Irene Hdez. Velasco – EL MUNDO (16 de junio de 2018)
Desde que protagonizó El orfanato, Belén Rueda (Madrid, 1965) se ha convertido en la gran dama del cine patrio de suspense y de terror. Ahora revalida ese título con el estreno de No dormirás, una peli de miedo e insomnio.
¿A usted qué le quita el sueño?
A nivel personal me aterroriza el Alzheimer, siempre lo he tenido pululando alrededor mío y me parece terrible que uno no pueda decidir sobre sí mismo. Y a nivel general me aterroriza el que determinados países estén en manos de dirigentes locos.
¿Alguna vez ha sufrido insomnio?
No, nunca. Sólo una vez, cuando murió mi hija con 11 meses, no pude dormir y tuve que tomar un tranquimazin. Pero sólo fue esa vez; si no, duermo como un tronco.
¿Significa eso que está en paz consigo misma?
Me imagino que sí.
Después de dormir, cuando se levanta por la mañana y se mira en el espejo, ¿qué ve?
Nada. Me miro al espejo pero no me veo, creo que es algo que nos pasa a casi todos. Sólo si me levanto con angustia me miro a los ojos.
¿Le da miedo el fracaso?
No, para nada. A lo mejor lo digo con tanta ligereza porque me va bien, pero si estás bien mental y físicamente creo que se puede salir de todo.
¿Envejecer le da miedo?
No, envejecer me parece un lujo. Envejecer bien, claro.
¿Hay que recurrir a la cirugía estética para envejecer bien?
No. Pero me parece que las operaciones ni son tan malas como algunos dicen ni hay que recurrir a ellas continuamente. Yo estoy operada del pecho, pero creo que las actrices no nos debemos de tocar la cara, porque nos cambia la expresión y esa es nuestra herramienta de trabajo.
¿Qué tiene usted para que muchos directores la llamen para hacer pelis de terror?
Un género como el de terror o el de suspense necesitan actores con mucha verdad, porque son películas que están lejos de lo cotidiano, que se ocupan de algo que no es tangible, que está en la mente, que no es real. Para que estas películas le lleguen a un público amplio se necesitan actores que tengan mucha verdad, que te anclen a la tierra.
¿Qué haría Alfred Hitchcock con una rubia como usted?
Hitchcok era un director un poco especial, he leído su biografía y la verdad es que era bastante macabro. Ese tipo de directores no saca lo mejor de mí.
¿Hitchcock sería hoy un acosador y estaría en la cárcel?
Sí, seguramente sí. Y con razón.
En tiempos de #Metoo resulta inevitable la pregunta: ¿Usted ha sufrido acoso?
Personalmente no, pero existe y me parece un aberración.
¿Por qué nos gusta el miedo?
Eso mismo me pregunto yo. La necesidad de ver películas de miedo surge con torno a los 12 y 13 años y creo que tiene que ver con el deseo de vivir algo que no es cotidiano. Y el miedo surge de lo desconocido.
¿Usted ha superado sus miedos?
Sí. Cuando hice “Mar Adentro” me reconcilié con la muerte, leí muchos libros sobre ella. Hay gente que sueña con seres queridos que están muertos y se despierta como si hubiera tenido una pesadilla. Yo he conseguido cambiarlo. Cuando sueño con mi padre, por ejemplo, no está enfermo, está bien, está normal, y yo me levanto de buen rollo.
Como en su personaje en ‘No Dormirás’, ¿Hay directores que creen que llevar a un actor al límite es el mejor modo de sacar su lado artístico?
Claro que los hay. Como también hay actores que prefieren que les den caña, que les lleven al límite. No es mi caso, para nada. Yo trabajo muchísimo mejor en positivo que en negativo. Creo que puedes llegar al límite con la experiencia de tu propia vida, sin necesidad de que un director te esté llamado imbécil todo el día.