Agencia EFE (18 de Marzo de 2008)
MADRID.- Pocos días antes de fallecer a los 54 años, Anthony Minghella (Reino Unido, 1954) afirmó en un discurso que él era escritor antes que director, que su labor detrás de la cámara fue una casualidad. Pero el azar esta vez no se equivocó. Minghella, que rodó su primera película en 1990 (‘Truly Madly Deeply’), ganó un Oscar al mejor realizador sólo siete años después.
Su tercera película, ‘El paciente inglés’, protagonizada por Ralph Fiennes y Juliette Binoche, fue la gran triunfadora de la gala de 1997: obtuvo nada menos que nueve estatuillas, entre ellas mejor película. La cinta, basada en la novela del mismo título de Michael Ondaatje, narra una bella historia de amor en la segunda Guerra Mundial.
Hijo de un emigrante italiano y una británica, sus padres eran propietarios de un bar y fabricantes de helados en el pueblo de Ryde, en la isla de Wight (al sur de Inglaterra), donde nació en 1954.
Antes de que ‘El paciente inglés’ le pusiera ante los ojos de todos, Minghella era un reputado escritor de guiones radiofónicos y de piezas teatrales. También había dirigido episodios de alguna serie televisiva: su debut fue en 1986 en uno de ‘The storyteller’, un proyecto de la cadena estadounidense NBC.
Se graduó en literatura inglesa y teatro en la Universidad de Hull (norte del país), donde conoció a su esposa, la coreógrafa Carolyn Choa, con la que tuvo una hija, Hanna, y un hijo, Max, actor que protagonizará la próxima película de Alejandro Amenábar, titulada ‘Ágora’.
Conocido por su perilla y amable sonrisa, Minghella trabajó como profesor de teatro hasta que su primera obra, ‘Whale Music’, en 1981, se convirtió en un éxito y le surgieron ofertas en radio y televisión.
En 1986, su talento como dramaturgo fue reconocido por el círculo de críticos teatrales, que premiaron su obra ‘Made in Bangkok’, que posteriormente convirtió en guión con la intención de hacer una película.
Al ver que no fructificaban sus intentos de colaboración con cineastas de la época, Minghella decidió dirigir su propio material, y, con la ayuda del canal privado de televisión Channel 4, debutó en 1990 con la dirección de ‘Truly, Madly, Deeply’ (1991), que fue un éxito de taquilla.
Con esta película, que narra la historia de amor entre dos músicos tras la muerte de uno de ellos, obtuvo el BAFTA al mejor guión en 1992, entre otros premios dentro y fuera de su país.
En 1993 rodó su primera película para Hollywood, ‘Un marido para mi mujer’, con guión de Vicky Polon, que obtuvo una discreta acogida pese a la destacada interpretación de sus actores, entre ellos Matt Dillon y William Hurt.
Después de ‘El paciente inglés’, rodó ‘El talento de Mr. Ripley’ (1999), basada en una novela de Patricia Highsmith, que fue candidata a cinco Oscar, e hizo un montaje operístico, el de ‘Madame Butterfly’ de Puccini para la Ópera Metropolitana de Nueva York (2006), que fue premio Olivier a la mejor producción escénica.
Su filme ‘Cold Mountain’ (2003), protagonizado por Nicole Kidman y Jude Law, recibió siete candidaturas a los Globos de Oro y se llevó el de mejor actriz secundaria para Renée Zellweger.
En 2005, Minghella colaboró en la campaña electoral del Partido Laborista británico dirigiendo un anuncio de propaganda electoral protagonizado por el entonces aspirante a la reelección como primer ministro, Tony Blair, y quien sería su sucesor, Gordon Brown.
Su muerte ha causado gran conmoción en el mundo de la cultura británica, en el que era una figura destacada no sólo por su labor como cineasta, por la que fue reconocido en Hollywood y en su país, sino también por su labor como presidente del British Film Institute (BFI), cargo que ocupó hasta este mismo mes.
Cuando asumió la presidencia del BFI, en 2003, se comprometió a trabajar para aumentar la producción de cine en el Reino Unido, donde, opinaba, no se hacían “suficientes películas” y no había “suficientes estudios”.
Nombrado por la reina Isabel II Comandante del Imperio Británico en el 2001, Minghella acababa de finalizar un telefilme, ‘The Nº 1 Ladies detective Agency’, rodado en Botsuana. Está previsto que la BBC emita un episodio piloto esta Semana Santa.