¿Cómo se hizo Wonder Woman 1984 de Patty Jenkins?

INTL_WDWMN2_VERT_TSR_INTL_2764x4096

#wondersoman1984 #WW84

Protagonizada por Gal Gadot en el papel protagonista, se adentra a toda velocidad en los años 80 y, en su siguiente aventura en la pantalla grande, encontramos a Wonder Woman a lomos de un rayo cabalgando por los cielos, con alas doradas y persiguiendo un sueño mientras dos nuevos y temibles enemigos le pisan los talones: Max Lord y Cheetah.

En “Wonder Woman 1984”, el destino del mundo vuelve a estar en juego y solo Wonder Woman puede salvarlo. En este nuevo capítulo de la historia de Wonder Woman vemos a Diana Prince viviendo tranquilamente entre los mortales en la vibrante y estilosa década de los 80, una era de excesos obsesionada en tenerlo todo. Aunque ha recuperado todos sus poderes, mantiene un perfil bajo ocupada en conservar y clasificar artefactos antiguos. Solo realiza actos súper heroicos de incógnito. Pero ahora, Diana tendrá que volver al primer plano y hacer acopio de toda su sabiduría, fuerza y coraje para salvar a la humanidad de un mundo que ella misma ha creado.

Ella despertará al héroe que hay en todos nosotros

Wonder Woman regresa en un juego de acción épico que lleva al público a experimentar una aventura a través de un pasado no muy lejano y a nuestro héroe a vivir un viaje que abarca el mundo entero.

Estamos en 1984 y los Estados Unidos de América se encuentran en la cúspide del poder y el orgullo, sacando a relucir lo mejor -y lo peor- de nosotros. Consumismo, riqueza, arte, tecnología, glamour… todo está al alcance de la mano donde la posibilidad de “tenerlo todo” lleva inevitablemente a querer más. Un escenario completamente diferente a 2017, el período de la Primera Guerra Mundial en el que los espectadores conocieron a Wonder Woman. Los 80 son la década perfecta para despertar en ella su compasión y su sentido de la justicia, la equidad y la generosidad, además de su amor inquebrantable por la humanidad. A pesar de tantos años viviendo y trabajando en la sociedad, para Diana Prince las ideas de “yo” y “más” le resultan tan extrañas como lo era la civilización cuando abandonó su isla paradisíaca hace 66 años para salvar al mundo de la destrucción. Ahora, ella debe volver a salvarlo… de sí mismo.

La directora, coguionista y productora Patty Jenkins aspiraba a llenar la pantalla con un despliegue de acción aún más trepidante y colocar a la protagonista ante un desafío aún mayor. “En la primera película, Diana se vio envuelta en la primera ola de la mecanización del mundo; esta vez, debe hacer frente a una humanidad en el apogeo de su éxito o, más exactamente, a sus excesos”, afirma. Y añade: “Al igual que antes, hay algo para cada espectador, y mucho para los fans más avezados”. Jenkins, que se encuentra obviamente entre los últimos, afirma que esto se debe a que “el núcleo de la historia nunca pierde de vista cómo es Wonder Woman: optimista, positiva, valiente… nuestro mejor yo. En mi opinión, ella es el ejemplo perfecto de lo que los superhéroes deben hacer; nos muestra cómo podemos sacar lo mejor de nosotros mismos y nos recuerda que al hacerlo, podemos crear un mundo mejor”.

Gal Gadot, que no solo retoma el doble papel protagonista de Diana Prince y Wonder Woman, sino que también es productora de la película, dice: “En ‘Wonder Woman’, Diana estaba aprendiendo lo que significaba vivir con los humanos. En esta película, experimenta una evolución que va paralela a la humanidad y que, con el tiempo, la ha llevado a aprender a sentir como ellos”.

Gadot recuerda el momento en el que la idea de esta historia comenzó a tomar forma para Jenkins: “Patty y yo todavía estábamos trabajando en la primera película y aún no sabíamos cómo iba a reaccionar el público. Pero ambas somos grandes soñadoras”, dice sonriendo, “y nos pareció que si podíamos hacer otra película de Wonder Woman, tendría que ser un capítulo completamente diferente en su vida”.

El productor Charles Roven, que tiene una extensa historia a la hora de abordar temas con los que uno puede sentirse muy identificado sirviéndose de aspirantes a héroes de DC, añade: “Para esta historia de Wonder Woman queríamos que tuviera lugar lo suficientemente lejos en su futuro y por lo tanto hubiera evolucionado y madurado. La década de los 80 fue una época interesante para ubicar a alguien intemporal como Diana porque había una sensación de invencibilidad, de que tus aspiraciones podían ser ilimitadas. Pero después de tantos años, también ha tenido que lidiar con cosas que nunca hizo de joven como una Amazona inmortal: la pérdida de las personas que ama”.

Proporcionar al personaje una conexión aún más profunda a través de un sentimiento muy humano -la vulnerabilidad que viene aparejada con la añoranza-, se hace realidad en la única persona que Diana había perdido y que nunca la ha abandonado, al menos en su corazón: Steve Trevor. Aunque en la nueva película Jenkins sigue guardando el secreto de las circunstancias que rodean el regreso del personaje, la directora afirma que su participación en la nueva historia nunca estuvo en duda. “Encajaba a la perfección en la trama que estábamos elaborando. De hecho, Gal y Chris sabían a mitad del rodaje de la primera película lo que podrían hacer en una segunda entrega”.

Chris Pine, que retoma un papel fundamental, comenta: “Patty sabía exactamente cómo quería que volviera Steve; es una narradora increíble tanto en el aspecto pictórico como cinematográfico y también en persona. Me fascinó la idea de regresar a un mundo que ella iba a volver a crear y, por supuesto, trabajar codo con codo con Gal”.

Si en la primera película Diana conoció el amor romántico, en esta, explica Gadot, explora otra cualidad del personaje. “Esta película trata sobre la verdad, algo que parece sencillo pero que, en muchos sentidos, es tremendamente complicado. Como personas, tenemos que aprender a apreciar el aquí y ahora, la verdad de nuestra situación, pero también deseamos olvidarnos de eso para perseguir lo que queremos, lo que no tenemos, lo que no es la verdad de nuestra situación. Está claro que podemos intentar tenerlo todo, pero ¿lo conseguiremos alguna vez?”

Diana está convencida de que no puede. Hasta que de repente se encuentra cara a cara con el único deseo de su corazón, y sus ganas de creer la llevan a dejar de lado todas las dudas que abriga. Pero casi de inmediato, el reencuentro de Diana y Steve se ve interrumpido no por uno, sino por dos icónicos supervillanos de Wonder Woman: Max Lord y Cheetah.

Kristen Wiig asume el doble papel de la torpe científica Barbara Minerva y su alter ego Cheetah, una de las favoritas de los fans y una de las rivales más temibles de Wonder Woman. “Cuando Patty me llamó para ofrecerme el papel, dije inmediatamente que sí porque me había encantado la primera película. Fue así de sencillo. Después, cuando leí el guion, me fascinó el alcance de la transformación de mi personaje, lo mucho que cambia y lo malvada que se vuelve. Siempre quise hacer ese tipo de personaje así que para mí fue un sueño poder interpretarlo”.

Pedro Pascal encarna a Maxwell Lord, un villano que se incorporó al canon de DC en los años 80. El actor siempre ha admirado a Jenkins y le fascinó la idea de trabajar con el director y de encarnar a ese personaje. “La época que más me ha influido y que mejor recuerdo es la de los 80, para bien o para mal”, dice riendo. “Ese sentimiento de nostalgia, sumergirse en ese mundo con una directora tan brillante que lo entiende tan bien… ¿Quién no querría formar parte del estudio de un personaje como Wonder Woman, esa Superheroína que ni siquiera sabíamos que necesitábamos tan desesperadamente? Hasta que Patty y Gal nos la trajeron para recordarnos de la forma más divertida en qué consiste nuestra humanidad”.

Además de aumentar la apuesta y la acción enfrentando a la Superheroína de DC a un desafío global de alto riesgo tanto físico como emocional, los años 80 también ofrecían a los realizadores unas fantásticas oportunidades a la hora de diseñar el look de la película, desde los entornos hasta los trajes. Para Jenkins, el escenario fue una elección tanto personal como profesional. “La idea inicial de ambientar la historia en 1984 surgió de mi deseo de situar a Wonder Woman en mi época, una época que para mí es sinónimo de ella, en lo que se refiere a la popularidad cultural del personaje. Después lo más divertido e interesante fue intentar hacer una película que no fuera una referencia de la época, sino que recreara la sensación de ver una película en los 80, una experiencia que resultara auténtica”. El productor Stephen Jones señala: “A pesar de que estábamos haciendo una epopeya de superhéroes, con muchas secuencias de acción de gran envergadura, que se desarrollaban en varios países y se rodaban en localizaciones reales siempre que era posible, trabajando con Patty y comprendiendo su visión, sabíamos que la película resultara real. Le gusta trabajar con la cámara para que todo parezca lo más real posible”.

El rodaje iba a abarcar mucho terreno. De hecho se rodó en Estados Unidos, Inglaterra, Gales, España peninsular y Canarias. “La huella global de esta película es una de las más grandes en las que he trabajado”, cuenta Roven. “También pudimos rodar tanto en película de 35 mm como en IMAX de 65 mm, lo que siempre resulta emocionante, ya que crea una verdadera sensación de espectáculo y es uno de los medios más inmersivos del cine actual”.

El impresionante formato, junto con escenarios increíblemente detallados, permitió que los realizadores, el reparto y también el público se sumergieran en una era pasada no muy lejana vista a través de los ojos de uno de los superhéroes más inspiradores del mundo. “Esta es la Wonder Woman que todos recordamos, la que puede lidiar con un crimen. Parece fácil, ¿no?”, se pregunta Jenkins. “Es fácil para ella, es más poderosa que nunca ha sido o será… o al menos eso parece”.

Héroes y villanos
“Este mundo no está todavía preparado para todo lo que harás”. ~Hipólita

Palabras proféticas de la sabia y mundana madre, Hipólita, reina de las Amazonas, a la joven Diana mucho antes de que su princesa pudiera imaginar algo parecido a la humanidad… o al año 1984.

Cuando arranca esta película, lo único que la preadolescente Diana quiere de verdad es demostrarse a sí misma ante su madre y su tía, la gran guerrera Amazona Antiope, y ante el resto de Temiscira. Aunque es joven, es muy ambiciosa y se enfrenta (y corre, trepa, monta a caballo y muchas más cosas) a los mejores en los Juegos de las Amazonas, una gran demostración de atletismo. Pero a pesar de su valentía y de sus impresionantes habilidades, todavía tiene mucho que descubrir sobre lo que significa ganar y mucho que aprender de sus mayores.

En otro mundo y en otra vida, una Diana adulta aprenderá lo que significa una verdadera victoria, y que es a ella a quien debe responder en última instancia.

Washington, DC, 1984: Diana Prince vive tranquilamente entre los mortales y trabaja como antropóloga y arqueóloga, encargándose de artefactos antiguos en el Museo Smithsonian. Ya conoce el juego de los superhéroes. Está trabajando a pleno rendimiento pero sigue manteniendo un perfil bajo. “Creo que hicimos un buen trabajo diseñando el personaje en la primera película y contando su historia de paso a la edad adulta, sobre cómo Diana se convirtió en Wonder Woman. Ahora era el momento de profundizar en el personaje y comprender cómo ha cambiado desde la última vez que la vimos”, dice Gadot. “Diana lleva mucho tiempo viviendo en este mundo y ya no es ingenua, pero se siente sola. Le resulta difícil dejar atrás el pasado; está centrada en ello a través de su trabajo y es muy consciente de lo que siente su corazón. Y aunque está implicada en el mundo que la rodea, no se compromete del todo. De hecho, cuando es Wonder Woman, trabaja en las sombras. Eso me intrigaba mucho y me entusiasmó la idea de volver a adentrarme en este personaje porque tiene muchas capas y es complejo e inspirador al mismo tiempo. En esta historia la veremos experimentar algo muy profundo con lo que resulta fácil identificarnos”.

A Jenkins le encantaba dirigir a Gadot pero también de trabajar con ella como productora. “Desde el principio compartimos el mismo punto de vista sobre la película y el personaje y colaboramos mucho”, afirma, “pero esta vez fue además nuestra compañera durante toda la posproducción y hasta el mismísimo final. Pudo expresar sus grandes ideas y su buen gusto en todo lo relacionado con la película. Su visión global como productora tiene la misma claridad que su manera de apreciar el ritmo de cada historia como actriz”.

Gadot hace hincapié en que la historia emocional de Wonder Woman se explora en paralelo a toda esa acción intensa y emocionante que los fans esperan de una película de superhéroes. “Las escenas de lucha son una parte muy importante de su periplo y son fundamentales para nuestra historia, y no solo porque nos encanta verla enfrentarse a los malos”, dice bromeando. “Vemos a Diana en su mejor momento, esa diosa guerrera de las Amazonas capaz de cualquier cosa: luchar contra criminales, salvar civiles y otras cosas absolutamente asombrosas que no puedo revelar… No quiero estropear nada. Pero en esta ocasión su fuerza interior también entra en juego, así que hay mucho que perder”.

“Parece que has visto un fantasma”. ~ Steve Trevor

En “Wonder Woman 1984”, Diana se reencuentra con Steve Trevor, el amor de su vida, a quien extraña desde hace casi 70 años. Sus sentimientos por Diana son tan fuertes como siempre, al igual que los de ella por él, y el dolor que ha vivido se desvanece.

Pine reflexiona: “Me encantó volver. Esta vez era el pez fuera del agua, como lo fue Gal en la primera película. Ahora es Steve quien descubre un nuevo y enorme universo. Fue divertido interpretar esa positividad, a ese chico serio en el cuerpo de un hombre, después de haber sido ese hombre desencantado que había presenciado las horribles maquinaciones del poder y la lucha por el dominio y la violencia que acompañan a todo eso. Esta vez puedo jugar a asombrarme de las cosas más mágicas y banales del mundo. Como un microondas”. “Cuando piensas en lo que se había convertido el mundo de 1918 a 1984”, afirma Roven, “te preguntas dónde estamos hoy en lo que se refiere a la tecnología… te sientes desconcertado pero de una manera maravillosa. De esta forma, los ojos de Steve Trevor son nuestros ojos en la película y, además de ser un actor increíble, Chris tiene un gran sentido del humor y una capacidad para maravillarse que resulta muy entretenida”.

A Pine le encantó reencontrarse con los realizadores y, por supuesto, con Gadot para otra ronda. “Fue como volver a casa, como ir a trabajar con gente que te gusta de verdad. Y en mi trayectoria de actor he aprendido que la química es bastante difícil de fingir, así que es genial ir a trabajar y comprobar que la química ya está ahí. Gal es muy abierta; irradia calidez y su sonrisa ilumina toda la habitación. Y lo mejor es que nos divertimos y nos reímos muchísimo juntos. Eso es lo que más me gusta de trabajar con Patty y con Gal”.

El actor también sabe apreciar la fuerza interior y exterior del personaje de Gadot, y señala: “Si hablamos de la inteligencia y la destreza física, está claro que Diana no necesita un hombre ni una relación sentimental. Así que para ella es una elección. Quiero decir que enamorarse es uno de los grandes regalos de la vida; ¿No es maravilloso tener a alguien a quien amar?”

Por desgracia, su feliz reencuentro se detiene gracias al terrible peligro en el que se encuentra el mundo. Para Pine, eso se tradujo en muchas secuencias de lucha y acción, aunque, es cierto, es Wonder Woman la que hace la mayor parte del trabajo pesado (dando patadas, luchando…). “Yo me caigo, le doy puñetazos a algunos tipos y resulta muy divertido”, dice el actor. “En circunstancias normales, tendría que entrenar mucho y hacer un gran trabajo de preparación. Pero es la pobre Gal la que tiene un montón de secuencias de acción, la que se sube a las plataformas y vuela por todos lados. Yo me limito a hacer mi versión de Indiana Jones, algo que siempre me encanta hacer”. “Aunque es un trabajo agotador, exigente y tienes que entrenar durante mucho tiempo y rodar siete meses y medio y trabajar muy duro”, dice sonriendo Gadot, “encarnar a este personaje me ha dado grandes satisfacciones”. Pero la actriz reconoce que: “Es un gran privilegio interpretar a este ícono que adoran tantos fans de todo el mundo, y volver a hacerlo con Chris, que es un gran compañero… bueno, ¡lo cierto es que no podíamos hacer esta película sin el! No podíamos prescindir de él así que me encantó que los guionistas lograran crear una forma tan original de recuperar al personaje. Así como ella ayudó a Steve a ver el mundo con ojos nuevos en la primera película, ahora él ayuda a Diana a verlo de otra manera”. “Me encanta verlos juntos, es decir, no solo a Steve y Diana, sino a Chris y Gal”, aclara Jenkins. “Me encanta cómo trabajan juntos porque tienen una dinámica muy interesante y verlos trabajar es una auténtica delicia. La conexión que ves en la pantalla es auténtica; ambos son inteligentes y graciosos y se divierten mucho juntos”. Pine observa: “Patty y Gal forman un dúo absolutamente increíble. Lo que más me gusta de Patty es que sé que es un director de actores. Un auténtico director de actores. A algunos actores les gusta que el personaje esté totalmente dibujado, pero yo soy de los que prefieren compartir esa responsabilidad y colaborar realmente con el director. Y a ella le encanta hacer eso. Patty puede estar hablando de iluminación con Matt [Jensen] y de colores con Lindy [Hemming], y justo después ponerse a hablar del ritmo de una escena con nosotros de forma muy concreta. Y eso me encanta. Eso es un arte y es increíblemente agotador y consume mucha energía, pero Patty es infatigable. Puede con todo”.

En la película, incluso cuando tiene a Steve en su vida, hará falta todo lo que Diana tiene, toda su fuerza, coraje y compasión, para luchar contra Cheetah, su amiga convertida en enemiga.

“Siempre lo has tenido todo, mientras que la gente como yo no ha tenido nada. Ahora ha llegado mi turno”. ~ Barbara Minerva

Aunque lo esconde, Diana se hace amiga de una nueva colega del museo. Se trata de Barbara Minerva, un personaje que Len Wein y George Perez crearon para el cómic. En la película, Barbara es una geóloga/gemóloga con pocas habilidades sociales y un sentido del humor muy autocrítico. Además, da la impresión de que está haciendo un estudio sobre su nueva y sofisticada compañera de trabajo. Se siente motivada porque es alguien que se siente invisible y que, a pesar de su evidente polivalencia como científica, funciona con un velo de invisibilidad en su entorno. En realidad nadie le hace caso, lo que, en su opinión, se debe al menos en parte a que trabaja con alguien como Diana, que atrae toda la atención donde quiera que vaya.

Kristen Wiig lleva por primera vez a la gran pantalla a Barbara y a la supervillana de DC que adoran los fans, Cheetah, un personaje diseñado por William Moulton Marston, el creador de Wonder Woman. “Barbara Minerva es una mujer en la que no te fijas, pero siempre ha querido ser algo más, tener amigos, amor…”, apunta la actriz. “Aunque es muy inteligente, también es muy insegura y no se tiene en mucha estima. Así que se esfuerza demasiado, lo que empeora las cosas. Cuando ve a Diana y todo lo que Diana parece ser, tan bella, elegante, segura y fuerte, desea ser así. Es lo que quiere ser”. Al principio, es una calle de doble sentido. Wiig afirma: “Creo que Diana ve en Barbara algo que le falta en su vida: Ese deseo de ser abierta y de formar parte de la sociedad que tiene Barbara, porque Diana también está muy sola. Creo que conectan muy bien en ese aspecto”.

Wiig y Gadot también conectaron de inmediato. “La verdad es que nos llevamos bien, para consternación del equipo”, dice bromeando Wiig, “porque nos inventábamos canciones y cantábamos y nos reíamos todo el rato. Tenemos un sentido del humor muy parecido y formamos un vínculo instantáneo; Gal es una gran compañera de escena y una amiga y me encantó trabajar con ella”.

Gadot sintió lo mismo y afirmó: “¡Amo a Kristen Wiig! Es una intérprete, actriz y cómica de enorme talento. Aporta muchos matices y capas a Barbara y a Cheetah. Lo más sorprendente de trabajar con ella es su capacidad para transformarse; un minuto es súper vulnerable y tímida y el siguiente, cuando interpreta a Cheetah, la miras a los ojos y Kristen ya no está, es alguien totalmente diferente. Es absolutamente brillante”. “Soy súper fan de Kristen”, añade Jenkins. “Es muy especial. Profundiza en cada personaje, incluso cuando el resultado es hacer reír. No me sorprendió en absoluto saber que empezó siendo actriz y no cómica, porque siempre pude ver toda la fuerza que hay en su interior”.

Las garras de Barbara empiezan a dejarse ver a medida que pasa de ser una nueva amiga a una temible enemiga. Esa transformación tan particular de Barbara se produce tanto en el interior como en el exterior. A medida que pasa de ser convencionalmente atractiva a mucho más atrevida, como resultado de años de ira y rabia acumuladas, se vuelve inesperadamente ágil y fuerte. En resumen, pasa de víctima a superviviente y después a depredadora. Wiig dice: “La transformación de Barbara es tanto emocional como física. Empieza siendo muy desaliñada, pero luego comienza a usar ropa más ajustada, se peina de otra forma, se maquilla más. Y se da cuenta de que la gente se fija en ella y eso le gusta mucho. Su actitud cambia y empieza a convertirse en esa persona que cree que la hará feliz”.

Justo cuando empieza a ponerse en pie, armada con sus tacones, Barbara experimenta una sobredosis de confianza en sí misma gracias a un nuevo y encantador benefactor del museo interesado en las gemas raras…

“Puedes tenerlo todo, cualquier cosa que quieras, cualquier cosa con la que sueñes”. ~ Maxwell Lord

Maxwell Lord también se convertirá en otro poderoso adversario de Diana. Keith Giffen, J.M. DeMatteis y Kevin Maguire lo crearon en el cómic y en la película Lord es el propietario de Black Gold International. Pero lo cierto es que se parece más a un vendedor de aceite de serpiente vestido con ropa cara. Sus incontables publirreportajes prometen que “puedes tenerlo todo”, pero él se apodera de todo para él y siempre quiere más.

Pedro Pascal interpreta a ese vendedor que resultará muy familiar para todo el que haya vivido los años 80. “Max se parece a Gordon Gekko, el villano sin escrúpulos de ‘Wall Street’, pero sin pulir. Cuando Patty y yo hablamos de él, pensamos que sería el look adecuado, excepto que él no es nada cool, y pensé, bueno, ¡eso me viene muy bien!” dice riendo.

Pascal cuenta cómo Lord aparece por primera vez en la película: “a través de ese publirreportaje por excelencia, torpe e involuntariamente hilarante en el que vende el sueño americano de ser rico. Quiere convencerte de que lo llames y le des tu dinero para invertir en petróleo. El problema es que sigue investigando. Aunque eso no se lo revela al público”.

A diferencia de algunos de los delincuentes que utilizaban el Esquema Ponzi para estafar, Pascal dice que Lord, “no quiere ser un estafador, solo es alguien que aún no ha encontrado petróleo en ninguno de los lugares que ha buscado. Ahora está desesperado. “Lo interesante de Max”, continúa diciendo, “es que es un tipo muy familiar: está divorciado y tiene un hijo; no quiere que su hijo lo vea como un fracasado y cree que la mejor manera de demostrarle a su hijo que es un triunfador es ser poderoso y rico y darle todo lo que sueña tener. Es un estilo de vida muy caro, pero creo que es algo con lo que todos podemos identificarnos. Hasta dónde llegará para demostrarse su valía a sí mismo, al mundo y, en última instancia, a su hijo, es lo que lo convierte en lo que conocemos como un auténtico villano de DC”.

Aunque la mayoría de los supervillanos podrían considerarse razonablemente buenos en un enfrentamiento físico, Pascal dice: “Lo que más me gusta de Max Lord es que no es un luchador: no se destroza la camisa, no se mueve de la misma forma. Así que pude comer todo lo que quería y lo justifico porque mi personaje no está en forma y no tiene habilidades de lucha”.

Pero Max también llega a dar puñetazos en la película. De hecho, en un momento de la película, Pascal recuerda: “Estamos en un pasillo de la Casa Blanca y estoy tratando de pisotearle los pies a Chris Pine y, en la otra habitación, Kristen Wiig está lanzando a Gal Gadot contra un pilar y estrellarla”.

Pascal tuvo bastantes escenas con ambas actrices, sobre todo con Wiig. “Me encanta la relación que existe entre Max Lord y Barbara Minerva. En lugar de limitarse a convertirlo en una persona manipuladora, ávida de poder, resuelta, fue mucho más interesante ver la impresión que ella causa en él. Y también ver cómo establecen una relación que beneficia a ambos, como compañeros en el crimen”. “Creo que nos divertimos más de la cuenta”, añade Wiig. “Es el mejor y nos llevamos muy bien. Trabajar con Pedro fue muy fácil y nos reímos mucho, pero también hicimos algunas escenas muy intensas y verlo fue una fuente de inspiración”. “Pedro Pascal es un actor increíble”, afirma Jenkins. “Me encantó que desde el principio supiera interpretar a un tipo de villano muy diferente, alguien que hace cosas malas pero que viene de un lugar muy familiar con el que resulta fácil identificarse. Me dejaba boquiabierta en el set. Era maravilloso presenciar una interpretación tan difícil, compleja y deslumbrante”.

“Un día te convertirás en todo lo que sueñas y mucho más”. ~ Hipólita

Para la secuencia de apertura de la película, los Juegos Olímpicos de las Amazonas que tienen lugar en Temiscira, Jenkins seleccionó a 242 actrices, especialistas, atletas y jinetes de todo el mundo para actuar como amazonas que, una vez elegidas, pasaron por un riguroso proceso de entrenamiento. Además, a lo largo de la película, 38 especialistas femeninas participaron en las numerosas secuencias de lucha y acción coreografiadas por el coordinador de especialistas Rob Inch y su equipo.

La secuencia de los Juegos está protagonizada por Robin Wright y Connie Nielsen, que retoman sus respectivos papeles como Antiope e Hipólita, así como Lilly Aspell, que vuelve a encarnar a la joven Diana. Aspell, una consumada jinete de saltos, lo hacía tan bien a lomos de su caballo que, cuando la seguridad o la necesidad de ser precisos exigían el uso de un aparato de efectos especiales, se ofrecía a hacerlo sin él, aunque como es lógico, la seguridad siempre primaba. Para el resto de los aspectos de la competición, Aspell se entrenó en el alambre y perfeccionó sus habilidades para nadar y flotar sobre troncos, aunque según Inch, al principio no se mostró tan valiente como lo era a caballo. Pero a los 20 minutos, se entusiasmaba con su desafío.

Jenkins nos da su opinión sobre los personajes que van de la joven e ingenua princesa de las Amazonas -aunque también muy decidida- que se convierte en una espléndida guerrera o los villanos a los que se enfrenta: “Siento compasión por cada personaje de esta película porque buscan incansablemente lo que falta en sus vidas y eso es algo con lo que todos podemos identificarnos. Nuestros superhéroes no suelen tener que enfrentarse a dilemas morales que los vinculen a la historia real de la película, así que me encantó el desafío de hacer eso con Wonder Woman y ver a nuestra propia Wonder Woman, Gal, con todo nuestro reparto: Chris , Pedro, Kristen… Porque todos y cada uno de nuestros actores interpretan a estos personajes imperfectos con muchísima autenticidad. Comprendemos todas las facetas de la historia al vernos reflejados en ellas aunque los veamos hacer cosas que solo se hacen en las películas, ¡Cómo usar un lazo para montar un rayo!”

Regreso al futuro: Un mundo completamente nuevo (antiguo)
“Llegará tu hora, Diana. Todo será diferente”. ~ Antiope

Para recrear ese aspecto extraordinariamente intenso y auténtico de los años 80 que exigía la película, los realizadores volvieron a confiar en sus equipos creativos con superpoderes, liderados por el director de fotografía Matthew Jensen, la diseñadora de producción Aline Bonetto, la diseñadora de vestuario Lindy Hemming y el montador Richard Pearson. Bonetto recuerda: “Yo tenía veintitantos años en los ochenta, así que recuerdo la música, los colores, el punk. En los ochenta era bastante punky, y es gracioso porque Patty me enseñó una foto suya de esa época y lo cierto es que nuestro look se parecía bastante”.

Sin embargo, tanto para Jenkins como para Bonetto era importante no dejar que el diseño se convirtiera en una caricatura de la época. Así que, a pesar de que sus recuerdos eran muy reales, Bonetto y su equipo reunieron una gran biblioteca de imágenes en las que inspirarse. “Encontramos un montón de imágenes increíbles”, dice Bonetto. “Fueron un auténtico caudal de información no solo para los decorados, sino también para el vestuario y detalles como lo que la gente hacía, cómo comían, cómo se sentaban, cómo hablaban por teléfono. Necesitas ese tipo de detalles. Tienes a los personajes y a la acción del guion, pero también necesitas contar la historia de las personas que los rodean de manera que el público sienta que es un lugar real”.

Y eso se puso de manifiesto en la secuencia del centro comercial. Para la ubicación de la escena de un atraco a una joyería, la producción alquiló el casi vacío Landmark Mall en Alexandria, Virginia, construido originalmente en 1965 y que estuvo abierto hasta 2017, por lo que la diseñadora y su equipo tuvieron que cambiarlo todo, desde las lámparas a las señales de las galerías del centro comercial. “Cuando estudiamos el Landmark Mall”, dice Roven, “nos encantó encontrar un centro comercial vacío que todavía funcionaba: las escaleras mecánicas funcionaban, los ascensores funcionaban, los baños funcionaban, la fontanería seguía existiendo, así que estábamos locos de contentos”.

Sin embargo, Roven prosigue: “Después de hablar con nuestro equipo de diseño, nos dimos cuenta de que esta ventaja podría ser una maldición porque la acción se desarrolla en tres pisos. Todos y cada uno de esos pisos tenían tiendas que debíamos llenar y con nombres de compañías que podrían existir todavía o quizás no. Fue un trabajo de gran envergadura, más de lo que cualquiera de nosotros hubiera pensado, pero Aline superó todas las expectativas”.

En total, el equipo de producción vistió 65 tiendas con mercancía y accesorios de la época. “Hasta las cajas registradoras y el bloc de notas de los vendedores en los mostradores de venta”, dice Bonetto. “Todas las tiendas que se podían ver en la escena debían estar totalmente montadas y decoradas”.

El set del centro comercial resultó ser uno de los favoritos del diseñador. “Cuando el reparto y el equipo fueron a ver nuestra versión rediseñada del centro comercial, todos se quedaron alucinados”, dice Bonetto. “Algunos recordaban ciertos juguetes, otros los teléfonos o la ropa. Todos encontraban algo que les recordaba su pasado. Fue muy divertido que todos reviviesen sus recuerdos”.

A pesar de ser un éxito estético, la escena del centro comercial supuso un reto para el departamento de especialistas. Les encargaron que Wonder Woman atravesara el atrio, descendiera en picado para salvar a una niña y luego pasara por debajo de un puente. Normalmente, dice Inch, “para hacer algo así contaríamos con un plató con una enorme estructura de acero con la que trabajar. Pero en el centro comercial teníamos un atrio rodeado de escaleras mecánicas, y no había ninguna plataforma en la que apoyarse, así que tuvimos que construirla”. Ese proceso llevó varias semanas y un equipo de 15 personas. “Creo que había algo así como seis kilómetros de cable que recorrían todo el espacio y había que esconderlos. Así que fue un gran desafío”.

Rodar en la cercana capital de Washington, DC también fue complicado. Según Jones: “DC es un lugar interesante para rodar una película. Pero tienes que lidiar con varias autoridades diferentes dependiendo de si se trata de un edificio, una acera, un parque o una carretera. Pero nuestro fantástico departamento de localizaciones lo consiguió”.

Las complejidades del proceso pueden resumirse diciendo que para el rodaje en el Museo Nacional del Aire y el Espacio, tuvieron que lidiar con la Policía de Parques de EE.UU.; justo fuera, para una escena en la que Diana y Steve caminan hacia el National Mall, la jurisdicción correspondía al Departamento de Policía Metropolitana; pero una vez que tocaban el césped del National Mall, la competencia era del Servicio de Parques Nacionales. Por lo tanto, en un área aproximada de 12 metros estaban implicabas tres agencias superpuestas.

Los realizadores agradecen a la Washington Film Office la ayuda que les prestó para abrirse paso en el laberinto de agencias y permisos que se necesitaban. Consiguieron que pudieran rodar en el Lincoln Memorial, el Museo Smithsonian, el Federal Triangle, el Museo Hirshhorn de Georgetown, en una embajada extranjera, una estación de metro y en McPherson Square, que sirvió para recrear Dupont Circle, demasiado bullicioso. También llegaron a cerrar una pequeña parte de Pennsylvania Avenue durante dos días.

Una vez que se completó el rodaje en Virginia y DC, el reparto y el equipo clave se dirigieron a los estudios de Warner Bros. en la localidad inglesa de Leavesden para trabajar en el plató. Allí, el equipo recreó los interiores de la Oficina Oval de la Casa Blanca y del Museo Smithsonian. También utilizaron localizaciones en Inglaterra como la Legal and General House en Surrey; el Boston Manor Park en Brentford; el Museo Imperial de la Guerra en Duxford; el aeródromo de Bovington, el Heydon Grange Golf & Country Club, Berry Farm y un antiguo aeródromo de la RAF en Marsworth, todo en Hertfordshire; las instalaciones militares de la RAF en Halton, Buckinghamshire, el Royal College of Physicians, la City Place House, Aldermanbury Square, Hyde Park, Adelphi Terrace, Torrington Square y Schwartz Wharf.

La producción viajó a España, incluidas las Islas Canarias para rodar varias secuencias como las que se desarrollan en El Cairo y en el palacio del Emir Said Bin Abydos, así como la gigantesca secuencia de los Juegos de las Amazonas que se celebran en Temiscira, la isla natal de Diana. El sur de España demostró ser muy polivalente y sirvió para recrear un paisaje egipcio, con su arquitectura árabe y la impresionante Alcazaba de Almería; en Canarias, el rodaje se dividió entre las dos islas de mayor tamaño: Tenerife y Fuerteventura.

Construida en el siglo X por el califa de Córdoba Abderramán III, la Alcazaba era una pequeña medina amurallada: un complejo urbano que albergaba residencias reales y privadas, cuarteles de soldados, una mezquita, baños, zonas de almacenamiento, una plaza pública y oficinas gubernamentales. En la película sirvió para recrear el complejo palaciego del Emir y proporcionó una vista de la ciudad de “El Cairo” y del paisaje. La cercana Calle de las Cruces Bajas hizo las veces de una calle de la capital egipcia.

La isla de Tenerife sustituyó a la pista de montaña en la que compiten Diana y las Amazonas. Se rodó principalmente en el Valle del Olvido y la carretera constaba de una pista de un solo carril que bajaba hasta un callejón sin salida. Así que mover a 150 o 200 miembros del equipo y también a varios caballos que participaban en la competición fue todo un desafío logístico que se complicó aún más ya que había que desplazar las pesadas cámaras IMAX de 65 mm utilizadas para capturar esta increíble secuencia. “El prólogo de la película es una de las secuencias que se rodó íntegramente en IMAX”, dice Roven.

La parte del estadio de los Juegos de las Amazonas, donde decenas de Amazonas animan a las participantes, se rodó en la vecina isla de Fuerteventura. La complejidad de los Juegos solo fue igualada por otro rodaje en este lugar, donde se desarrolla una batalla de convoyes a las afueras de El Cairo. Los realizadores se referían a ella como la secuencia en campo abierto y representa a la perfección el deseo de Jenkins de rodar todo lo posible con cámara de mano. Los realizadores agradecieron a la isla de Fuerteventura que permitiera al equipo cerrar durante varias semanas una carretera importante para planificar, ensayar y filmar.

De hecho, el rodaje fue tan complejo que el equipo lo diseñó en una pista de aterrizaje en desuso de Inglaterra durante un lapso de dos meses antes de enviar todo a Fuerteventura para realizar allí los tests y los ensayos. La escena exigía que los vehículos dieran vueltas de campana para que Wonder Woman corriera junto a un vehículo a alta velocidad para posteriormente utilizar su lazo para impulsarse hacia el cielo. “He rodado muchas persecuciones de coches”, dice Inch, “pero muy pocas con alguien corriendo al lado de un vehículo”.

Las vueltas de campana de los vehículos se realizaron por cortesía del supervisor de efectos especiales Mark Holt y su equipo de unos 50 miembros. “La secuencia de la carretera abierta es una película en sí misma”, dice Holt. “Fue tan complicado que nos llevó mucho tiempo planificar cada una de las tomas y, como ocurre a menudo en esta película, queríamos hacer algo que no se ha hecho antes para que el resultado visual fuera muy impactante para el público. Así que decidimos que la camioneta diera una vuelta de campana de 360º en el que avanza, otra de 80º, y después otra vuelta de campana para aterrizar sobre las ruedas. Pasamos unos seis meses preparando esa vuelta de campana de 360º de un camión. No se había hecho nunca, pero lo logramos”.

Aunque la secuencia de la carretera abierta fue la más difícil, la escena más popular y esperada del reparto y el equipo técnico fue la batalla épica entre Wonder Woman y Cheetah. “Patty quería recrear una batalla aérea con un toque del Cirque du Soleil”, dice Holt. Sin revelar demasiado, lo explica así: “Wonder Woman llega volando, pelea con varios guardias, ve a Cheetah y nos adentramos en una pelea en tierra que termina en una secuencia aérea. Y también hay una parte que se desarrolla bajo el agua”.

Jenkins también fue “muy concreta a la hora de explicar cómo debemos pelear Gal y yo”, recuerda Kristen Wiig. “No quería que fueran dos personas que se dan golpes; todo reside en el personaje. Cuando veo una película de superhéroes, mi parte favorita es cuando están descubriendo sus poderes y fortalezas, así que fue muy emocionante para mí”.

Wiig se basó en gran medida en su plan de ejercicios con la entrenadora Jenny Pacey, que comenzó en la preproducción y duró unos ocho meses. Wiig continúa diciendo: “Yo soy Cheetah, así que teníamos que incorporar esos movimientos felinos depredadores: movimientos de hombros y garras, curvar la espalda y cosas así. No quería engordar porque Cheetah es muy esbelta, y Jenny fue increíble. Trabajó muy de cerca con el equipo de especialistas para saber qué tipo de movimientos tendría que hacer y desarrolló un programa según el cual debía trabajar casi todos los músculos de mi cuerpo”.

La diseñadora de vestuario Lindy Hemming también trabajó en estrecha colaboración con Jenkins para interpretar los elementos visuales de la película. Es otra antigua alumna de “Wonder Woman” así que estaba muy familiarizada con el traje de héroe del personaje. Sin embargo, para complementar la explosión de colores de la época, la directora le pidió que el traje de Wonder Woman fuera más glamuroso. “Patty decidió que el traje de Wonder Woman fuera más rojo, azul y dorado como el original, más parecido a una joya para reflejar el período en el que estábamos”, dice Hemming. “Así que nuestro nuevo traje de Wonder Woman es deliciosamente brillante y mucho más vibrante que antes”.

Aunque la película mantiene la continuidad con la primera al reutilizar la armadura para sus Amazonas principales, la reina Hipólita y la general Antiope, se necesitaron nuevos trajes para los espectadores y competidores de los Juegos de las Amazonas. Hemming lo cuenta así: “Tuvimos que crear un look festivo para todos nuestros espectadores en blanco y dorado para que coincidiera con el tema. Había siete variaciones del vestido blanco y diez variaciones de la marroquinería dorada, que permitían muchas permutaciones y un aspecto más individualizado. “Para los atletas”, continúa diciendo Hemming, “tuvimos que idear un único traje que pudiera usarse de manera creíble para montar a caballo, atravesar la maleza, escalar montañas y nadar en el mar. Se nos ocurrió la idea de estampar una imitación de cuero en Lycra. Lo realizó el fantástico estampador de telas Steve Gell (que también creó el traje interior de una sola pieza para la Armadura Dorada). Hicimos trajes que se ajustan al cuerpo y lo cubren todo; tienen un brillo dorado que está relacionado con el tema dorado de los Juegos. Tienen un aspecto maravilloso, tan fuertes y tan bien ajustados, pero que no dejan nada al descubierto”.

Aunque Bonetto tenía que ajustarse a una época, para lograr la misma autenticidad, Hemming tuvo que recurrir no solo a estilos convencionales de los años 80, sino también a los de décadas anteriores y a microculturas como los punk rockers y los que se llevan en los Western. Hemming lo explica: “Había mucha gente que seguía vistiéndose como a finales de los 70, y algunos todavía vestían al estilo de los años 50. Eran los punks. Vemos sombreros Stetsons, botas de vaquero y corbatas de cowboy (bolos) en algunas personas que vienen a la ciudad desde algún lugar de Virginia para ir de compras al centro comercial. Hay pantalones cortos playeros con estampados retro y camisas hawaianas, leotardos para hacer ejercicio tipo Jane Fonda, calentadores de piernas y muñecas y cintas para la cabeza, así como chaquetas con cremallera atadas alrededor de la cintura con los brazos colgando. Y, por supuesto, el outfit de las chicas de los 80: esos preciosos trajes de cuero con hombreras enormes y diferentes patrones de cuero. Hay una chaqueta de cuero rosa con flecos y falda ajustada hecho con piezas de imitación de piel de serpiente. Para realizar una muestra representativa de la gente que vivía en esa zona en aquel momento, tuvimos que crear toda una colección de ropa”.

Diana solo adopta el estilo ochentero al 100% cuando asiste a una gala para recaudar fondos en el Smithsonian. “En esa gala se ven más telas metálicas, que eran muy populares en aquella época. En las tiendas de segunda mano encontramos montones de vestidos metálicos absolutamente aterradores con volantes, lazos y otras cosas, así que mezclamos gente más joven vestida así con señoras mayores con hombreras estilo “Dinastía” y vestidos drapeados. Vimos fotos de las fiestas de Nancy y Ronald Reagan en la Casa Blanca, galas a las que habían asistido personas ricas. Eso no significa necesariamente que tuvieran buen gusto, solo intentaban adaptarse a esa nueva “silueta de los 80”. Gadot afirma: “Fue divertido vivir todo ese proceso con Lindy para encontrar el look adecuado de Diana en los años 80, porque queríamos mantener tonos muy concretos. Es muy reservada así que no se pondría ropa de color rosa, naranja, amarillo, verde o rojo. Queríamos que fuera bonito y elegante y que no llamara la atención. Acabé enamorándome del vestido azul que se pone para trabajar en el Smithsonian y el traje de tres piezas que lleva. Incluso me llegó a gustar el mono de la base aérea; ¡era muy cómodo!” “Trabajamos muy duro con Lindy, que es una diseñadora increíble. Queríamos incorporar la diversión, el humor y la explosión de colores de los looks de los 80, muchos de los cuales se verán tanto en Kristen como en Barbara. Pero también queríamos que se vieran también esos estilo tan elegantes y bonitos que se llevaban en esa época”, comenta Jenkins. “Diana tiene un gusto impecable y Gal está deslumbrante con el vestuario que ha elaborado Lindy. Me gusta muchísimo. Me hizo retroceder en el tiempo de una manera maravillosa”.

Hemming también hizo que Barbara Minerva experimentara varias transiciones de vestuario para reflejar los cambios que se producen en el personaje. Wiig afirma: “Lindy es una de las mejores diseñadoras de vestuario con las que he trabajado, y ella y Patty forman un gran equipo. Patty está muy implicada en todos los aspectos de un traje: su aspecto, cómo se ajusta, la caída, los tonos. Cada pequeño detalle del vestuario de Barbara está muy bien pensado, porque cada look simboliza cómo está cambiando. Por ejemplo, su segundo outfit en el que se limita a quitarse la falda y convierte su camisa en un vestido. La verdad es que le queda bastante bien, pero es por casualidad”. ¿El look favorito de Wiig? “Pelo largo al estilo punk con los lados rapados, un maquillaje oscuro y ropa rasgada. Me encanta”.

Pero Hemming no solo se encargó de diseñar los looks de las mujeres protagonistas. En el papel de Maxwell, Pedro Pascal lleva trajes que reflejan la época y el deseo de Lord de parecer un rico hombre de negocios. La película también incorpora un montaje de looks del Steve Trevor de Chris Pine diseñados para hacer las delicias del público con una colección de ropa masculina de la época. “Nos divertimos mucho con él pero para su outfit definitivo, el proceso fue similar al empleado con Diana: ¿Qué llevaba la gente en esa época que pudieras ponerte ahora y estar bien?”, pregunta Jenkins. “Encontramos la chaqueta negra Members Only y pantalones de vestir plisados. Además los sneakers eran perfectos para Steve. Todo debía hacer referencia al militar que hay en él que quiere funcionalidad y eficiencia: movimiento, bolsillos y por supuesto, los zapatos más cómodos que se haya puesto en su vida. Y la riñonera, que encaja a la perfección con él y que representa la esencia de los 80”. “¡La riñonera es genial!”, dice Pine riendo. “El look que Patty quería para Steve en esta película es una oda a las películas más populares de la época: los pantalones holgados con pliegues, el pañuelo. Lindy es una grandísima diseñadora de vestuario y me dio todas esas cosas maravillosamente extrañas de los 80 para que me las probara en una escena que Patty diseñó para que fuera una especie de guiño a la primera película, cuando Diana llega por primera vez al mundo de los humanos y se prueba toda esa ropa. Resultaba muy cómoda, sobre todo después de los 18 kilos de lana de principios del siglo XX que llevaba en la primera película”.

Al actor le gustó tanto el accesorio de Steve que se compró uno. “De hecho, terminé comprándome una riñonera y la usé constantemente mientras iba en bicicleta por Washington, DC”, recuerda Pine.

Tal y como ocurre con la mayoría de las películas de época, los extras no podían llevar su propia ropa. Así que entre las escenas del centro comercial y de la gala la recaudación de fondos, el equipo de Hemming tuvo que vestir a más de 600 extras. “Nuestro gigantesco equipo de sastres, cortadores, estampadores, profesionales encargados de envejecer, teñir las prendas y trabajar el cuero, el metal, así como fabricantes de joyas, hicieron la mayor parte del vestuario de la película”, dice. “Apenas tuvimos que alquilar ropa. Fueron prendas vintage que compramos o que hicimos nosotros mismos”.

Las circunstancias de la diseñadora de maquillaje y peluquería Jan Sewell y sus estilistas fueron muy similares. “Teníamos toneladas de pelucas”, dice Sewel, “porque los peinados de ahora no tienen nada que ver con los de los años 80”. Se inspiraron en el estilo pop New Romantic de grupos como Duran, “¡Tiramos la casa por la ventana! Les hicimos permanentes, las cortamos, les aplicamos gel, las ahuecamos con el secador, las cortamos al estilo de la época ‘corto por delante y largo por detrás’ y las rociamos con montones de laca… De todas formas, los peinados de la época parecían pelucas así que no se nota mucho. Y también les pusimos todas esas mechas rubias que se llevaban en la época”.

En lo que se refiere al maquillaje, Sewell afirma: “Nuestra paleta de colores es absolutamente fiel a la época. Muchos colores intensos… Algunos azules y verdes realmente bonitos. Y el maquillaje de ojos que se llevaba entonces tenía muchos brillos”.

La escena culminante de la pelea con Wonder Woman representa el punto álgido de la transformación de Barbara Minerva en Cheetah, y se refleja no solo en su ropa sino también en su aspecto físico. Trabajaron con el experto en prótesis Mark Coulier e hicieron moldes de la cara de Wiig. Después, Coulier empezó modelando diferentes formas, trabajando en estrecha colaboración con Jenkins para saber qué cambios experimenta la cara de Barbara. El resultado fue una pieza que se encajaba en la parte superior de la cara y terminaba justo antes de la punta de la nariz, aumentada por vello facial y los tatuajes que recorren el cuello. A partir de ahí, Sewell y Coulier diseñaron la peluca inspirada en un guepardo rey. “Lo que tiene de especial el guepardo rey es que tiene un pelaje maravilloso con manchas más oscuras y alargadas, a modo de bandas”, dice Sewell. “Al final hicimos una peluca fantástica que se funde con una melena que le llega hasta los hombros. Está perforada con manchas y rayas parecidas a las de los guepardos. El efecto es precioso. Se tardaba unas tres horas para aplicarlo, pero valió la pena”.

Pero para los fans, el punto culminante de la escena de batalla será sin duda la Armadura Dorada. La vimos por primera vez en el nº3 de la colección de cómics de 4 números de Mark Waid y Alex Ross, Kingdom Come. Además el traje representa la primera vez que el público verá a Wonder Woman con un conjunto diferente de heroína. Es un traje tremendamente potente y tal como Diana le explica a Steve en la película, tiene una historia muy rica y ocupa un lugar importante en el acervo de las Amazonas. “La idea de la Armadura Dorada es que sea una armadura mágica que envuelve el cuerpo de las Amazonas y es prácticamente impenetrable”, dice Hemming. Jenkins afirma: “Creo que cuando sentimos que tenemos que enfrentarnos al mundo entero sabemos que probablemente perderemos. Diana también tiene que enfrentarse a esa realidad teniendo en cuenta que su adversaria es Cheetah. Se da cuenta de que necesitará todo lo que tiene en su arsenal para enfrentarse a un enemigo mucho más fuerte. Ponerse la Armadura Dorada forma parte de ese proceso y es un momento muy importante de la película”.

En lo que se refiere al aspecto práctico que implica crear un traje que debe ser tan simbólico como cinematográfico, Hemming señala: “Patty y yo queríamos que fuera completamente reflectante pero no brillante, de modo que cuando Wonder Woman se mueve, percibes el juego de sombras en el metal. Tiene una cualidad que el metal normalmente no suele verse en la pantalla e irradia un brillo maravilloso. Fue muy complicado para Matt Jensen, nuestro director de fotografía”, dice riendo, “pero ideó una forma de iluminarlo para que no se vean los reflejos, solo esos movimientos suaves, casi como olas ondulando en el metal”.

Está claro que lo que funciona en papel puede ser muy difícil de crear en la vida real, así que la armadura rinde homenaje a los dibujos de los cómics, con un “guiño a la moda, de McQueen a Thierry Mugler”, afirma Hemming, pero exigió que se volviera a diseñar en su totalidad para que fuera práctico. En particular, hay alas en la armadura que deben plegarse y extenderse como las de un pájaro. “La armadura es verosímil”, reconoce Hemming, “pero ¿cómo hacer que las alas acorazadas parezcan verosímiles? Patty había visto alguna imagen en la que los soldados romanos formaban un círculo con sus escudos al frente, de forma que para atacarlos tenías que traspasarlos de alguna forma. Así que pensó que en lugar de batir las alas, podrían ser como un parapente; y al aterrizar se convierten en un escudo defensivo. Una vez que lo conseguimos, nos pusimos a averiguar cómo combinar el aspecto de las alas con el aspecto de un escudo”.

Gadot estaba deseando ver el poderío con el que se representaba la evolución de su personaje en la película y le encantó cuando vio las imágenes y el diseño del nuevo traje. “En esta película, Diana comienza con mucha fuerza, pero debe convertirse en alguien aún más fuerte, y ese traje y su legado son una parte importante de ese proceso”, cuenta la actriz. “Cuando vi por primera vez el diseño de Lindy, me quedé alucinada. El resultado es una auténtica obra de arte. Podría estar en un museo. No podía creerme que iba a ponérmelo y descubrir una faceta completamente nueva de Diana”.

La elaboración de la Armadura Dorada fue organizada y supervisada por el supervisor de vestuario Dan Grace y por el departamento de efectos de vestuario que dirige Pierre Bohanna. Llevó más de un año y el trabajo de unas 40 personas crear desde el concepto hasta el acabado. “Supuso un gran desafío para nosotros porque es un traje tremendamente complicado”, dice Grace. “Para que Gal pudiera ponérselo, tuvimos que recurrir a la tecnología de la Fórmula Uno: cada pieza de las alas está hecha de fibra de carbono y todo se elaboró en nuestro taller de Leavesden y se pintó mediante un proceso patentado. El cuerpo es de poliuretano para que resulte ligero y está compuesto de 93 piezas, más 264 ‘plumas’ individuales en las alas. Se tuvieron que hacer varios juegos de alas para diferentes poses, es decir con las alas plegadas cuando está quieta o totalmente extendidas cuando vuela. Terminamos con cinco formas y estilos diferentes de alas”. En total, se elaboraron 14 ejemplares de la Armadura Dorada para Gal y sus dobles.

En conjunto, el departamento de vestuario de Hemming vistió a un total aproximado de 2.850 extras durante el rodaje. Fue posible gracias al trabajo de un equipo de vestuario de más de 100 personas, además de 48 artistas de peluquería y maquillaje del equipo de Sewell.

Gadot se sorprendía a menudo con los resultados de los equipos creativos y observa: “Tanto los colores de la película, el estilo de los personajes y los extras como la música y el ambiente, todo era y es absolutamente maravilloso”.

Pon música

El año 1984 forma parte del título de la película, así que la música era uno de los elementos más esenciales para Jenkins. La directora tenía una idea muy concreta sobre lo que algunos consideran una de las décadas más memorables en la historia reciente de la música. “Queríamos que la experiencia de ver la película se asemejara a lo que sentirías si estuvieras viéndola en los 80. Fue genial explorar lo que creo que una de las mejores músicas de todos los tiempos, al menos de mi vida, y hacer referencia a ella sin utilizarla demasiado”, dice la directora. “Hans Zimmer es uno de los mejores compositores cinematográficos de todos los tiempos y el colaborador perfecto para la banda sonora de esta película porque no solo vivió esa época, sino que estaba en los Buggles, la banda que emitió el primer video musical en MTV. Así que es una auténtica una leyenda tanto actual como de aquella época. Ha escrita una música totalmente original, muy de la época pero que aborda nuestra temática. Fue un ejercicio muy divertido para mí y también para Hans. Y los resultados son alucinantes”. “Patty y yo nos comunicamos de una forma muy peculiar: ella me enseña una imagen y yo toco una nota”, cuenta Zimmer. “Es importante meterse musicalmente en la piel de cada personaje y descubrir la mejor manera de explicar su trayectoria, su transformación, pero sin revelar ninguna historia. Para esta película, las imágenes eran increíbles así que empezamos sumergiéndonos en los años 80. Después nos centramos en la historia que estábamos contando, una historia intemporal. De esa forma, mi música contribuye a que el espectador viva una experiencia maravillosa que llegue a sus corazones”.

Zimmer, conocido por traspasar los límites cuando se trata de experimentar, dice que su única gran innovación para esta película es “la verdad. Músicos reales tocando instrumentos reales y sumergiéndose en la música, añadiendo ese toque de humanidad. Lo mismo que Wonder Woman: honesta, sincera y honorable”.

A lo largo de la película, Diana no duda en ningún momento de su fe en la humanidad y en su incansable búsqueda de la justicia. Porque ese es el tema subyacente de la película, la verdad… su verdad. De ella dependerá si puede convertirse en la guerrera que el mundo necesita y en una heroína para todos. Gadot observa: “La visión que tenía Patty para esta película era muy ambiciosa. El mundo entero está en juego y dentro de ese tema tenemos cuatro historias: Wonder Woman, Steve Trevor, Cheetah, Max Lord. Todas las historias que contamos son personales, preciosas e íntimas, pero al mismo tiempo, son enormes y están repletas de acción. También son muy emocionantes sin dejar de ser súper entretenidas y muy profundas. Ofrece al público toda la emoción y la acción de una gran película de superhéroes pero también algo en que pensar. Me encanta cuando las películas consiguen hacer eso”. “Ahora hay muchos superhéroes”, dice la directora Patty Jenkins, “y significan muchas cosas diferentes. Soy fan de todos ellos y me encanta. Pero el propósito clásico de un superhéroe, y creo que es importante recordarlo siempre, es que representan la fantasía y la realización de nuestros deseos: son quienes seríamos si pudiéramos. Los superhéroes responden a la pregunta: Si pudieras volar y tuvieras una fuerza sobrehumana y pudieras enfrentarte al mal de nuestro tiempo con tus propias manos, ¿qué harías? Como realizadores, tomamos a estos personajes universalmente populares que hacen cosas extraordinarias y que se enfrentan dificultades extraordinarias para responder a esa pregunta de manera que nuestra audiencia pueda disfrutar e identificarse con ellos. De eso van los superhéroes y, para mí, Wonder Woman es lo mejor de lo mejor, el epítome de todo lo que representan”.

 

WW84 (26)

WW84 (26)
Imagen 1 De 33