El 29 de septiembre de 1981 el actor británico Peter Turner (Jamie Bell) recibe una llamada inesperada: su ex amante, la ganadora del Oscar Gloria Grahame (Annette Bening), ha sufrido un colapso en un hotel de Lancaster. Mientras ella se niega a ser atendida por los médicos, a él no le queda más remedio que ir a buscarla para llevársela a su humilde casa familiar en Liverpool. Allí, mientras cuida de ella, revivirá todo lo que les unió durante años y también lo que les separó.
La pareja se había conocido unos años antes, cuando sus caminos se cruzaron en un hostal de Primrose Hill en el que se alojaban. Turner era un aspirante a actor, y Grahame una estrella en decadencia. Ella había labrado su fama en el sistema de estudios de Hollywood, a menudo haciendo el papel de putilla del gángster, de ramera o, como señala Turner en sus memorias, “la fulana con corazón”, apareciendo en varias películas de cine negro, incluyendo algunas tales como la triste y cautivadoramente romántica En un lugar solitario, con Humphrey Bogart (realizada por su entonces marido, Nicholas Ray), y el clásico de Fritz Lang Los sobornados, junto a Lee Marvin.
Gloria destacó en películas como Encrucijada de odios, por la que fue nominada al premio Óscar, La última coartada y Miedo súbito, mientras que su papel en Cautivos del mal le granjeó la obtención del Óscar a Mejor Actriz Secundaria. Aportó su humor al papel de Ado Annie Carnes, la chica que ‘no podía decir que no’, en la adaptacion cinematográfica del musical de Rodgers y Hammerstein, Oklahoma!, y llenó de vitalidad el papel de la chica elefante en El mayor espectáculo del mundo, de Cecil B. DeMille. También interpretó a Violet en el clásico navideño Qué bello es vivir.
Y, pese a todo, pasó por tiempos difíciles y, ya con más de cincuenta años, acabó trabajando en producciones teatrales de menor escala en el Reino Unido. Era, como afirma su casera en el guión de Las estrellas de cine no mueren en Liverpool, ‘un nombre reconocible en el cine en blanco y negro. Pero no le fue muy bien en el cine en color.’ Cuando Turner la conoció, teniendo él veintitantos, no tenía ni idea de quién era. Y aun así, aquellas dos almas afines entablaron una amistad que más tarde florecería en un romance en toda regla.
Lo siguiente fue mudarse a Nueva York, aunque su relación no duró mucho, colapsada bajo el peso de las inseguridades de la pareja y el hecho de que que a Grahame le diagnosticaran cáncer por segunda vez, algo que siempre le ocultó a Turner. Sólo tras despertar de su desmayo en el Lancaster aquel aciago día de 1981, Turner tuvo noticia de la gravedad de sus problemas de salud. Pese a que su relación había fracasado, su amistad perduraba, y fue a Turner a quien ella acudió en sus momentos de necesidad.
Sobre la producción
En 1986 Turner publicó sus memorias, bajo el título Film Stars Don’t Die in Liverpool, donde relataba su historia de amor y pérdida con la ex estrella de Hollywood. Se trata de una entrañable, conmovedora y mordaz rememoración de esta insólita historia. Y ahora, más de 30 años después, llega a la gran pantalla protagonizada por Annette Bening en el papel de Gloria Grahame, y Jamie Bell como Peter Turner.
Los motores impulsores de la adaptación son los productores Colin Vaines y Barbara Broccoli. Broccoli había albergado durante mucho tiempo la ambición de llevar la historia de Turner y Grahame a la gran pantalla. “Llevo más de 20 años queriendo hacer esta película”, comienza diciendo Broccoli, “Es algo muy valioso para mí. Conocí a Gloria y a Peter cuando estaban juntos”. Broccoli conoció a Turner cuando éste trabajaba en una serie llamada Spearhead, junto a su novio de aquel entonces. “Más tarde coincidí con Gloria en varias ocasiones. Era una actriz extraordinaria y una persona encantadora. Había algo cautivador en ella”. “Obviamente, cuando Gloria murió resultó demoledor y Peter se sintió vacío”, prosigue Broccoli. “Pero luego, después de un cierto tiempo, nos mostró aquel manuscrito y dijo que se lo había enviado a un editor. Se trataba de una autobiografía conmovedora, sencilla y hermosa”.
Fue publicada por Pan Macmillan en el Reino Unido, por Picador en los Estados Unidos, y recibió críticas positivas. “Peter y yo hablamos sobre hacer una adaptación cinematográfica y, aunque nos ha llevado un largo tiempo, finalmente aquí estamos”. “Me pareció una historia realmente fantástica y un libro completamente excepcional”, afirma Vaines. “Nunca había leído algo parecido. Se trataba de una historia de amor verdaderamente insólita entre dos personas procedentes de mundos totalmente distintos, y trataba sobre el prevaleciente poder del amor”.
Vaines también pudo apreciar que el público conectaría estrechamente con el personaje de Peter Turner. “Para la mayoría de las personas él no es más que un tipo común y trata de ganarse la vida. Le va bien, pero le ocurre algo especial y eso puede ocurrirle a la gente de formas muy distintas cuando se enamoran. Y lo que sucedió fue simplemente que conoció a una mujer extraordinaria, que resultó que había sido una gran actriz de Hollywood en las décadas de los cuarenta y cincuenta”
Hace unos ocho años, Vaines releyó el libro de Turner y, según dice, todavía se sentía impresionado por su fuerza. Vio que los derechos le pertenecían a Broccoli y le preguntó a ésta si le gustaría colaborar en el proyecto, en el que estaría incluido un joven guionista llamado Matt Greenhalgh, responsable de los guiones de Control y Nowhere Boy. “Había algo en el modo de escribir de Matt que me llamó la atención”, añade Vaines, “y pensé que tenía exactamente las cualidades necesarias para dar con la historia de Peter. Supe que entendería ambos aspectos de él – el mundo del chico de clase trabajdora e igualmente el mundo del que ella procedía. Así que le pregunté a Barbara si le interesaba trabajar juntos en esto, y sugerí que Matt fuera el guionista”.
A Broccoli le encantó la idea. Según ella, Greenhalgh hizo un gran trabajo con el guión y tanto a ella como a Vaines les pareció perfecto que Paul McGuigan quisiera dirigirla. Como explica Vaines, “tanto Barbara como yo creíamos que Paul aporta esa gran calidad visual en la dirección pero además tiene esa gran conexión con los actores, y captó muy bien el guión”. Broccoli coincide. “Llevaba muchos años queriendo trabajar con Paul y conseguir que se uniera al proyecto tuvo un efecto catalizador para que la película saliera adelante”.
Haciendo cine con estrellas de cine…
Para el director Paul McGuigan el atractivo de hacer Las estrellas de cine no mueren en Liverpool residía en la propia Grahame, y en el hecho de que esta fascinante parte de su vida fuera contada a través de la singular experiencia de Peter. “Habiéndome dedicado al cine durante tantos años he visto muchas de las películas de Gloria Grahame”, afirma. “Tuvo una vida increíble, controvertida en cierto modo también, pero Peter no sabía nada sobre ella; eran tiempos anteriores a Internet”. “También me gustaba el impecable dispositivo narrativo de que un hombre joven se enamorara de ella. Y así el público logra conocerla a través de los ojos de él”, añade. “Aquello me pareció muy bonito, y además se trataba de un gran libro. Luego el guión de Matt sintetizó aún más esta historia; es un guión muy bien condensado”. A Matt Greenhalgh el libro de Turner le pilló por sorpresa, dice. “No me esperaba esta historia para nada”, dice. “Y aun así pude ver inmediatamente el potencial que había en ella. Una historia como ésta necesita tener un cierto nivel de profundidad para enganchar al público, puesto que no puedes simplemente basarte en la fama de Gloria y sacarle partido. Ella ya no es tan famosa. No es como si se tratara de Marilyn Monroe. Es una prueba de que cuando lees el libro tienes la sensación de que debería ser una película”.
McGuigan dio respuesta inmediata al guión de Greenhalgh, y visualizó de forma clara y singular cómo quería relatar esta historia concreta. “No quería contar la historía de su vida ocurrida hasta el momento en que Peter descubre realmente su vida”, dice. “No quería hacer flashbacks de su vida o de sus películas”.
En su lugar, McGuigan optó por rendir homenaje a algunas de sus obras más conocidas, especialmente las de cine negro. “Deseaba que muchas de las escenas tuvieran un aspecto bastante teatral, situando muchas de ellas en el estudio”. De ahí que haya varias transiciones interesantes entre escenas distintas. “Hicimos muchas transiciones en las que el decorado daba la vuelta y pasabas a estar en otro decorado”, explica el director. “Un personaje atraviesa una puerta en un decorado y acaba en Los Ángeles, o atraviesan una puerta y pasan a estar en la playa”.
Además de eso, incluyó guiños a la filmografía de Grahame usando la retroproyección, una técnica habitual en muchas de sus películas de cine negro. Un ejemplo destacado aparece en una escena de playa con Grahame y Turner en Malibú, que homenajea concretamente un momento clásico con Grahame y Bogart de En un lugar solitario. “Nos fijamos en muchas de las películas que hizo e hicimos referencia a varias escenas de ellas, como la escena de la playa”, dice McGuigan. “Quería imitar la retroproyección del mismo modo en que lo hacían en las películas. Quería provocar la misma sensación”. “Todo se hace a través de la cámara. Normalmente, usarías un croma verde para una escena así, y después la rellenarías, o irías a la propia playa. Pero me gustó la idea de tener esa sensación de realidad aumentada”.
Otra idea que empleó McGuigan fue la de rodar una escena especialmente importante – la ruptura de la pareja en el apartamento de Grahame en Nueva York – a partir de dos perspectivas diferentes. Esto le permite al público comprender mejor por qué Grahame debía decir adiós a Turner. McGuigan explica, “muestro la escena dos veces de manera que puedas ver la ruptura desde el punto de vista de Turner. Ves la cadena de sucesos que conduce a su separación. Y entonces, diez minutos después, vuelves atrás y lo ves desde el punto de vista de Gloria. Esto te permite entender por qué ella tenía que decirle adiós, y desde el punto de vista emocional queda muy claro”.
Gloria + Peter
La actriz protagonista Annette Bening había albergado desde hacía tiempo el deseo de interpretar a Gloria Grahame en esta historia. De hecho, ella y Broccoli hablaron por primera vez sobre ese papel hace 20 años. Bening, sin embargo, era demasiado joven en aquel momento para interpretarlo. “Annette fue siempre la única persona que quise para hacer este papel”, afirma Broccoli. “Es una gran actriz pero además conecta profundamente con el personaje”. “Estaba realmente enamorada de Gloria y de sus complejidades como diosa de la pantalla y como persona también. Esto no se trata de una biografía. Es mucho más. Annette y yo esperamos al momento justo y ese momento es ahora”. Vaines asegura que la interpretación de Bening es excepcional. “Annette está extraordinaria en la película”, dice, “y en cierto sentido va más allá de interpretar el papel, para pasar a habitarlo”.
Para Bening, cuatro veces nominada al premio Óscar, la larga espera entre las primeras conversaciones con Broccoli y el inicio de la producción fue un auténtico subidón. “El hecho de que Barbara y yo hubiéramos hablado sobre ello tantos, tantos años antes enriquece el papel”, dice la actriz, “porque, incluso aunque no estés todo el día pensando en ello sin hacer otra cosa, se mete dentro de tu inconsciente y se filtra. Sin duda así ocurrió en mi caso”. “Toda la naturaleza de esta historia y la singular y excéntrica relación que ellos tuvieron y lo que eso significó para ellos, y cómo Peter escribió al respecto después – todo eso estuvo siempre conmigo”.
La fascinación de Bening hacia Grahame empezó cuando estaba haciendo la película The Grifters (Los timadores) en 1990, con el director Stephen Frears. “Cuando estuve trabajando en esa película Stephen la mencionó y me dijo, ‘hey, tal vez te interese echarle un ojo a sus películas’. The Grifters (Los timadores) era una película al estilo del cine negro por lo que tenía sentido de todas maneras fijarme en el género y en las mujeres de aquella época y el modo en que se las representaba. Gloria, por supuesto, ocupaba un lugar especial en ese momento”. “Su presencia en pantalla era realmente interesante y sabia escuchar. Cuando la ves sientes que hay una vida interior que no cesa en ella y eso es lo que resulta cautivador”. Según McGuigan, Bening tenía un profundo conocimiento de su personaje en la vida real. Recuerda cuando visitaba a Bening en su casa para hablar sobre la película. “Y Annette sacaba todas aquellas fotos y libros sobre Gloria”, recuerda. “Sabía mucho más de ella que yo. Había ido preguntando por Hollywood a personas que la conocieron y que sabían cómo era. Les hacía preguntas realmente pertinentes”.
McGuigan y todos los principales participantes de la película pasaron tiempo también con el propio Turner. Bening, McGuigan, Broccoli y Turner viajaron todos juntos hasta Liverpool antes del comienzo de la producción y llamaron a la puerta de la mismísima casa que había sido propiedad de la familia de Turner, y en la que Grahame se había alojado. “Aquella chica abrió la puerta y se quedó muy sorprendida”, cuenta McGuigan. “Ve a Annette Bening y dice, ‘¿qué ocurre aquí?’ Le preguntamos si nos dejaba echar un vistazo a la casa y nos dejó entrar. Buena parte del proyecto consistió en seguir el olfato de Annette, detrás de cualquier cosa que a ella le diera por averiguar. Para ella, como actriz, era importante cavar hondo”. Por encima de todo, Bening buscaba la precisión. “Quería ser tan veraz como pudiera pero no tenía muchas personas con las que hablar”, admite. “Con muchos personajes públicos ocurre que hay mucha información por ahí y te encuentras con entrevistas y gente que habla sobre ellos”. “Pero en el caso de Gloria no había mucho, por lo que tuve que basarme principalmente en las descripciones de Peter. Le hize a Peter un montón de preguntas pero también respeté su privacidad. Peter es muy discreto. Y su libro es muy discreto”. “La visión que Peter tiene de ella desde el momento en que la conoce hasta el final de la historia abarca un increíble espectro”, dice Bening, “y la película, espero, refleja eso. Hay todo un viaje que ella recorre desde el momento en que se conocen hasta el final”. “En la película la historia se cuenta de forma no secuencial pero yo tuve que tener en mente este arco de personaje. Cuando te planteas cuál era su actitud mental no encuentras respuesta alguna porque Gloria no está contando la historia. Peter cuenta la historia así que en realidad es su punto de vista”.
Con un relato extraído de las memorias de Turner y narrado, en su mayor parte, desde su perspectiva, encontrar al actor adecuado para el papel se tornaba imprescindible. Según Broccoli, fue un papel difícil de asignar. “La película está contada principalmente desde el punto de vista de Peter por lo que él es el punto de acceso para el espectador”, afirma. “Él es la ventana al mundo de Gloria y tiene que ser muy creíble y veraz. Deben entenderse todas las complejidades emocionales de su personaje, todo aquello por lo que atraviesa”. “Para Peter, se trata en buena medida de un relato sobre el paso a la edad adulta, pues Gloria tuvo un gran impacto sobre él y le ha afectado durante toda su vida. Esta relación le ha dejado marca por lo que el actor que fuéramos a elegir tenía el listón muy alto”.
Los responsables de la película optaron por Jamie Bell. “Resulta muy sincero y esa es la clave. Para Paul McGuigan era muy importante que todos los actores ofrecieran interpretaciones muy reales y sinceras – eso es lo que provoca el impacto emocional”, prosigue Broccoli. “Me ha hecho llorar muchas veces y también me ha hecho reír. Hay mucho romanticismo y glamour y amor pero también hay mucha emoción en estado puro, y la interpretación de Jamie es simplemente fantástica”. McGuigan coincide con su productora. “Todo el mundo sale de las proyecciones de esta película diciendo que Jamie Bell está increíble”. Lo que te deslumbra son los matices que Bell aporta a su interpretación. “Es uno de esos intérpretes con los que puedes encender la cámara y no hace falta que diga nada y aun así lo dice todo”, añade McGuigan. “Es muy interesante. Como realizador sabes que puedes acudir a Jamie y él te dirá qué es lo que está pasando en la escena sin necesidad de decir nada. Tiene una de esas caras que resultan tan expresivas. Interpreta muy bien a Peter. No es ningún blando y además capta de verdad toda la dinámica de la familia”. “Sabes que Annette va a hacer que la cosa funcione”, continúa McGuigan. “Sabes que va a ofrecerte algo especial. No digo que con Jamie no supiéramos eso pero para mí él es el arma secreta con la que contamos en esta película”.
Para Bell, el papel de Peter Turner fue al mismo tiempo polifacético y altamente gratificante. “Para mi personaje, esta película es toda una montaña rusa”, afirma el actor. “Pasa por todo tipo de cosas – enamorarse, perder a alguien, la presión que surge con todo eso. Y encima, su familia no deja de sermonearle”. “Además se trata de algo atrevido”, continúa. “La naturaleza de su relación en aquella época era prácticamente un tabú, siendo ella una mujer de mayor edad. Hay muchas capas en este chico, entre otras su lealtad y cariño hacia esta mujer. Me parece un personaje apasionante y hace mucho tiempo que no veo nada parecido en una película”.
Trabajar con Bening fue una bendición, dice, sobre todo dada la inusual naturaleza de la conexión entre los personajes. “Compartían un espíritu afín, y eso es algo que quise explorar con una gran actriz como Annette”, dice. También valoró la manera de Paul McGuigan de aproximarse a la película. “Desde un punto de visto temático, hay muchas cosas que pueden hacerse con recuerdos y sueños y perspectivas”, afirma Bell. “Cuando las personas se den cuenta, a través de la película, de qué tipo de carrera había vivido Gloria, eso aportará cierta perspectiva sobre el modo en que ella vive su vida y la situación en que se encuentra con este joven actor inglés, y sobre cómo murió en la habitación de la madre de éste en Liverpool”. “El contraste no podría ser más agudo, y en esta película Paul ha empleado recuerdos y sueños de forma muy fluida”.
A Bell le agradó especialmente el modo en que McGuigan usa las transiciones entre determinadas escenas. “Paul ha rodado la película de tal manera que Peter, según camina, sale del momento actual, presente, en que Gloria se encuentra en Liverpool muy enferma, y entra directamente en un recuerdo, ya sea en Los Ángeles, Nueva York o Londres”. “Paul quería dar una idea de fluidez en la rememoración y en el traslado hacia el pasado, hacia los recuerdos, y en cómo en ocasiones esos recuerdos se distorsionan según las perspectivas de diferentes personas. Todo ello se emplea de forma muy original en la película y constituye un modo genial de narrar una historia. Disponemos además de un increíble reparto globalmente hablando. Quería sin duda formar parte de eso”.
Valores familiares
El reparto rebosa talento, entre otros Vanessa Redgrave, que está deslumbrante en una escena memorable, haciendo de la madre de Grahame, Jeanne McDougall. La familia de Turner, por su parte, incluye a Stephen Graham en el papel de su hermano, Joe Junior, Kenneth Cranham como su padre, Joe Senior, y Julie Walters en el papel de su madre, Bella.
La familia de Turner se presenta al espectador cuando Peter regresa con Grahame a su chalet en Liverpool, y llega en medio de una acalorada discusión que ruge en torno a la mesa de la cocina. “Otra cosa que me gustó de esta historia fue de la idea de esta mujer que ha estado en lo más alto de Hollywood, y que ha vivido en mansiones y puerta con puerta al lado de gente famosa, y ha vivido la increíble vida de Hollywood, y que acaba en esta pequeña casa de barrio obrero en Liverpool”, dice McGuigan. El dormitorio en el que se aloja Grahame parece un homenaje a la década de los cincuenta. “Y eso supone una increíble yuxtaposición”, añade el director. “Luego, por supuesto, está el acento de Hollywood y el acento de Liverpool, que representan un interesante contraste igualmente”.
Una de las personas que hablan con acento de Liverpool es Julie Walters, que regresa a un territorio en el que ya provocó un gran impacto, por ejemplo, con Educating Rita o la influyente serie de televisión The Boys from the Black Stuff. “La madre, como ocurre en muchas familias de clase trabajadora, es el motor de la familia, la matriarca”, dice McGuigan. “Y a Julie Walters ese papel le viene como un guante”. Walters se regodeó en el papel. “Bella es una matriarca y una mujer genuinamente católica, liverpuliana y de clase trabajadora”, afirma ella. “Conocí a muchas mujeres así en mi juventud, en los dos o tres años que viví allí”. “Es una mujer fuerte y al pobrecillo Joe Senior le quita todo el protagonismo la mitad del tiempo”, añade entre risas. “Joe hace lo que le dicen. Me encantan las mujeres fuertes. Puedes darte cuenta de por qué a Gloria le atrae Bella, como persona. Es competente y fuerte y va a hacerse cargo de los asuntos”.
Como a su director, a Walters le atraía el contraste entre la proletaria Liverpool y el glamour del viejo Hollywood. “Es fascinante el hecho de que sea una historia real, y el cruce entre Hollywood y la humilde Liverpool resulta una combinación absolutamente maravillosa”, dice. “Normalmente, ese tipo de historias tratan sobre el choque de culturas pero ésta no es así. Gloria se encuentra muy enferma pero todos hacen como si ella no fuera de Hollywood. También me encantó que Jamie fuera a estar en este proyecto y pensé, ‘qué maravilla poder trabajar de nuevo con Jamie'”. La pareja había coincidido en el debut de Bell, Billy Elliot. “Además, también se trataba de la oportunidad de trabajar con Barbara Broccoli”, prosigue Walters. “Tiene fama de ser estupenda y toda esta experiencia ha resultado maravillosa”.
Kenneth Cranham coincide. El actor, que interpreta al esposo de Bella, Joe Senior, había colaborado con Walters en una representación de The Birthday Party, de Harold Pinter. “Conozco a Julie desde hace mucho, mucho tiempo y es genial trabajar con ella otra vez. Es una intérprete consumada”. “Y ha sido una película maravillosa de hacer. Existe una dinámica familiar muy interesante, sobre todo entre Joe y Bella. ¡Él siempre anda acumulando cosas y poniéndola de los nervios!”
El papel de Joe Junior, el hermano de Peter Turner, fue a parar a Stephen Graham. “Fue un placer hacer algo en mi propio acento”, dice entre risas el actor, nacido en la región de Merseyside.
A Graham le gustó especialmente la relación entre los hermanos. Como suele ocurrir entre hermanos, hay vacile, un poco de tensión, y cantidad de amor y respeto. “Peter es como el ojito derecho en muchos sentidos, porque es el que se ha ido a Londres a buscar fortuna y es un poco como el hijo pródigo que vuelve a casa”, dice Graham. “En cambio yo, en mi personaje, soy como el tío de siempre. Soy parte del mobiliario”. McGuigan coincide, y añade, “Joe es uno de esos chicos que siempre está ahí para su madre. Toma el té en casa de su madre y luego vuelve a su propia casa. Y hay roce entre Peter y Joe, debido a la cuestión de que Peter es actor y Joe piensa que es un trabajo bastante remilgado. Eso crea tensión”.
Para Graham, esta experiencia en concreto le era familiar. “La actitud de Joe hacia la profesión de Peter se parece mucho a mis experiencias personales”, dice en efecto el actor. “Tengo un montón de primos y cuando empecé a trabajar en la interpretación se metían conmigo. Solían llamarme nenaza y de hecho he cogido algunas frases de mi experiencia personal y las he usado en la película”. No hay, pese a todo, malicia detrás de la mofa. “Para eso están los hermanos pequeños, ¿no, para vacilarte?” dice sonriendo. “Y aunque Joe piensa que no pasa nada por llamar a Peter actor nenaza, si cualquier otra persona lo dijera él le defendería hasta el final. Está verdaderamente orgulloso de él, aunque no le guste admitirlo”.
Por otro lado, Graham cuenta que para él ha sido una delicia trabajar con un reparto tan impresionante. “Jamie ha estado increíble. Es un actor fantástico y ha sido genial poder medirme con alguien como él o Kenneth Cranham haciendo de mi padre. Y Julie Walters es sencillamente increíble. Es de lo mejor. Es una heroína para mí y un auténtico icono”.
Otra icónica actriz que aparece en la película es Vanessa Redgrave, que protagoniza una escena ambientada en Los Ángeles, interpretando a la madre de Grahame, Jeanne. “Vanessa es una leyenda y sin duda tiene impacto en la película porque hay una escena bastante larga con su personaje”, dice McGuigan. “Y la madre de Gloria es bastante excéntrica”. La madre de Grahame era oriunda de Escocia y trabajaba en Los Ángeles como profesora de interpretación. “Iba con Gloria a todos lados cuando ésta vivía en Hollywood”, prosigue McGuigan, “e incluso cuando Gloria se hizo más mayor, su madre siempre estaba ahí, en el plató de rodaje. Era una de esas madres del mundo del espectáculo”.
Le entusiasmaba Shakespeare e instruyó a Grahame en los clásicos del teatro. “Su madre además es muy teatral, por lo que Vanessa era una opción perfecta”, afirma el director. “Captó totalmente el papel y supo llevarlo adelante en aquella escena tan buena”. La escena está rebosante de tensión, pues la hermana mayor de Gloria, Joy, interpretada por Frances Barber, estaba muy incómoda. “Joy en realidad quería ser Gloria”, explica McGuigan. “Quería ser actriz pero su madre veía que el talento lo tenía Gloria, por lo que concentró todos sus esfuerzos en Gloria, y en la escena en que las vemos hay una gran tensión entre ellas”. La escena tiene lugar cuando Grahame lleva a Turner a conocer a su madre en Los Ángeles, y en ella aparecen Bening, Bell, Redgrave y Barber. “Gloria se había casado con su hijastro, lo cual provocaba una gran polémica en aquel momento, y en esta escena se habla por encima sobre el tema”, continúa diciendo McGuigan. “Es una gran escena y supone un gran placer verla. Annette y Vanessa Redgrave son como las dos directoras de este gran cuarteto interpretativo. Fue una de esas escenas en las que simplemente te sientas y dejas que se desarrolle”.
Lugares de rodaje con estrellas de cine…
Mientras que los interiores y las localizaciones de Los Ángeles y Nueva York se rodaron en estudios de decorados en Pinewood Studios, el equipo filmó planos de establecimiento en Liverpool. De forma similar, una casa de la calle Huskisson de Liverpool sirvió para representar los exteriores del hostal Primrose Hill.
Otras localizaciones reales de Liverpool empleadas en la película fueron, entre otras, el Ye Cracke, un bar pequeño y con personalidad que sirve de escenario para una íntima escena entre Turner y su padre, después de que éste haya traído a Grahame a casa, y también los Salones de la Filarmónica, con su rica decoración, que hacen las veces de pub londinense, al que Turner y Grahame van para tomar una copa.
Una de las localizaciones más destacadas de Liverpool es su famoso teatro, The Playhouse, que alberga un momento conmovedor en la parte final de la película, en que Turner y Grahame leen un fragmento de Romeo y Julieta. “Cuando visitamos Liverpool por primera vez con Annette, fuimos a The Playhouse”, recuerda McGuigan. “Y según entramos Barbara empezó a decir, ‘¡Oh!, ¡Tenemos que rodar aquí!’ Podríamos haber filmado esas escenas en otro lugar pero The Playhouse es un sitio excepcional por lo que me alegro mucho de haberlas filamdo allí. The Playhouse desempeña un gran papel en la película”.
La música de las estrellas de cine…
Los creadores de la película se sirvieron del auténtico Peter Turner como fuente de información a lo largo de toda la producción, pero agradecieron especialmente su aportación en lo referente a la música. McGuigan quería saber qué canciones solía escuchar él cuando estaba con Gloria. “Y se trataba de una música bastante buena de los años ’78 y ’79, un fantástico ‘northern soul’y algo de música disco”, recuerda el director.
Dado que ésta era también la historia de Grahame, McGuigan se aseguró igualmente de incluir un tema concreto de Elton John, Song For Guy, que era uno de sus claros favoritos. “Era importante recordar que Liverpool es una ciudad muy musical”, añade McGuigan, “de ahí que necesitáramos aquel ‘northern soul’, pero también tenemos la escena musical neoyorquina de los setenta y luego están además los pioneros sonidos californianos de los sesenta y setenta”. “Buscábamos una música que ayudara a crear la atmósfera de este mundo ya que se trata de un mundo muy realzado en pantalla”. El tema que acompaña los títulos de crédito finales, You Shouldn’t Look At Me That Way1, fue escrito e interpretado por el aclamado cantautor Elvis Costello, cuya familia era precisamente originaria de Liverpool. Ya Costello estaba al corriente de la vida y obra de Grahame, y había incorporado la imagen de ella a sus espectáculos escénicos.
Por esta razón, cuando Broccoli y McGuigan fueron al Palladium de Londres para ver una actuación de Costello, y ante las discusiones acerca de la posibilidad de que colaborara en la película, se quedaron perplejos al ver aparecer una imagen de Grahame en una pantalla de televisión durante la canción Church Underground. “Debió resultar muy inesperado para Barbara y Paul”, dice Costello riendo. Costello era ya conocedor del libro de Turner, y muy amigo del dramaturgo Alan Bleasdale, uno de cuyos trabajos está interpretando Turner al principio de la obra. “Cuando leí el nombre de Alan en el guión”, dice, “me ubiqué en tiempo y lugar de forma mucho más vivaz”.
Evidentemente, la cercanía de Costello con la época, y con las personas que intervienen en la historia, influyó en el tema musical. “Es una canción sobre dos personas que tienen un montón de secretos”, explica. “Tenían una relación y tal vez tenían dificultades para verse mutamente como realmente eran. Un enamorado tiene cierta vanidad pero también mucha vulnerabilidad”. “El título, efectivamente, provino de ahí”, añade. “You Shouldn’t Look At Me That Way podría referirse a una mirada seductora pero también a un ruego pidiendo no ser juzgado”.
Al componer una canción, dice Costello, el objetivo es que resuenen los temas e ideas de los creadores de la película. “Deseas que la canción tenga su propia historia, que tenga autonomía propia e independiente de la película, pero también debe ir en consonancia con las imágenes finales de la película, con un mensaje sobre la perdurabilidad tanto del orgullo como del amor”.
Sentido y sensatez
Para todos los que crearon la película, era imprescindible no solamente contar una hermosa historia sino hacerlo de una manera delicada y con tacto. Debían mostrar sensibilidad hacia la historia y la experiencia de Turner. Bell explica, “Peter es un hombre encantador, increíblemente bondadoso e increíblemente cariñoso. Puedo entender por qué alguien como Gloria Grahame se enamoraría de él. E incluso ahora, todos estos años después, resulta algo increíblemente primario e increíblemente visceral para él. Ésta es su vida y Gloria fue una persona muy importante en su vida. En cierto modo esta experiencia moldea su vida y le define”. “Así que me correspondía a mí, y a Annette, Barbara y Paul, aproximarnos a ello con suma precaución y cuidado, pues éstas son las experiencias personalísimas de alguien, que ahora nosotros compartimos con el mundo”.
De acuerdo con Bening, el amor que compartieron fue único. “Él era un joven chaval que se crió en Liverpool y ella se crió en Hollywood”, afirma. Ella es mucho mayor en edad; había sido una gran estrella del cine. “Ella no es Marilyn Monroe pero hay algo singular en ella y, sin duda, en su personalidad. Y luego, viendo aquella conexión que tenía con Peter, he terminado por pensar que él debió haber sido la persona más amable, más cariñosa, y más comprensiva con la que posiblemente llegó a estar ella nunca. Eso debe mostrarse”.
Por encima de todo, dice Broccoli, buscaban respetar la memoria de Grahame. “Y esta película celebra la impresionante carrera que tuvo y el hecho de que fuera tan dueña de su propia vida”. Vaines coincide. “Gloria es un personaje realmente interesante”, dice. “Fue una auténtica heterodoxa y nunca siguió las reglas del juego en el sistema de estrellas de Hollywood. Pero era muy sexy y muy guapa y tenía ese gran sentido de la ironía respecto de sí misma y de los personajes que interpretaba”. Ésa es la parte de ella que Broccoli admira de verdad. “Gloria nunca sucumbió ante el sistema de estrellas de Hollywood”, cuenta. “Siempre mantuvo su propio sentido de identidad e iba muy por delante de su tiempo. Estaba muy a favor del movimiento de la mujer y de los derechos de los homosexuales. Luchó de verdad por todas esas cosas. Fue una extraordinaria mujer y ésta es una historia especial”.