Cómo se hizo Misión: Imposible – Fallout (Mission: Impossible – Fallout) dirigida por Christopher McQuarrie

Bajo la dirección de Christopher McQuarrie, vuelve a la carga Ethan Hunt (Tom Cruise), agente de operaciones de campo para el IMF, una agencia de élite dedicada al espionaje que se encarga de llevar a cabo peligrosas y altamente sensibles misiones internacionales que han sido consideradas como “imposibles”. En esta entrega descubrimos más a fondo la personalidad de Ethan Hunt que llega acompañado de Henry Cavill, Vanessa Kirby, entre otros y también volvemos a ver a la espía del MI6 Ilsa Faust (Rebecca Ferguson) y conocemos a la nueva directora de la CIA (Angela Bassett). Además, vuelven otros personajes conocidos de la saga como Luther Stickell (Ving Rhames), Benji Dunn (Simon Pegg) y Alan Hunley (Alec Baldwin). Una carrera contrarreloj después de una misión fallida.

La travesía de Ethan Hunt

A lo largo de las dos últimas décadas, Tom Cruise ha producido, protagonizado y participado en escenas de acción de las películas Misión: Imposible, un fenómeno cultural mundial que ha recaudado más de 2.800 millones de dólares en todo el mundo, lo que la convierte en una de las sagas de más éxito de la historia del cine. Ahora vuelve para rodar la sexta entrega de la saga, en el papel del líder del equipo IMF (Fuerza de Misiones Imposibles), Ethan Hunt. Según Cruise, Misión: Imposible – Fallout es una culminación de todas las películas precedentes de la serie. “En la película aparecerán personajes que vuelven del pasado y líneas argumentales que llegan a su conclusión”, afirma. “El libro del principio de la película, La Odisea fue elegido por un motivo muy específico. La travesía que mi personaje, Ethan Hunt, y su equipo, tienen que recorrer es una odisea que se inspira en esa historia y la refleja. Es una historia personal épica, en la que los personajes tienen una enorme implicación emocional”.

Cruise, que lanzó la saga en 1996, aporta un profundo conocimiento de lo que hace que funcione una película de la saga Misión: Imposible, indica el guionista y director Christopher McQuarrie. “Tom es el guardián de la llama. Es un cineasta que sigue sus instintos, muy emotivo. Conoce a Ethan Hunt, e intuitivamente sabe cuáles son los rasgos que hacen que sea un personaje atractivo”. McQuarrie cree que uno de los motivos por los que la saga sigue siendo tan popular es el insaciable deseo de Cruise de hacer que cada entrega sea más emocionante e intensa que la anterior. “Nunca está quieto”, dice el director que también dirigió la película de 2015 Misión: Imposible – Nación Secreta. “Pero lo más importante es que nunca se olvida del público. Tom es, ante todo y sobre todo, un animador. Todo lo que hace en las películas es llevarte a sitios en los que no has estado nunca, mostrarte cosas que nunca has visto, y hacer que participes en la experiencia a su lado”.

Para Misión: Imposible – Fallout, McQuarrie estaba muy interesado en explorar un aspecto más oscuro y más humano del personaje central de la película. “Ethan siempre ha estado rodeado por un halo de misterio”, observa. “En esta ocasión quería adentrarme un poco más en su mente, y sentir su conexión con otras personas. El título no se refiere únicamente a la lluvia radiactiva, sino a los efectos secundarios de todas las buenas intenciones de Ethan. Se ha involucrado en una situación que escapa de su control, y no le queda más remedio que seguir adelante, aunque sepa que le están manipulando”. La historia gira en torno a una desgarradora decisión tomada por Hunt, y que se vuelve en su contra, explica Myers. “Al principio encontramos a Ethan en un lugar complicado. Ha cometido un error, y se enfrenta a elementos de su pasado que tienen conexiones emocionales. Tiene que decidir: ¿Salva a sus amigos y a su familia, o salva a los tal vez millones de potenciales víctimas de las fuerzas destructivas a las que se enfrenta? Debe someterse a un examen de conciencia agónico”. Cruise interpreta su personaje de una forma diferente a la de prácticamente todas las estrellas de acción del pasado, añade el productor Jake Myers. “Tom no solo aporta un fantástico componente dramático a su personaje, sino que tiene la capacidad física de hacer cosas que otro intérprete no haría, tanto por su preparación física como por su osadía. Creo que sería posible separar a la mayoría de las demás sagas de acción de sus estrellas protagonistas, pero sin Tom realmente no habría Ethan Hunt, al menos no el Ethan Hunt que el público mundial adora de manera generalizada”.

Un director que repite

A petición de Cruise, McQuarrie se ha convertido en el primer cineasta que repite en la dirección de una segunda película de la saga Misión: Imposible -. “Uno de los elementos distintivos de la saga es que cada película ha tenido un director diferente”, explica McQuarrie. “Cuándo Tom me pidió que volviese a dirigir esta nueva entrega, le dije que lo haría con la condición de que pudiera mantener el espíritu de esa tradición, cambiando por completo el idioma visual empleado en la película anterior. Quiero que quienes vean Nación secreta y Fallout tengan la impresión de que han sido dirigidas por personas diferentes.

A Cruise, que siente una profunda admiración por las habilidades de McQuarrie como cineasta desde que trabajaron juntos en la película de acción Jack Reacher, la idea le pareció perfecta. “Me encanta trabajar con McQ,” dice Cruise. “Tiene un enorme talento. Quiso cambiar el estilo visual, para que pareciese que la película había sido dirigida por otra persona, y lo logró. No obstante, sigue contando con su audaz sensibilidad narrativa. Me encanta la rudeza de la película y los personajes. No nos hemos guardado nada, lo hemos dado todo. Estoy deseando que el público la vea”.

Durante su colaboración en tres importantes películas de acción, McQuarrie y Cruise han establecido una estrecha relación personal y profesional. “Se entienden perfectamente casi sin palabras”, indica Myers. Tom ha encontrado en McQuarrie una persona en quien confía y con quien se siente cómodo. A ambos les encanta hacer cosas constantemente, cambiarlo todo, lo que complica el proceso de producción, pero en última instancia también hace que la película sea mucho mejor”.

Fiel a su costumbre, McQuarrie, ganador del Óscar de la academia por su guión Sospechosos Habituales, ha realizado constantes ajustes a la historia a medida que avanzaba el rodaje. “Chris mantiene abierto el guión”, dice el actor Henry Cavill. “Es un escritor brillante, y tiene una extraordinaria inteligencia en lo relativo a los personajes. Tiene una excelente capacidad para poner a sus personajes en situaciones de tensión extrema, de las que tienen que salir creciendo, adaptándose o evolucionando. Como actor eso es algo que me gusta, porque avanzas y haces ajustes constantemente, al igual que los seres humanos en la vida real”. La actriz Rebeca Ferguson está de acuerdo: “Es una forma de rodar absolutamente nueva para mí. Me encanta, porque me obliga a mantenerme alerta permanentemente. Lo único que tienes que hacer es dejarte llevar y controlar a tu personaje”.

El equipo IMF

En el centro de cada película “Misión: Imposible se encuentra un grupo muy unido de consumados especialistas de espionaje que componen el equipo IMF, liderados por Ethan Hunt, el personaje de Cruise. “Las personas vienen y van en la formación de este equipo, pero existe una mentalidad esencial, que no cambia”, observa Ferguson. “Tienen a la superestrella; tienen al gracioso; tienen al raro; tienen a la guapa; todas las peculiaridades y pequeños detalles que se combinan para crear esta impresionante máquina de entretenimiento que es Misión: Imposible”. El carisma y el dinamismo individual de los actores seleccionados para interpretar estos personajes son algunos de los secretos que hacen que estas películas sean tan especiales, afirma Cruise. “Lo que más me gusta en el cine es ver a los grandes actores coger el ritmo de sus personajes. McQ y yo nos esforzamos mucho para lograrlo – es lo que nos gusta sobre las películas y la narrativa”.

Ving Rhames interpreta el personaje de Luther Stickell desde la primera película de Misión: Imposible allá por 1996. “McQuarrie ha dicho que mi personaje es ‘el alma de la película,'” recuerda el actor ganador del Globo de Oro(r). “Al principio no entendí muy bien a qué se refería, pero creo que es esa especie de conciencia que aporto a Ethan. En esta película, por primera vez, hay un altercado físico entre los dos. Es algo que a veces ocurre entre personas que se preocupan y se interesan unas por otras. Creo que humaniza a Luther y que se puede apreciar mejor de qué pasta está hecha su personalidad. Hay una escena muy intensa con Ilsa en la que se puede apreciar cuánto quiere Luther a Ethan”. Como suele explicar Cruise, inicialmente se suponía que Luther moría en la primera película. “No quise que fuese así”, dice, “no solo porque Ving es un fenómeno, sino por la relación entre Ethan y Luther. Hay algo en su forma de interpretar este personaje que lo hace cautivador, y es algo de lo que hemos podido disfrutar a lo largo de todas estas películas. En esta hay una gran dinámica con Ving”.

Uno de los personajes favoritos del público en las tres películas más recientes de Misión: Imposible es Benji Dunn, interpretado por el actor, comediante y cineasta Simon Pegg. “Estas películas siempre intentan ir un paso por delante del público”, dice Pegg. “Están llenas de intrigas, traiciones y puñaladas por la espalda. Sin embargo, también tienen siempre un toque de ligereza. No puedes mantener esa tensión durante dos horas sin que se te provoque un aneurisma. De vez en cuando viene bien relajarte y soltar una carcajada. En muchas de esas ocasiones está presente Benji”.

Inicialmente Benji era analista de sistemas en los laboratorios de IMF antes de descubrir su pasión por la aventura al ser reclutado para ofrecer asistencia remota a Ethan en Misión: Imposible III. “En Protocolo Fantasma le vemos por primera vez destacado sobre el terreno y en Nación secreta ya es más hábil y se ha acostumbrado a la idea de ser un agente secreto – aunque todavía no se lo toma todo completamente en serio”, dice Pegg. “Es muy agradable haber interpretado un personaje durante tanto tiempo y ver cómo evoluciona, desde una especie de comedoritos, visual y figurativamente – en la número tres yo tenía realmente pinta de comedoritos – a un agente secreto más capaz y en forma, con un impresionante conjunto de capacidades. Cruise dice que está entusiasmado ante la expansión experimentada por el papel de Pegg en las películas desde su primera aparición hace más de doce años. “J.J. Abrams y yo le vimos en Zombies party (Una noche… de muerte) y pensamos que era fantástico. Vino y participó uno o dos días en el rodaje de M:I3 y mira la progresión de su personaje desde entonces”.

En su segunda aparición en la saga encontramos a Alec Baldwin, en el papel de antiguo director de la CIA Alan Hunley, que ha sido nombrado recientemente secretario del IMF. “Nos resultaba imperativo lograr que volviese”, dice McQuarrie. “La gente suele preguntarme quién es el más gracioso en el plató. Resulta muy divertido trabajar con todos ellos, pero no hay nadie más divertido que Alec Baldwin. Es una maravilla trabajar con él”.

Las mujeres de misión

Misión: Imposible – Fallout incluye cuatro potentes personajes femeninos interpretados por formidables actrices: además del retorno de Michelle Monaghan, el reparto también incluye a Rebecca Ferguson, Angela Bassett y Vanessa Kirby. “Hemos tenido la tremenda suerte de contar con cuatro mujeres de increíble fortaleza en esta película”, dice McQuarrie. “Estábamos decididos a incorporar una dimensión más femenina en esta película y también a dar a cada uno de estos papeles unas identidades distintas, creando unos personajes intensos y sólidamente asentados”. Al inicio de cada una de sus colaboraciones con Cruise, McQuarrie siempre hace una pregunta. “Le suelo preguntar ‘¿Qué quieres sacar de esta historia? ¿Qué es lo que quieres hacer?’ Esta vez Tom me contestó: ‘Quiero cerrar la historia de Julia. La gente me sigue preguntando por Julia.’ Así que empezamos a trabajar en eso”.

Julia, como sabrán los seguidores de la saga, es la mujer de Ethan, interpretada por Michelle Monaghan. El personaje fue introducido en Misión: Imposible III .y parece que muere entre los acontecimientos de esa película y Misión: Imposible — Protocolo Fantasma. Tuvo una breve aparición en Protocolo Fantasma, cuando se revelaba que su muerte había sido un montaje para protegerla de las fuerzas asesinas que estaban desesperadas por hacer daño a Ethan. “Como esta película es la culminación de todas las Misiones, hablamos mucho sobre la emoción, y no se puede conseguir esa emoción sin traer de nuevo a Julia”, dice Cruise. “Había un anhelo de recuperar el personaje, y una noción romántica, y las usamos. El trabajo de Michelle es excepcional, y ella es una persona maravillosa”.

Monaghan quedó muy gratamente sorprendida al descubrir que su personaje protagonizaba uno de los retornos de Misión: Imposible – Fallout. “No tenía ni idea de que existiesen planes de hacer volver a Julia, así que me emocioné mucho”, recuerda. “El personaje es maravilloso, y su historia de amor ha encandilado a los seguidores de la saga. Ethan se aleja para mantenerla a salvo y al margen de daños. Para mí, eso es la máxima expresión del amor. En esta historia se les ve juntos de nuevo, pero de una forma muy diferente”.

El personaje de Rebecca Ferguson, la antigua agente del MI6 Ilsa Faust, comparte el nombre con el personaje de Ingrid Bergman, Ilsa Lund, en Casablanca, un guiño a las similitudes que McQuarrie ve entre Rebecca Ferguson y las actrices de la era dorada de Hollywood, según nos revela Cruise. “Rebecca es increíble. Es muy carismática y atlética, y tiene una presencia dinámica que se adueña de la pantalla de una forma única.

Ilsa, que tiene sus propios objetivos y que aborda el espionaje desde una perspectiva particular, no comienza con buen pie su relación con el equipo IMF. “Trabaja para sí misma y para lograr lo que necesita,” dice la actriz sueca, entre cuyos trabajos más recientes en la pantalla cabe mencionar El Gran Showman, El muñeco de nieve y La chica del tren. “Todos tenemos nuestros propios objetivos e intereses personales en esta película. En ocasiones interactúan y en ocasiones ponemos palos en las ruedas de los demás, y eso hace que la película cobre una gran intensidad”.

Ferguson y Simon Pegg, que se habían hecho amigos en Nación secreta, renovaron instantáneamente su vínculo en el plató. “Rebecca es una actriz brillante e interpreta un personaje fabuloso,” dice Pegg. “Me gusta el hecho de que Ilsa sea perfectamente capaz de dar la réplica a Ethan tanto física como mentalmente, y que no se limite a aparecer en la pantalla para ser rescatada. Es estupendo ver que aparecen personajes femeninos fuertes en todo el panorama cinematográfico. Ya iba siendo hora”.

Vanessa Kirby, que ha sido aclamada por la crítica por su papel de Princesa Margarita, la hermana menor resentida de la Reina Isabel en la serie de Netflx “The Crown,” interpreta a Alana, también conocida como la Viuda Blanca. “Alana es un personaje enigmático que se presenta en la vida de Ethan como la absoluta antítesis de todas las mujeres que había conocido hasta entonces”, dice la actriz. “Representa una vida totalmente diferente, una vida que podría tener con una persona como ella que comprende su posición. Es una tentación, no solamente física, sino también emocional y psicológica”.

La Viuda Blanca es una especie de misterio, según McQuarrie. “Aparentemente es una filántropa que dirige una organización benéfica, pero en realidad es una tratante de armas, que actúa de intermediaria entre terroristas y potentados. Parece que disfruta relacionándose con toda esta cuadrilla de impresentables, pero no te puedes fiar de ella”.

Angela Bassett interpreta a Erika Sloane, que sustituye a Alan Hunley, el personaje interpretado por Alec Baldwin (que ahora es director del IMF) como Directora de la CIA y que aporta una actitud muy diferente a su trabajo. “Sloane es implacable y enérgica”, dice McQuarrie. “Por una parte, no tiene tolerancia alguna con el IMF y sus operaciones, pero por otra tiene una forma de ser que te desarma. Trabajar con Angela ha sido una experiencia absolutamente maravillosa. Su aportación a la película ha sido auténticamente especial”. La actriz nominada a los Oscar y a los Emmy, “exuda inteligencia, energía y credibilidad”, en palabras de Cruise. “Me encanta el personaje que McQ ha escrito para ella, y Angela lo borda. Cuando está en pantalla es una fuerza de la naturaleza, y en el plano personal es una mujer maravillosa, absolutamente maravillosa”.

Misión: Imposible – Fallout da a conocer a August Walker, un agente de la CIA interpretado por Henry Cavill que le es impuesto a Ethan por la Directora de la CIA, Sloane. “Aparece en nuestra historia como una especie de invitado especial”, dice McQuarrie. “Hay una gran fricción entre él y Ethan, y a lo largo de la película esa fricción llega a alcanzar un punto crítico”. El principal asesino de la CIA, Walker, también tiene su propia agenda oscura, dice Cavill. “Es un eliminador; acaba con las personas a las que no se puede capturar. Pero además, es un anarquista. Cruise tiene palabras de elogio para la interpretación del protagonista de El Hombre de Acero. “Es una fuerza de la naturaleza; es atlético, carismático y da bien a cámara. El público se dará cuenta de que no escatima esfuerzos. McQ escribió un fantástico personaje para él; es un magnífico antagonista”.

El guión exigía que Cavill tuviese que someterse a una serie de situaciones extraordinariamente incómodas durante el rodaje, en palabras de McQuarrie. “Tuvo que asumir el absolutamente ingrato trabajo de someterse a todos los ambientes gélidos, horribles, inclementes, que quepa imaginar, con muy poca ropa con la que protegerse”, dice el director. “De estar en un helicóptero abierto, viajando a 100 millas por hora a 2000 metros de altura sobre un glaciar en lo más duro del invierno de Nueva Zelanda, a estar colgando de un acantilado a 700 metros de altura en Noruega. Y siempre tenía actitud positiva, siempre se lanzaba a la acción de cabeza. Henry es un perfecto caballero y un fantástico actor. Ha sido todo un placer trabajar con él, y además tiene un gran sentido del humor”.

EL malhechor

Sean Harris vuelve en el papel de Solomon Lane, el malo de Nación Secreta que ahora busca vengarse de lo que Ethan le hizo en la película anterior. “Lane culpa a Ethan de destruir todo lo que él había construido” dice el director. “Cree que el verdadero malo es Ethan, no él, y está decidido a demostrárselo. Lo que comienza como una sencilla misión de recuperación de un cargamento perdido de plutonio acaba siendo una trampa montada por Lane”.

Harris también tuvo que someterse a una serie de experiencias intensas durante el rodaje. “No hay manera de prepararse para que te amarren con una camisa de fuerza a un BMW con Tom Cruise al volante y te den un paseo por las calles de París a 100 km por hora”, dice McQuarrie. “La escena, vista en pantalla, es bastante divertida, porque no puede dejar de interpretar a su personaje durante todo este recorrido enloquecido a toda velocidad. Lane es un personaje absolutamente centrado, que no sabe lo que es el miedo, así que Sean tiene que mantenerse impávido durante toda la escena. Es verdaderamente difícil, pero Sean hizo un gran trabajo”.

En otro momento de la película, Lane es transportado en la parte de atrás de un camión que es arrojado al Río Sena. “Sobre su personaje se abalanza una enorme pared de agua con tal determinación que casi parece un personaje más de la película”, explica McQuarrie. “Sumergimos el camión en agua y le dimos la vuelta, pero mantuvimos estacionaria la cámara, y por eso la orientación del agua tiene un aspecto tan extraño. Sean me dijo que podía contener la respiración durante 45 segundos, pero al estar cabeza abajo, tuvo que expulsar aire por la nariz, así que pasó instantáneamente de 45 segundos a no tener nada de aire. Tuvo un gran mérito, porque lo repitió posiblemente unas 10 o 12 veces, hasta que conseguimos una toma buena”.

No hay nada como lo que se hace de verdad

Aunque McQuarrie dotó deliberadamente a la película de una apariencia diferente, sabía que era primordial mantener los valores esenciales de la icónica franquicia de acción. “Misión: Imposible gira en torno a las escenas con especialistas de acción rodadas con acción real en ubicaciones reales y recurriendo en la menor medida posible a los efectos especiales con Chroma”, dice. “Tom está preparado y dispuesto a hacer todo lo que se nos ocurra. Así que tenemos que encontrar la manera de colocar la cámara en un lugar en que se pueda ver con claridad que es la propia estrella la que está interpretando estas escenas de acción, así que todo se diseña para colocar a Tom en el centro de la acción”.

En todas las películas de Misión: Imposible Cruise interpreta una escena de acción espectacular, inolvidable, en la que se juega la vida. En Misión: Imposible — Protocolo Fantasma fue la ascensión al Burj Khalifa de Dubai, el rascacielos más alto del mundo. En Misión: Imposible – Nación secreta, fue la escena en la que se colgaba de la puerta de un avión de transporte militar Airbus A400 Atlas durante el despegue.

Para Misión: Imposible – Fallout, Cruise y McQuarrie subieron las apuestas de la emoción, ideando una serie de frenéticas escenas de acción que dejarán al público sin respiración. “Tom dedicó más de un año a prepararse para esta película”, dice McQuarrie. “Se ha especulado mucho sobre cuál sería la escena de acción. Tengo que aclarar que se ha estado preparando para una secuencia de escenas de acción. Esa secuencia tiene más peligro del que he visto en mi vida; Tom estaba constantemente en peligro”.

Las escenas de acción son un auténtico desmadre, algo nunca visto, electrizantes, pero hemos evitado en todo momento adentrarnos en el territorio irreal de los superhéroes, dice el coordinador de escenas de acción y director de la segunda unidad, Wade Eastwood. “Esta no es una de esas películas de personajes de cómic en las que un tipo salta del techo de un coche, sale volando 180 metros y cae de pie. Nosotros hemos creado una acción que es real en todo momento. Creo que por eso el público se identifica con su personaje en estas películas. Ethan Hunt es un ser humano. Sabe lo que tiene que hacer. No siempre elige la manera más sencilla de hacerlo, pero pone toda la carne en el asador, así que tenemos que crear una acción y unas escenas peligrosas que provoquen admiración entre el público, pero que, a la vez, le hagan soltar una carcajada y resulten creíbles”.

Misión: Global

Como sus predecesoras más cercanas, Misión: Imposible – Fallout lleva al equipo IMF por todo el mundo, a una serie de localizaciones en exteriores visualmente deslumbrantes. “Uno de los componentes fundamentales de la saga Misión es que es una especie de documental de viajes”, dice el productor Myers. “La primera Misión se rodó, como todo el mundo sabe, en la República Checa y en otros lugares de Europa. Eso introdujo entre el público estadounidense la idea de que con estos personajes podría visitar lugares que en otras circunstancias no conocería. A medida que avanzaron las películas, comenzaron a convertirse en aventuras multiculturales que resultaban atractivas para el público mundial”.

A McQuarrie le quedó clara la importancia de elegir lugares espectaculares como localización de exteriores mientras dirigía Misión: Imposible – Nación Secreta. “En cierta medida, llegué a obsesionarme con esa cuestión”, afirma. “Buscaba exteriores constantemente con mi equipo; no descansábamos ni un minuto en nuestro afán por encontrar localizaciones que dieran profundidad, escala y amplitud a la película”. El diseñador de producción, Peter Wenham y el gestor supervisor de localizaciones, Ben Piltz lideraron esta búsqueda de nuevos emplazamientos espectaculares para rodar. Una de las primeras cosas que hizo Wenham al sumarse al proyecto fue señalar en un mapa del mundo todos los lugares en los que se habían rodado escenas en las anteriores películas de Misión: Imposible. “No queríamos repetirnos”, explica. “Queríamos que la historia se adentrase en aguas ignotas”. Según Piltz, McQuarrie estaba abierto a todas las posibilidades en lo relativo a sugerencias sobre lugares interesantes para rodar. “Su postura al respecto era ‘Localiza unos exteriores interesantes, y yo me encargo de escribir las escenas para rodar allí'”.

El rodaje principal de Misión: Imposible – Fallout comenzó en marzo de 2017 en París. “A Tom y a mí nos encanta París, y los dos queríamos hacer algo que pusiera a la ciudad en el candelero”, dice McQuarrie. “Habíamos visto un cortometraje titulado Rendezvous, una persecución de ocho minutos por toda la ciudad rodada desde el punto de vista del parachoques de un coche a toda velocidad. Quisimos hacer un homenaje a ese cortometraje, que recorre todos los hitos parisinos, y tuvimos la suerte de que el ayuntamiento nos dio permiso para hacerlo”. Cruise también consideró que era una oportunidad de honrar a la amplia tradición de películas rodadas en la capital francesa. “He visto muchísimas películas espléndidas que se rodaron en París; es una de las ciudades del cine”, dice. “Fue impresionante tener la oportunidad de celebrar esa tradición, de trabajar aquí y de poder sumergir al público en ese ambiente”.

No obstante, los cineastas estaban decididos a mostrar la Ciudad de la Luz de una forma que no se hubiese mostrado previamente, según indica Wenham. Una de las formas de lograrlo consistió en rodar desde el cielo. “Conseguimos la colaboración del ejército, y pudimos usar un helicóptero que nos ofreció una panorámica fantástica para los planos aéreos que muestran París como nunca se había visto desde el aire, porque es muy difícil obtener los permisos necesarios”.

El Arco de Triunfo, la ópera y todo lo que hay en medio

La primera escena de acción importante tiene lugar en París, donde Ethan Hunt se encuentra en medio de una persecución a alta velocidad, en la que participan una motocicleta, un BMW M5 clásico de 1986 y un camión blindado. El rodaje requirió que se cerrasen brevemente algunos de los lugares turísticos más populares del centro de París, como el Arco de Triunfo y la Avenida de la Opera, que llevan a la propia Grand Opera. “La ciudad de París fue fantástica”, dice McQuarrie. “Nos cedieron el control del Arco de Triunfo, en el entendimiento de que podríamos emplearlo dos horas un domingo por la mañana, a partir de las 6:00. Teniendo en cuenta la hora a la que salía el sol, tuvimos una hora y 15 minutos para hacer todo, así que el personal de cámaras tenía que estar perfectamente sincronizado para que una cámara empezase a rodar en el lugar preciso en el que la otra dejaba de hacerlo”. No obstante, había un problema, recuerda Cruise. “Uno de los dispositivos de seguridad de mi motocicleta no funcionaba correctamente, y estábamos perdiendo tiempo. McQ vino a preguntarme qué quería hacer. Arranqué la moto y le dije, ‘Amigo mío, tenemos que ponernos a rodar. Pon la cámara ahí y yo apareceré por esa esquina lo más rápido que pueda ir esta moto.’ Todo lo que hicimos nosotros fue iluminar la escena”.

Incluso Eastwood, que tiene más de seis docenas de créditos como doble y coordinador de escenas acción a sus espaldas, reconoce que se puso nervioso con el rodaje de la escena, en la que participaban 70 coches conducidos por especialistas que trataban de evitar a Cruise, que iba a toda velocidad en motocicleta, en dirección contraria al tráfico… sin casco. “Basta con un golpe en un mal sitio de la cabeza para que el accidente pueda ser mortal”, dice Eastwood. “Fue un gran motivo de preocupación, pero había un motivo para que esa escena estuviese en la película, así que lo que tuvimos que hacer fue organizar todo para que fuese lo más seguro posible. Me quedé muy tranquilo cuando todo terminó”.

Durante parte de la persecución, Ethan conduce un BMW M5 vintage por unas escaleras de piedra. Las instrucciones que Eastwood le dio a Cruise fueron que lanzase el coche a un giro de 180 grados y que en los 10 últimos grados girase el volante, pisase el embrague y pusiera el coche en primera marcha en el aíre. “Los especialistas de acción y los conductores profesionales se entrenan durante toda la vida para poder hacer eso, y a pesar de esa preparación, raramente se consigue hacerlo bien al 100% en todas las ocasiones”, explica Eastwood. “Tom hizo cuatro tomas, y tres de ellas fueron perfectas”.

En la película, Ethan y Walker saltan en paracaídas desde un avión militar C-17 Globemaster a 7500 metros de altura, para acabar estrellándose contra la parte superior del edificio de cristal, y descubrir que no hay forma de bajar. Así que Ethan se arrastra hasta un cable de alta tensión, lo desconecta y lo usa para balancearse y agarrar a Walker, y bajar en rappel los treinta seis metros que les separan del suelo. La maniobra fue la primera escena de acción que rodó Cavill. “Recuerdo que pensaba que iba a ser muy divertido; que iba a ser una pasada”, recuerda. “No te das cuenta de lo alto que es ese edificio hasta que estás de pie en la base y te elevan con la grúa hasta la cima, para preparar la jugada”.

Bienvenido a Nueva Zelanda

La siguiente parada de la producción fue Queenstown, en la bella Isla Sur de Nueva Zelanda, a donde llegaron el reparto y el equipo técnico en junio de 2017 para rodar las infartantes escenas del helicóptero que aparecen en la película. “La Isla Sur tiene muchas zonas vírgenes a las que únicamente se puede acceder en helicóptero”, explica el productor Myers. “Está muy bien equipada con aeronaves y pilotos tremendamente expertos, puesto que existe una importante industria de vuelos en helicóptero para turistas”. Era el principio del invierno en el hemisferio sur y los días eran muy cortos, así que había que empezar a trabajar antes de que saliera el sol para tener preparados los helicópteros y transportar al equipo técnico desde el campo base hasta las diferentes ubicaciones de rodaje.

La primera localización de Nueva Zelanda estaba en el Valle Rees, cerca de Glenorchy, aproximadamente a una hora y media en coche de Queenstown. Wenham, el diseñador de producción, había construido un gran campamento médico móvil así como una parte de un poblado de Cachemira. En su búsqueda del plutonio, Ethan y el equipo del IMF descubren que Lane está en el poblado. Cuando llegan al campamento, Ethan se queda desconcertado al descubrir a Julia y su nuevo marido Erik trabajando allí como médicos para contener un brote de viruela.

Justo al amanecer del primer día de rodaje, la tribu maorí local, liderada por el Jefe David Higgins, realizó un “Powhiri”, un ritual para dar la bienvenida a los visitantes de honor. Según recuerda Rhames, la tribu, el elenco y el equipo técnico se reunieron frente a uno de los platós del poblado de Cachemira, mientras el jefe invocaba a los espíritus de sus ancestros. “Había participado en una ceremonia parecida en África”, dice el actor. “Que nos permitiesen usar su suelo sagrado añade otro elemento a la película”.

La ceremonia fue uno de los aspectos más memorables del rodaje para Monaghan. “Fue todo un honor”, afirma. “Después nos entregaron unas bellísimas piedras sagradas que he guardado a buen recaudo”.

Colgando de un hilo

La primera escena de acción que se rodó en Nueva Zelanda fue la que llamaban “escena del cable largo”, en la que Cruise trepaba por una cuerda que colgaba de un helicóptero que volaba a unos seiscientos metros de altura y después saltaba doce metros en caída libre sobre la carga que estaba atada al final de la cuerda y salía rebotado. “Daba mucho miedo”, dice Myers. “En pocas palabras, Tom se tira al vacío desde un helicóptero. El principal riesgo era que se enredase en el cable, así que tuvimos que idear un sistema para evitar que pasase, a la vez que teníamos a Tom sujeto con un arnés de seguridad. Teníamos unos fantásticos pilotos con mucha experiencia en el transporte de cargas suspendidas con eslingas largas que reaccionaban a los cambios de viento. Cuando llegó a los patines del helicóptero, siguió actuando y pudimos rodar una parte mucho mayor de la secuencia de lo que habíamos pensado.

Cavill recuerda que fue testigo del rodaje de la escena desde un lugar seguro. “Ver a Tom subiendo por aquella cuerda tan larga, y después en caída libre, fue impresionante, la verdad. Solo estaba sujeto al helicóptero. Si llega a soplar una ráfaga fuerte de viento, o si hubiese habido algún contratiempo, la situación habría sido extraordinariamente peligrosa. Este equipo técnico había visto muchas escenas de acción en su vida, pero cuando saltó se escuchó un grito ahogado entre los que estaban presentes… que era precisamente lo que pretendíamos provocar”. Según Cruise, la escena había estado en fase de diseño y planificación durante un par de años. “Fue definitivamente una de las cosas más extremas que hicimos en la película, pero es una de esas cosas que no puedes rodar en un Chroma. Tiene muchos aspectos técnicos: Tienes que imaginar qué puede soportar el helicóptero, cuál es la carga máxima, dónde tienes que colocar las cámaras, cuáles pueden ser los ángulos. Todos los dispositivos tienen que funcionar, cualquier pequeña partícula que se desprenda y golpee las palas del rotor es un verdadero problema. El piloto tuvo que demostrar su gran pericia en el manejo del helicóptero, y lo mismo cabe decir de los especialistas que montaron los dispositivos; todos ellos hicieron un trabajo increíble”.

La secuencia también exigió una gran preparación física por parte de Cruise. “Llevo mucho tiempo entrenando para rodar esta escena”, afirma. “Trepar por la cuerda era muy difícil. Es difícil mantener la respiración, porque hay menos oxígeno, a causa de la baja presión que hay bajo el rotor. Hacía un frío cortante, y llevaba puesto un arnés que corta la circulación de la sangre, así que tenía las piernas dormidas. Por otra parte, estaba el salto de 12 metros en caída libre, y nunca sabes cómo va a resultar. Estaba alejándome de la cámara en caída libre, y llega un momento en el que te tienes que soltar. La primera vez las manos se me bloquearon, literalmente, era como si no pudiese soltar la cuerda”. Después de conseguir soltarse, Cruise tuvo que seguir controlando sus posturas a medida que caía. “Quería caer sobre la bolsa que llevaba a la espalda y después rodar”, dice. “Sabía que iba a haber un impacto, y la verdad es que me dejó sin respiración. Si llego a golpearme en los hombros con demasiada fuerza, o si llego a caer de cabeza, la cosa no habría pintado bien.

La escena era mucho más difícil y exigente que la de colgarme en el exterior de un avión en vuelo como hice en Misión: Imposible – Nación Secreta. “La del A400 fue una escena peligrosa”, dice Myers, “pero estaba en una posición estática. No es ni remotamente tan arriesgado como trabajar con un helicóptero, con el viento, las inclemencias climatológicas y los demás helicópteros en el aire a la vez”.

Acrobacias aéreas

Otra de las muchas secuencias espectaculares de la película es una persecución en helicóptero, cargada de adrenalina, a través de los traicioneros cañones de los Alpes del Sur de Nueva Zelanda. Cruise se sometió a una intensa formación de piloto que comenzó en Texas con Tim McAdams, piloto jefe de Airbus Helicopters, la empresa que facilitó la aeronave para la persecución. Siguió trabajando con pilotos de acrobacias aéreas en el Reino Unido, para aprender algunos de los trucos de pilotaje que exigía la película. A continuación, McAdams acompañó a Cruise a Nueva Zelanda y colaboró con él en todas y cada una de las tomas. “Llevo 35 años como instructor de vuelo y he visto muy pocos alumnos que tengan este nivel de dedicación y esta capacidad de concentración para conseguir que todo salga perfectamente bien”, dice McAdams. “Recuerdo que cuando le estaba enseñando a mantener el helicóptero estático en el aire, le dije ‘Eso ha estado muy bien’ y él me respondió ‘Bueno, pues tiene que estar mejor’. Dedicó horas y horas a mejorar. Recuerdo que una vez le pregunté ‘¿Estás bien?’ Me devolvió la mirada y me dijo ‘No me lo he pasado mejor en mi vida.'”

En Nueva Zelanda Cruise también se estuvo entrenando con Simon Spencer-Bower, uno de los instructores de vuelo más reputados del mundo. “Tom tiene una excelente técnica de vuelo a baja altura”, dice Spencer-Bower. “Le encanta, mide muy bien los riesgos y comprende los peligros que entraña ese tipo de vuelo. Aprende increíblemente rápido. En cuanto le enseñas algo, es capaz de repetirlo”.

Cruise pilotó el último modelo del Airbus H125 (anteriormente conocido como AS350), una aeronave monomotor de alto rendimiento que suele ser utilizada por las agencias de seguridad. Cruise estaba emocionado ante la oportunidad de ponerse a los mandos del helicóptero, que tiene cabina de cristal y un panel absolutamente digital. “Le llaman la ardilla”, indica. “Es un helicóptero fantástico, atractivo, que tiene la potencia que necesitábamos y un aspecto amenazante”.

En la escena de la persecución, el personaje de Cavill, Walker, va en un helicóptero Airbus BK117, que en realidad está pilotado por Marc Wolff, que también fue coordinador aéreo de la toma. “Fue el mayor reto de mi carrera, y llevo 48 años haciendo estas cosas en varios cientos de películas”, dice Wolff. “Es una secuencia larga, con muchas ubicaciones diferentes, todas ellas con sus correspondientes peligros. Había varios helicópteros volando alrededor de la escena. Algunos días teníamos que trasladar toda la unidad en helicóptero -13 helicópteros- en viaje de ida y luego de vuelta a la montaña, por lo que hubo que hacer una meticulosa planificación y tuvimos que tratar de mitigar muchos riesgos.” McQuarrie bromea diciendo que no es capaz de mencionar un solo aspecto de la escena aérea que no fuese peligroso. “En el caso de Tom realizaba tres trabajos: piloto, operador de cámara y actor. Es increíblemente difícil. Además, volábamos sobre una franja de terreno muy estrecha, en unas condiciones de viento impredecibles”.

Como la comunicación, una vez que el equipo estaba en el emplazamiento, era complicada, cada día de rodaje en el cañón comenzaba con una sesión informativa para los pilotos en el campamento base. “Nos poníamos en círculo con helicópteros de juguete y mostrábamos lo que se suponía que tenían que hacer los helicópteros”, dice McQuarrie. La secuencia aérea era extraordinariamente peligrosa, dice Myers. “Los pilotos que vuelan por estos cañones son pilotos locales que llevan años haciéndolo, y no muchos de ellos son capaces de bajar al nivel del suelo y seguir los recodos y meandros del río. Para ser capaz de hacer esas maniobras, Tom había recibido formación durante un periodo relativamente breve de tiempo, y volaba por su cuenta. En la mayoría de las escenas de acción que hemos hecho con Tom en el pasado había un mecanismo de seguridad incorporado, como un cable de seguridad o algo que le enganchaba en el último segundo, como cuando escaló al Burj Khalifa o en la escena en que se agarraba a la puerta del A400. En esta secuencia todo el mérito es de Tom. El más mínimo error con los controles hubiese significado el fin. Era muy estresante, y cada vez que les veía volver soltaba un suspiro de alivio”.

La secuencia de la persecución concluye en Milford Sound, con una escena especialmente exigente en la que Walker comienza a disparar a Ethan, que tiene que hacerse a un lado, con una maniobra conocida como vuelta sobre el ala. A continuación el helicóptero de Cruise hace un vuelo bajo sobre un lago y hace un picado en espiral en una cascada. “Las espirales son increíblemente difíciles de hacer,” indica McQuarrie. “Volé con Tom y su instructor y me mostraron cómo se hacían. El instructor había acumulado experiencias de este tipo durante toda su vida. No podía imaginarme que Tom fuese a ser capaz de hacer algo así nunca. Observé durante tres o cuatro días como Tom pasaba de ser capaz de hacer una espiral a ser capaz de hacer espirales sin fin, lo que resulta aterrador. Desde nuestra perspectiva, al verlo desde la cámara, no tenemos sensación de profundidad y en cada espiral da la impresión de que se va a estrellar.

Todos los pasos importan

Después de las escenas de acción que Cruise realizó en Nueva Zelanda, en las que se jugó literalmente la vida, nadie esperaba lo que sucedió a su vuelta a Inglaterra en agosto de 2017 para rodar una persecución comparativamente sencilla sobre unos tejados. Filmada en varios exteriores de Londres, entre ellos, la Catedral de St. Paul, la Estación de Blackfriars y el museo Tate de arte moderno, la secuencia era originalmente una pequeña escena de acción que servía de puente entre dos actos. Pero como suele pasar con frecuencia en los rodajes de Misión: Imposible, su tamaño y complejidad comenzaron a crecer. Y durante la filmación de un segmento de la persecución, todo dio un vuelco radical. “Tom clavó la escena, pero se dio cuenta inmediatamente de que se había roto el tobillo”, recuerda McQuarrie. “Había cuatro cámaras, una de ellas apuntándole directamente, así que se levantó del suelo y corrió hasta donde pudo para salir del plano antes de derrumbarse”.

Cruise dice que lo dio todo al saltar, porque quería que el público sintiese la desesperación de Hunt después de haber decidido jugárselo todo para alcanzar su objetivo. “Fue un impacto muy fuerte, y en ese momento me estaban pegando un tiro en las costillas. Saqué el pie durante una décima de segundo, para tratar de atenuar el impacto. En cuanto golpee la pared pensé ‘¡Oh, no!’ Sabía que tenía que seguir, porque esta era la toma buena, así que me las apañé para salir del plano”.  McQuarrie se acercó enseguida para ver cómo estaba Cruise. “Tenía la pierna levantada y me dijo ‘Estoy seguro de que me la he roto’. Recuerdo que le dije ‘Esto tiene que tener un lado bueno; lo que pasa es que todavía no sabemos cuál es.’ Tom y yo hemos pasado suficientes aventuras y desventuras como para saber que los desastres son una oportunidad de alcanzar la excelencia”.

Una resonancia magnética reveló que el astrágalo de Cruise, la parte inferior del tobillo, que está justo encima del hueso del talón, estaba fracturado. “Era una lesión muy grave”, explica el actor. “Inicialmente, los doctores pensaron que la recuperación requeriría nueve meses. Hice todo lo posible para recuperarme, con terapia física y entrenamiento entre 10 y 12 horas al día, y en seis semanas pudimos volver a rodar. Después de 10 semanas pude volver a correr otra vez, lentamente, y en 12 semanas ya podía esprintar. Pasé dos días esprintando de lado a lado del tejado de la estación de tren de Blackfriars, y los tres días siguientes fui incapaz de dar un paso.

Afortunadamente, en el momento del accidente ya se había rodado suficiente material para que McQuarrie pudiese empezar con las tareas de edición y montaje. “En cuanto lo hice, pude evaluar la película de una manera que no habría sido posible en cualesquiera otras circunstancias”, dice el director. “Me dio la oportunidad de reescribir parte de la historia, y de terminar el guión. A la larga, fue beneficioso para la película”.

Librarse por los pelos

Al final de la persecución aérea, los helicópteros de Hunt y Walker chocan y caen sobre la cima de una montaña. Es el marco para la climática lucha entre los dos personajes centrales. McQuarrie quería que la escena tuviese lugar al borde de un precipicio con una vertiginosa caída. Pero a pesar de la abundancia de montañas en Nueva Zelanda, el equipo de localizaciones no pudo encontrar allí el lugar que estaba buscando el director.

Después de una búsqueda por todo el mundo, optaron por el Preikestolen (la Roca del Púlpito) en Noruega, una pequeña explanada con un afiladísimo despeñadero que se precipitaba a 600 metros del fondo del fiordo. Aunque el lugar ofrecía un entorno espectacular para la escena de lucha, rodar allí resultó ser una tarea extraordinariamente complicada. Para empezar, la climatología experimentaba cambios extremos, con días en los que había granizo, nieve, lluvia y sol prácticamente sin solución de continuidad. La segunda vez que el equipo ascendió para explorar, el viento era tan fuerte que tuvieron que avanzar a gatas para que el viento no les arrastrase al precipicio. Y las condiciones climatológicas no hacían sino empeorar, a medida que se aproximaba rápidamente el invierno. Estas desafiantes condiciones no le permitieron a Cruise retomar con tranquilidad el trabajo a su vuelta al escenario tras la recuperación de la lesión. “Tom y Henry subieron a la explanada, con un frío helador, a rodar sobre un terreno inestable y muy peligroso”, dice McQuarrie. “En aquel momento Tom todavía tenía el pie roto, por lo que todo esto le resultaba extraordinariamente incómodo”. La producción se vio asolada por demoras provocadas por las condiciones climatológicas, y llegó un momento en el que no tuvimos claro que fuésemos a poder terminar el rodaje antes de que el invierno se asentase definitivamente. Lo logramos, pero unos 15 minutos después de que el último helicóptero que transportaba a los técnicos de rodaje despegase, una tormenta de nieve enterró todo el lugar, equipo incluido, bajo una gruesa capa de nieve. Hubo que dejar allí parte del equipo hasta que pudimos recuperarlo la primavera siguiente.

EL Salto Hal

El salto HALO (gran altitud, baja apertura) es una técnica de paracaidismo empleada por las unidades militares de élite para aterrizar sin ser detectados en terreno enemigo. En el rodaje de Misión: Imposible – Fallout, Cruise se convierte en el primer actor de un largometraje comercial que salta de un Boeing C-17 Globemaster III desde una altura de 7500 metros. Originalmente estaba previsto haber rodado la escena en el aeródromo Brize Norton de la RAF, una base que se encuentra a unos 120 kilómetros al noroeste de Londres. Algunas de las escenas de interior y exterior se rodaron allí, pero el retraso provocado por el accidente de Cruise hizo que el momento de rodaje coincidiese con el invierno en Inglaterra, lo que imposibilitó que concluyese el entrenamiento necesario. “Necesitaba formación muy intensa en paracaidismo, porque la secuencia era muy técnica, y, si te digo la verdad, muy peligrosa”, dice Cruise.

Parte de la formación tuvo lugar en los Estudios Leavesden de Inglaterra, en donde Neil Corbould, el supervisor de efectos especiales, dirigió la construcción del mayor túnel de viento vertical del mundo. “Lo diseñamos con Aerodrome, en Letonia”, dice. “Hicieron un trabajo magnífico. Fueron necesarias seis semanas para diseñarlo y cinco meses para construirlo”.

Un túnel de viento normal para formación en paracaidismo tiene un motor de 800 kilovatios que produce vientos de 130 kilómetros por hora, según Corbould. El túnel construido para la producción tenía cuatro de esos motores, alimentados por generadores de cuatro megavatios y hélices de diseño avanzado, que hacían posible suspender en el aire a cuatro personas a más de 18 metros de altura.

Después de concluir el rodaje principal en febrero de 2018, la unidad de paracaidismo se desplazó a Abu Dhabi para comenzar la formación de Cruise, que tenía que acumular un mínimo de 100 saltos antes de que pudiese comenzar el rodaje de la escena del salto HALO. Además, Cruise y Cavill tenían que recibir formación sobre el uso de oxígeno en vuelos a gran altitud. “El mayor riesgo a 7500 metros de altitud es la hipoxia, que es la privación de oxígeno”, explica Allan Hewitt, un antiguo saltador de los Red Devils (el equipo de exhibición del Regimiento de Paracaidistas del Ejército Británico), que montó un equipo experto de saltadores para que colaborasen con Cruise en la secuencia. “Primero te pones eufórico… y a continuación el cerebro deja de funcionar.

Teníamos que contar con saltadores de seguridad en torno a Tom, para que si empezaba a experimentar hipoxia, los expertos lo detectasen y detuviesen el rodaje. La persona afectada por hipoxia no es consciente del estado en que se encuentra. Cree que está bien, por lo que es una situación muy peligrosa”.

Otro miembro del equipo era la Dra. Anna Hicks, Médico Forense de Aviación Militar habilitada, con un especial interés en el paracaidismo, y Especialista Aeromédico de la Autoridad de Aviación Civil General de los Emiratos Árabes Unidos. Ella era la responsable de que el reparto y el equipo técnico fuesen físicamente capaces de soportar las condiciones extremas de vuelo a gran altura, además de encargarse de supervisar su estado durante los vuelos y de saltar con el equipo como saltadora de seguridad.

La empresa de servicios de producción con sede en Abu Dhabi twofour54, dirigida por su Excelencia Maryam Almheiri, negoció un acuerdo con las Fuerzas Armadas de los Emiratos Árabes Unidos para tener acceso al C-17 Globemaster así como al avión doble turbohélice Viking Air DHC-6 Twin Otter que se empleó para los ensayos. “Afortunadamente, las Fuerzas Armadas de los Emiratos Árabes Unidos sabían lo que estábamos tratando de lograr y quisieron formar parte del proyecto”, dice Cruise. “Les encanta el cine y yo les estoy muy agradecido. No sabíamos cómo íbamos a hacerlo hasta que llegamos a Abu Dhabi y empezamos a ensayar. Si no llegan a unirse a nosotros, sin su ayuda a lo largo de todo el proceso, no habríamos sido capaces de culminar esta secuencia”.

Esta escena de acción planteaba un nuevo desafío, con consecuencias potencialmente mortales. A 7500 metros de altura, Cruise y Cavill tenían que usar máscaras de oxígeno, pero como las máscaras normales cubren el rostro, fue necesario desarrollar y construir unas máscaras de “héroe”, cometido que correspondió al departamento de atrezo, en colaboración con Hewitt. “Necesitas un equipo de oxígeno especial, y los únicos que lo tienen son los militares”, explica el experto en salto en paracaídas. “Su equipo está diseñado para salvarte la vida hasta que llegas a una altura segura. No está diseñado para hacer nada en caída libre, así que tuvimos que adaptar todo el equipo de oxigeno. Querían un casco integral que pudiese usarse a 7500 metros de altura, y eso era algo que nunca se había hecho, por lo que tuvimos que empezar desde cero y averiguar cómo hacerlo”.

Hewitt trabajó con el modelista supervisor Toby Shears y con el modelista de diseño CAD Dan Rutter para crear el dispositivo. “Originalmente hicimos el casco con resina endurecida impresa en 3D”, explica Shears, “pero no era suficientemente resistente, así que recubrimos las piezas con cobre, mediante técnicas de galvanoplastia, lo que las confiere una considerable resistencia, y las pintamos de negro. Una de las partes más complejas del diseño fueron las luces LED que se colocaron en torno al rostro de los actores, a efectos de iluminación. Las bombillas estaban cubiertas de silicona, para que no hubiese riesgo de que una chispa inflamase el oxígeno, en caso de que se rompiese una bombilla.

El calendario de formación para el salto HALO era muy riguroso. Un día tras otro, Cruise saltaba cuatro o cinco veces desde el Twin Otter, y después de la comida, saltaba tres veces más desde el C-17. La mayoría de los saltadores que entrenan con esa intensidad no lo hacen durante más de dos semanas sin tomarse un descanso, pero para el momento en que comenzó el rodaje, Cruise llevaba haciéndolo más de cuatro semanas. “Pensé, bueno, estoy en forma, saltaré entre 10 y 15 veces al día, y nos quitamos de encima esto del salto”, dice el actor. “Cuando empezamos a hacerlo pensé, ¡buf! Hacer aquello fue una auténtica paliza para todos nosotros”.

En la escena, Hunt salta del C-17 para rescatar a Walker, que ha saltado del avión y ha quedado inconsciente a causa de un rayo. El intento de rescate requiere una serie de complicadas acrobacias en caída libre que incluso a saltadores expertos les resultaría difícil dominar. Si a esas dificultades le añadimos el hecho de que McQuarrie y Cruise querían que la escena tuviese lugar durante el crepúsculo, lo que significa que únicamente tenían una oportunidad al día de rodarla, tendremos un nuevo ejemplo de desafío imposible. “Es un salto muy complicado al tener que rescatar a alguien en caída libre”, explica Hewitt. “A los Instructores de Caída Libre Acelerada les cuesta más de 1000 saltos hacerlo bien, y aproximadamente el 70% de las personas que tratan de obtener la titulación de instructor no lo consiguen. Tom solo tenía 100 saltos para perfeccionar esta técnica”.

Una de las mayores dificultades a las que se enfrentó Cruise fue saltar desde el C-17. “Es una gran aeronave que vuela a 250 kilómetros por hora”, dice Hewitt. “Al saltar te encuentras con grandes turbulencias procedentes de la parte inferior. Tienes que recibir esa turbulencia de lleno en el pecho, el efecto es muy similar al de una patada en el cuerpo. Después tienes que emplear ese flujo de aire para que te ayude a descender volando hasta tu objetivo. Tom descendió en caída libre a unos 250 kilómetros por hora, aproximadamente, y cuando llega a la altura de Walker, tiene que echar el freno. Hace falta una técnica muy depurada para que salga bien”.

Se recurrió al veterano fotógrafo aéreo Craig O’Brien para rodar la secuencia. O’Brien tiene más de 23.000 saltos a sus espaldas, la mayoría de ellos como operador de cámara. Para captar la toma, ensayó los movimientos en intrincado detalle con Cruise. “Lo que hizo Craig fue increíble”, dice Cruise. “Nunca había rodado nada así con anterioridad, pero es un artista. Necesitas un operador de cámara que comprenda no solo la técnica de rodaje, sino la historia. Hizo un trabajo excelente”.

Además de las complicaciones de la coreografía del salto, O’Brien usaba una cámara Red Weapon con una lente IMAX sujeta al casco. No solo era enormemente pesada (aproximadamente 10 kilogramos) sino que además tenía que enfocar la cámara sin poder mirar por el visor. Diseñaron un dispositivo en colaboración con el fabricante de lentes Panavision que permitió a O’Brien enfocar cuando filmaba a Cruise de cerca y después cambiar automáticamente el enfoque midiendo la distancia a medida que se alejaba. La lente IMAX no se había utilizado nunca en caída libre. “Quería que el público tuviese la impresión de que estaba directamente allí, en medio de la acción”, dice Cruise. “En cuanto salí del C-17 empecé a hacer volteretas de manera bastante violenta. Mientras las hacía, tenía que localizar a Craig para acercarme hacia él. Nunca estás seguro de lo que va a conseguir en cada toma. No es como si se usase una cámara normal en un ambiente controlado. No había nada bajo control, y creo que esta secuencia lo transmite perfectamente”.

Cruise hacía entre cuatro y seis saltos de ensayo al día. Y justo al ponerse el sol, cuando las condiciones de iluminación eran las idóneas, McQuarrie filmaba el salto final del día. “Teníamos tres minutos para hacer la toma” dice el director. “Si no lo lográbamos, sabíamos que tendríamos que volver al día siguiente. Así que la tensión se iba acumulando a lo largo de la jornada. Además de ser un asombroso ejemplo de trabajo de acción, Tom ayudaba al operador de cámara y, por supuesto, actuaba mientras hacía todo eso”.

Después del rodaje, el equipo se reunía en la camioneta de video para ver si la escena había salido bien. “Todo el equipo esperaba para ver si lo habíamos logrado”, dice Cruise. “Muchos días no lo logramos. Me encargaba de que todo el mundo examinase el material que habíamos rodado, para que viesen exactamente qué había ocurrido, por qué no valía la toma y qué había que hacer de otra manera”.

La secuencia se dividió en tres secciones, cada una de las cuales requirió mucha formación, una meticulosa planificación y días de ensayo y rodaje. “Pensábamos que la primera parte iba a ser imposible, pero cuando llegamos a la segunda parte, nos dio la impresión de que el primer salto había sido sencillo”, dice Cruise con una carcajada. “Al final conseguimos hacer bien la sección dos, y todo el mundo se emocionó. La sección tres acabó siendo extenuante. Teníamos que encontrar la manera de conectarla a la sección dos, cuando por fin conseguía agarrar al doble de Walker. Estaba tratando de mantenerme agarrado a él cuando la fuerza centrífuga casi me desencaja los brazos. Los tendones de los brazos y la espalda se tensaron al límite. A Craig, el operador de cámara, le pasó lo mismo. “Después de que McQ, Jake y yo visionásemos la última toma de la sección tres, llamamos al equipo de rodaje para que se reuniese, y se la mostramos”, añade Cruise. “Fue como si todos tomásemos la decisión de común acuerdo: Lo habíamos logrado – ¡la película estaba terminada! Todo el mundo estaba emocionado y orgulloso de lo que habíamos logrado. Es una de las mejores sensaciones que se puede tener, y el motivo de que yo sea un adicto a los rodajes. Es la sensación que tienes cuando trabajas con personas con un enorme talento, en todos los departamentos, a las que les encantan las películas y entretener al público. Las sensaciones en esos momentos son inenarrables, y nunca se borran de tu memoria”.

 

MISSION: IMPOSSIBLE - FALLOUT

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Rebecca Ferguson as Ilsa Faust in MISSION: IMPOSSIBLE - FALLOUT from Paramount Pictures and Skydance.