Muere a los 90 años Sandra Milo, musa del cine de Fellini y reina de la ‘dolce vita’

Trabajó con los más grandes cineastas italianos, como Rosellini, Pietrangeli, Dino Risi, Luigi Zampa, Luciano Salce, Duccio Tessari, Gabriele Salvarores y Gabriele Muccino, por nombrar solo algunos

Ángel Gómez Fuentes – ABC (29 de enero de 2024)

Ha muerto a los 90 años Sandra Milo, musa de Federico Fellini y ‘reina’ de la ‘dolce vita’. Fue una de las actrices más populares del cine italiano, con unas setenta películas además de ser presentadora en televisión. Sandra Milo, pseudónimo de Salvatrice Elena Greco, nacida en Túnez en 1933, de madre toscana y padre siciliano, ha muerto esta mañana en su casa de Roma, «entre el cariño de sus seres queridos como ella había solicitado», según hizo público la familia.

Entró en el mundo del espectáculo a los 18 años, debutando en el cine junto a Alberto Sordi. El primer papel importante le llegó en el 1959, con ‘Il generale Della Rovere’, de Roberto Rossellini, premiada con el León de Oro en Venecia, a la que siguieron títulos que han pasado a la historia del cine como ‘Adua y sus amigas’ (1960), de Antonio Pietrangeli, ‘Los Fantasmas de Roma’, Giulietta de los espíritus’ (1965), y, sobre todo, ‘8½’ (1963), de Federico Fellini. Aparte de Rosellini, Pietrangeli y Fellini, en su larga carrera Sandra Milo fue dirigida por Dino Risi, Luigi Zampa, Luciano Salce, Duccio Tessari, Gabriele Salvarores y Gabriele Muccino, por nombrar solo algunos.

Sandra Milo tuvo una carrera llena de aventuras. Especialmente ajetreada y sonada fue la vida amorosa. Casada cuatro veces, tuvo tres hijos. Pero su ‘amor absoluto’ fue con Federico Fellini, que estaba casado con Giuletta Masina, una pasión que duró 17 años. En las dos obras maestras del director -8½ y Giulietta de los espíritus, ambas premiadas con el Oscar- Sandrocchia (como Fellini la apodaba cariñosamente) actuó como una ‘mujer fatal’ irónica y desinhibida, encarnando la imaginación erótica del director.

Solamente hizo pública esta relación tras la muerte del maestro de Rímini. Sandra Milo declaró que había sido «el amor absoluto de su vida». En un programa de la RAI confesó que «al principio ella estaba muy enamorada de Fellini, mientras que él sólo sentía una gran atracción. Pero luego, él también se dio cuenta de que me amaba y, después de 17 años, me dijo que había entendido que yo era la mujer de su vida. Quería acabar sus días conmigo. Pero yo dije que no. Porque tenía miedo».

La otra gran historia de amor clandestina de Sandrea Milo fue el exprimer ministro socialista Bettino Craxi. Políticamente, Sandra Milo creció en una familia fascista. En la década de 1960 se acercó al Partido Socialista. Fue amante de Craxi a mediados de los años 1980, un romance que duró un par de años. Sandra Milo confesó que abandonó al líder socialista por temor a los celos de su marido, Ottavio Lollis.

Precisamente, gracias a la influencia del socialista Craxi, que durante un tiempo se convirtió en el hombre más poderoso de Italia, Sandra Milo se dedicó más a la televisión que al cine. Destacó sobre todo como presentadora de un programa vespertino de la RAI para niños, ‘Piccoli fans’, entre 1985 y 1989. Con su característica voz de falsete y conducción exageradamente ingenua, dejó cierta huella en la historia de la televisión italiana y se hizo especialmente famosa en los hogares italianos. Precisamente en la televisión Sandra Milo vivió uno de los episodios más dramáticos de su vida, muy recordado por los italianos. En una transmisión en directo, una mujer llamó diciendo que su hijo, Ciro De Lollis, estaba muy grave en el hospital debido a un accidente de coche. Resultó ser una terrible broma. Sandra Milo, en estado de shock, abandonó el estudio en lágrimas.

En la última parte de su carrera continuó a frecuentar el cine, teatro y televisión, siendo su última aparición televisiva reciente en la serie cómica ‘Gigoló per caso’.