreconocible. La transformación puede ser maravillosa, pero también traumática”.

Rodar dos películas en una

El rodaje de TULLY empezó en septiembre de 2016, con 25 días en Vancouver y 3 días en Nueva York, y acabó en noviembre. Para conseguir que funcionase la doble narración, fue necesario un enfoque muy claro en cuanto a lo que el público ve y oye. “Cada departamento debía contar ambas historias a la vez”, explica Jason Reitman. Era un auténtico reto, pero valió la pena”.

En cada una de las escenas en que aparecen Marlo y Tully, tanto el cineasta como su colaborador habitual Eric Steelberg intentaron plasmar la verdadera naturaleza de la identidad de Tully en la forma de rodar y encuadrar las tomas. “Muchas escenas empiezan con Marlo en un decorado y con un lenguaje corporal específico; al final de la toma, Tully usa el mismo lenguaje corporal y Marlo ya no está en el cuadro”, explica el realizador. “En una escena en que Marlo sube detrás de Tully por la escalera, las dos se funden en una sola silueta al pasar por detrás de un panel de vidrio ahumado. Nos esforzamos en recordar constantemente la dualidad del personaje”.

El estilo cinematográfico reproduce mayormente la sutil estética que Jason Reitman y Eric Steelberg ya usaron en sus tres colaboraciones con Diablo Cody, Juno, Young Adult y ahora, TULLY. “Intentamos que sea un enfoque muy humanista”, sigue diciendo Jason Reitman. “Siempre rodamos en decorados reales y no en platós. Usamos colores cálidos y apagados para evitar distraer al espectador. Todo está estudiado para que el público sienta que está dentro de la casa con los personajes”.

Marlo vive en una casa de dos pisos en Vancouver. Por suerte, los dueños de la casa donde se rodó no habían hecho gran cosa para modernizarla y mantenía el aspecto un poco pasado de moda que Jason Reitman buscaba. La diseñadora de producción subrayó aún más esta sensación mediante toques típicos de los años setenta, como paneles de madera en las paredes. Para Jason Reitman, la casa era una parte muy importante de la historia de Marlo. “La casa debía estar bastante desordenada”, explica. “Con reformas que nunca se terminan, juguetes que nunca se guardan. Queríamos agobiar visualmente a Marlo. En cuanto al decorado estilo años setenta, lo utilicé simplemente porque me gusta. Me encanta cómo funciona la calidez de los paneles de madera vistos por la cámara. Siempre me siento en casa… a pesar de no haber crecido en una casa con paneles de madera.”

Pero rodar en una casa de verdad plantea dificultades, sobre todo en una película como TULLY que transcurre casi íntegramente entre cuatro paredes. Es importante que el público entienda la disposición de la casa, así como aportar cierta diversidad en escenas que tienen lugar en la misma habitación. “Si el cuarto es de pequeñas dimensiones, sentar a los personajes alrededor de una mesa y rodarlo cada vez de forma diferente no es nada fácil”, explica Jason Reitman. Para conseguirlo, pidió a los dueños que les permitiera hacer pruebas antes de rodar. “Eric y yo fuimos a la casa con los dobles de luces, guiones, cámaras y objetivos. Probamos las escenas con los dobles para decidir dónde colocar a los actores, la cámara, con qué objetivos rodar. Hago fotos para crear un cuaderno con una imagen de todas las tomas que rodaremos. Se manda una copia del cuaderno a cada departamento para que conozcan el plan general a medida que se acerca la fecha de rodaje”.

La película entra en otro reino con las secuencias bajo el agua, cuando el tiempo se detiene y se visualiza el estado interior de Marlo. Para conseguir el efecto surrealista que buscaba, Jason Reitman recurrió una vez más a Smith & Lee, la empresa de diseño que ha creado los títulos de crédito de todas sus películas. “La belleza de estas secuencias se debe al don de Eric iluminando las escenas y a la habilidad de Smith & Lee para añadir color y crear una atmósfera”, dice el cineasta.

El vestuario

Jason Reitman y la diseñadora Aieisha Li debían resolver varios problemas de vestuario para Marlo y Tully. La ropa de Marlo mientras está embarazada y después del parto tenía que realista y reconocible para las mujeres. “En cine se tiende a mostrar el embarazo como algo radiante y maravilloso, pero queríamos enseñar algo más bien caótico”, dice Jason Reitman. “Después de hablar con muchas madres, se nos ocurrió mostrar que es un momento en que suelen estar frustradas físicamente, molestas, y que solo buscan prendas cómodas”. Pero la diseñadora y el cineasta tuvieron en cuenta que vestían a Charlize Theron. “Jason y yo hablamos de cómo transformar a una mujer preciosa de 1,80 metros en una mujer embarazada a punto de dar a luz a su tercer hijo y que echa de menos la vitalidad de la juventud”, dice Aieisha Li. “Los espectadores debían sentirse, física y espiritualmente, próximos a Marlo. Charlize, una profesional de pies a cabeza, ganó casi veinte kilos para el papel, lo que fue una ayuda enorme para nosotros. Aun así, añadimos peso a la ropa interior para que Charlize tuviera la sensación de embarazo o de lactancia. Eso le permitió incorporar otra capa de lenguaje corporal a su interpretación. Aportó muchísimo al personaje y nos permitió crear imágenes aún más fuertes”.

La diseñadora y su equipo visitaron tiendas de segunda mano y de premamá en busca de prendas que resultasen familiares a las mujeres y madres del mundo entero: pantalones de chándal, pijamas, vaqueros premamá, camisetas anchas, batas, suéteres y vestidos largos y sueltos. “Cualquier cosa para ayudarnos a capturar su rutina diaria estilo zombi en la que han desaparecido sus necesidades personales”, explica Aieisha Li. “Buscamos ropa carente de estructura, usada, que reflejara su agotamiento y ambivalencia. La ropa de Marlo es meramente funcional y suele ponerse lo primero que encuentra. Incluso lleva lo mismo que el día anterior, a pesar de que este manchado con vómito de bebé”. El impacto que Tully le produce a Marlo se ve reflejado en el vestuario. “La ropa de Marlo empieza a tener más estructura a medida que su actitud se hace más positiva”, dice la diseñadora. “Por fin, cuando sale con Tully de noche por Brooklyn, Marlo lleva una chaqueta de cuero, vaqueros y botas Doc Martens como las de Tully”.

El vestuario de Tully era algo más complicado ya que su ropa debía contar las dos historias desde el momento en que llama a la puerta de Marlo. “La parte A habla de cómo se siente Marlo a los 40, cuando cree que su cuerpo la ha abandonado. De pronto aparece Tully, una joven delgada y llena de energía”, explica Jason Reitman. “En la parte B, Marlo recibe la visita de una versión más joven de sí misma. Tully no es realmente el reflejo absoluto de lo que era Marlo de joven, sino más bien una mezcla entre la apariencia física y la forma de comportarse. Su vestuario refleja las películas que le gustaban y las mujeres que admiraba cuando estudiaba en el instituto y en la universidad en los noventa”.

Marlo se conforma con la ropa cómoda y anónima de una madre de extrarradios, pero Tully se viste como una joven libre y segura de sí misma, mucho más al estilo del centro que de los extrarradios. “Jason quería que el vestuario de Tully contrastara radicalmente con el de Marlo”, explica la diseñadora. “Empezamos por explorar los iconos de los noventa en el cine, la música, la moda y la televisión. En los noventa, las feministas llevaban ropa provocativa, muy femenina, para dejar patente su libertad. Un ejemplo son los tops cortos de Tully, que no solo hacen referencia al cuerpo de Marlo cuando estaba delgada, sino también al feminismo de la época”.

Por suerte, TULLY coincidió con un resurgimiento de prendas típicas de los noventa, como pantalones anchos de talle alto, petos y los antes mencionados tops, por lo que Tully es perfectamente creíble como una joven en 2018 y como una chica de los noventa. Aieisha Li encontró la mayoría de las prendas en tiendas de ropa de segunda mano, además de contribuir con piezas de su colección privada. También descubrió que Mackenzie Davis estaba más que dispuesta a colaborar y a acompañarla, e incluso a buscar tiendas sola. “Mackenzie se sumergió en el proceso creativo desde que empezamos a estudiar los iconos de los noventa”, recuerda la diseñadora. “Tiene mucha intuición y no solía equivocarse. Cada vez que encontraba algo en una tienda, me mandaba una foto para saber mi opinión. Ha sido fantástico trabajar con ella”.

Jason Reitman también pidió la opinión de una gran amiga suya, Shirley Cook, cofundadora de la marca de lujo Proenza Schouler, de la que fue la primera directora ejecutiva. “Shirley nos dedicó mucho tiempo”, recuerda. “Me llamaba por FaceTime y me sugería cosas tipo: ‘¿Por qué no probáis con un collar cadena de bici para Tully?’ No tenía ni idea de lo que era, pero conseguimos uno”.

Tully llega a casa de Marlo con un impermeable azul marino, un pañuelo alrededor del cuello y un broche con una pluma, un guiño al sombrero con pluma de Mary Poppins. “El guion no dice nada de esto, pero todos pensamos en Tully como una Mary Poppins moderna”, dice el realizador. “La primera vez que vemos a Tully, llama a la puerta y espera. La segunda vez abre la puerta como si tuviera llave, y la tercera entra y sale del cuadro como si fuese de la casa. Su forma de ser tiene magia y no es muy difícil darse cuenta”.

La música

La música de TULLY comunica con empatía y humor las tribulaciones de Marlo a través de una selección bastante ecléctica de canciones y una partitura original de Rob Simonsen. Jason Reitman casi no podía creerse la rapidez con que Rob Simonsen intuyó el espíritu de la película, creando una partitura basada en música de piano que evocaba tanto la ternura como el terror de la maternidad mediante un cambio de mayor a menor. “Rob vino y vio parte de la película, aún no estaba montada. Se fue y compuso una pieza, así, sin más. Me la mandó y la escuché en el coche. No podía parar, la ponía una y otra vez. Era bellísima. Se convirtió en la guía para toda la música de la película. No es muy complicada, no incluye muchos instrumentos, pero es muy tierna, dulce. Sin embargo, basta con añadir algunos graves para que comunique algo totalmente diferente”.

Jason Reitman también obtuvo una respuesta inmediata cuando le propuso a la actriz y cantante Kaitlyn Dever, que en 2014 trabajó en la película del director Hombres, mujeres & niños, que cantara una versión de la canción de la película de James Bond Solo se vive dos veces. Kaitlyn Dever canta con su hermana Mady desde que son niñas y tienen un dúo de guitarra y piano llamado Beulahbelle. “Kaitlyn y Mady la grabaron en un iPhone en el comedor”, recuerda el cineasta. “Volvió a pasarme lo mismo, no podía dejar de escucharla. Cantan maravillosamente juntas. Después grabaron una versión en estudio, pero la del iPhone me gustaba muchísimo y decidí usarla en la película”.

Los derechos de las canciones de las películas de James Bond pertenecen a la familia Broccoli, que no suele conceder permisos para hacer versiones, sobre todo para películas. Por suerte, la productora Barbara Broccoli es una fan de Juno y dio el permiso sin dudarlo en cuanto Jason Reitman le mandó la secuencia con el tema incluido.

Las hermanas Dever también contribuyeron con una canción original, “Let You Go”. Otro tema importante es el melancólico “Blue”, de Jayhawks, que Diablo Cody había especificado en el guion. Se trata de otra pista acerca de la identidad de Tully al oírse muy suavemente en una de las primeras escenas, y de nuevo cuando Marlo y Tully salen de noche por Brooklyn. “Diablo estaba empeñada en esa canción”, dice Jason Reitman. “A los dos nos encanta. Intentamos usarla en Juno y en Young Adult, pero no funcionaba. Para esta película es la perfecta piedra de toque”.

 

Tully

Tully
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Mark Duplass stars as Craig in Jason Reitman's TULLY, a Focus Features release.