Así es la innecesaria ‘Solo: una historia de Star Wars’

Ron Howard no es capaz de darle vida a una película que cojea desde la misma elección de su protagonista: el actor Alden Ehrenreich

Gregorio Belinchón – EL PAIS (16 de mayo de 2018)

Cannes – Pues ya ha pasado el estreno europeo de Solo: una historia de Star Wars, que se ha proyectado en Cannes. El festival no ha logrado, en el abandono que sufre de los estudios de Hollywood, que fuera la premiere mundial, ya que se vio en Los Ángeles la semana pasada. Y ha habido aplausos, algún abucheo (en la sala más grande de las dos dedicadas a la prensa), y una cierta sensación de hartazgo. Por otro lado, en Solo: una historia de Star Wars se nota un cierto esfuerzo de guion obra de los Kasdan, padre e hijo, y queda en el aire la pregunta de cómo hubiera sido la película si la hubieran acabado los directores que iniciaron su rodaje, Phil Lord y Chistopher Miller (La LEGO Película). Solo: una historia de Star Wars, con su ambiente a western y su intento por darle sarcasmo a la saga, hubiera sido otra. Aquí recogemos algunas de las claves del filme, que huele demasiado a fórmula y que se estrena en España el próximo 25 de mayo.

Ron Howard. Disney pone sus bólidos en manos de pilotos arriesgados y luego les dice: “Conducid con el freno de mano puesto”. Así llegan los descarrilamientos, de los que parecen no escarmentar. El despido de Lord y Miller ocurrió el pasado mes de julio, a falta de tres semanas de acabar la filmación, y decidieron contratar a Ron Howard para reconducir el asunto, que según la major no iba por buen camino. El veterano director es un profesional querido por los estudios: nunca da guerra, aunque tampoco renovará la historia del cine. Por pura acumulación de títulos, tiene alguno bueno, y es cierto que Solo: una historia de Star Wars tras un arranque moroso entretiene. Sin embargo, falta chispa, porque Howard nunca arriesgará en los adelantamientos de su vehículo.

Alden Ehrenreich. El actor que da vida a un joven Han Solo es un protegido de Steven Spielberg, que le colocó en Tetro, de Francis Ford Coppola. La culpa no es Ehrenreich, porque no da más de sí, y no posee el encanto ni el carisma de Harrison Ford, sino de quienes le eligieron: la empresa Disney, Miller y Lord. Probablemente, el más adecuado fuera Miles Teller (Whiplash), que llegó a la criba final, pero se había ganado una fama de complicado en Los cuatro fantásticos y no quisieron arriesgarse con él. Ehrenreich lo intenta. Mucho. Pero… Cuesta creer: el Solo de Ehrenreich venga del Solo de Ford. Si el original era un sinvergüenza de moral difusa, egoísta y muy imprudente, el de Ehrenreich está más atento a que pensarán de él. Por cierto, el nuevo actor tiene 28 años, Ford 34 cuando empezó a encarnar a Solo. ¿Solo seis años entre ambos? Increíble. Para acabar, gran química con Chewbacca e inexistente con Qi’ra.

Guiños clásicos. No se puede revelar el nombre del villano que aparece al final, y que ha provocado un gran “Oooohhh”, en Cannes. Aunque sí hay multitud de perlas para los fans. Solo comentaremos alguna: se confirma la importancia del idioma español en el apellido del protagonista; hay un guiño a Tatoonie; entre los cameos se ve a Warwick Davis, que empezó su carrera como el ewok Wicket en El retorno del Jedi; la voz de Lady Proxima, un bichajo de grandes proporciones, pertenece a la mítica Linda Hunt; se da una vuelta de tuerca a la legendaria frase “Tengo un mal presentimiento”… Y sobre todo asistimos a la creación del mito Han Solo: cómo obtiene su pistola, cómo conoce a Chewbacca y cómo decide su apodo; cómo se encuentra con Lando Calrissian; por qué rompe el récord del famoso corredor de Kessel, y presenciamos la mítica partida de cartas en que le ganó el Halcón Milenario. Todo recuerda mucho a la presentación de un joven Indiana Jones en Indiana Jones y la última cruzada.

Paul Bettany. Al llegar Howard, Disney decidió rodar la mayor parte de la película de nuevo (se apunta que un 80%), y algunos actores no pudieron repetir sus secuencias, por problemas contraactuales. Por eso desapareció de la película Michael Kenneth Williams, el protagonista de The Wire, que fue sustituido por Paul Bettany, considerado uno de los grandes gafes de Hollywood. Puede que por homenaje o porque así estaba en guion, el rostro de Dryden Vos, el líder de una mafia llamada Crimson Dawn está arado de cicatrices, como la que recorre la cara de Williams. Nos hemos quedado sin un posible gran villano.

Retroceso femenino. El personaje de Emilia Clarke, Qi’ra, vuelve a los roles femeninos algo pasivos. Algo, porque en un momento dado le da por… No desvelemos más. Aunque Clarke hace lo que puede. Desde luego, le luce más a Thandie Newton como guerrillera. Ella sí maneja la pistola con facilidad.

Nuevos planetas y personajes. Hay nuevos escenarios, como el planeta Corellia, fundamental en el arranque, pero lo importante es el aroma a spaghetti western, los guiños a clásicos como Senderos de gloria, que rodean el guion, y a que la trama más que protagonizarla Han Solo lo hace un grupo de fueras de la ley. Ahí está la fortaleza del guion. Las pocas frases del robot L3, el piloto femenino del Halcón cuando es propiedad de Lando, hacen de ese breve personaje una presencia a recordar.

Ausencias. Nada sobre la Fuerza, algo en cambio sí se habla del Imperio y de la rebelión. Por primera vez no aparecen ni Anakin Skywalker ni ninguno de sus familiares en una película de la saga Star Wars.

La música. Un horror. Y una curiosidad: atentos a la melodía que suena en los anuncios de reclutamiento del Imperio.

Donald Glover. La gran esperanza, dado su carisma. Estupendo como Lando Calrissian; sin embargo, cuenta con poco tiempo para desarrollar su personaje.