Emma Stone: “Bella no tiene traumas ni prejuicios, ese fue el mayor regalo al interpretarla”

Actriz, protagoniza ‘Pobres criaturas’ y es candidata al Oscar a la actriz protagonista

Gabriel Lerman – LA VANGUARDIA (24 de enero de 2024)

Los Ángeles – Desde que Pobres criaturas se proyectó en Venecia, Emma Stone se convirtió en la favorita para sumar otra estatuilla dorada a la que ganó por La La Land. Stone –ayer fue nombrada candidata al Oscar como actriz protagonista– ha logrado convencer a las audiencias que le han visto dar vida a Bella Baxter de que es posible injertar el cerebro de un bebé en el cuerpo de una mujer que se quitó la vida, y revivirlo siguiendo el mito que inició Mary Shelley en Frankenstein. Ayudan el certero trabajo de Yorgos Lanthimos y la novela de Alasdair Gray, pero es la actriz nacida en Arizona la que sorprende encarnando a una niña que es luego adolescente y más tarde mujer sin cambiar de apariencia, convenciéndonos para que le acompañemos emocionalmente en su mágico viaje personal. Stone ya se ha llevado el Globo de Oro y el Critics Choice.

¿Cómo surgió esta nueva colaboración con Lanthimos?

Filmamos La favorita en 2017 y tiempo después nos encontramos para cenar. Le pregunté por su próximo proyecto. Tenía varios y uno era Pobres criaturas. Me contó de qué trataba el libro y me entusiasmé tanto que le pregunté cuándo empezábamos, lo habíamos pasado tan bien juntos que quería volver a trabajar con él. La combinación del personaje, la historia y Yorgos era fabulosa.

¿Qué es lo que le lleva a trabajar una y otra vez con él?

Nos adoramos. Nos entendemos muy bien y nos llevamos maravillosamente bien cuando trabajamos. Pero además nos respetamos y nos admiramos. Siento que puedo confiar totalmente en él como director, y eso es muy raro para una actriz, poder entregarte y saber que te van a proteger. Y la historia que estamos contando. Por otro lado, puedo reírme de él y viceversa. Nos podemos pelear y eso da forma a una relación muy legítima entre los dos. A Yorgos le encanta construir una compañía que no solo integran los actores sino también el equipo técnico. Siempre es la misma gente la que regresa para trabajar con él, y eso ayuda a que me sienta segura. Muchas veces no necesita decirme nada, alcanza con una mirada, y eso hace que sea mi director favorito. Es el mejor.

Es un papel muy arriesgado. ¿No dudó ni por un segundo?

En absoluto. Es mi personaje favorito de entre todos los que he interpretado, y además tenía que hacerlo con Yorgos.

Además fue productora en esta película…

Es cierto. Me encanta probar cosas nuevas si me dan la oportunidad. Yorgos me invitó a ser productora en el proyecto. Llevábamos tres años hablando del filme y me encantó que me lo propusiera. No creo que haya cambiado nada en nuestra dinámica, pero hace que me sienta aún más conectada a Bella y su historia.

¿Cómo trabajaron juntos en su evolución?

De una manera muy lógica. Ni a Yorgos ni a mí nos gusta ponernos a hablar sobre la psicología del personaje, ni lo que le pasa internamente. Lo externo siempre está allí y luego está mi propio trabajo personal. Fuimos desarrollando su evolución en las diferentes escenografías día a día. Y si necesitábamos cambiar algo, los dos sabíamos de qué manera ella se tenía que ir transformando.

¿De qué manera se preparó para un papel tan complejo?

Simplemente traté de liberarme de la vergüenza y de todos los prejuicios tanto como me fuese posible, porque todo pasó por no hacer, en lugar de por hacer. Obviamente tuvimos que trabajar mucho en cómo ella se iba a mover y en su forma de hablar. También era esencial entender cómo evoluciona a medida que avanza la historia. Pero la clave para interpretarla fue liberarme de muchas cosas porque Bella se mueve por el disfrute y la curiosidad, y no tiene ni vergüenza ni traumas de ninguna clase. Es difícil encontrar un adulto que no haya tenido que lidiar con algún conflicto en su vida y que no haya incorporado alguna respuesta pavloviana a ciertas situaciones, o que no tenga algún prejuicio. Ese fue el mayor regalo de interpretarla, porque Bella no tiene ni traumas ni prejuicios. Simplemente se dedica a descubrir todo lo que le rodea.

¿Cuál fue la estrategia para desarrollar las diferentes edades mentales de Bella en la película?

En lo que refiere a su edad, era muy importante para Yorgos y para mi entender que no era algo literal, porque ella crece muy rápido y porque, lo crean o no, esta película no está basada en una historia real. Es más bien una metáfora, por más que parezca muy realista. Parte de lo que hizo que esta experiencia fuera tan divertida es que la experiencia de Bella no se puede comparar con nada, por lo que podíamos experimentar en su evolución tanto con sus movimientos como con su lenguaje. En los ensayos, con Yorgos trabajamos en Budapest en todos estos aspectos. A veces solo nos concentrábamos en su manera de caminar y en otras en cómo tenía que hablar. Luego, cada gran evento que ocurre le hace avanzar a la siguiente etapa, pero esas fueron cosas que filmamos después.

Bella desconcierta a los hombres con sus reacciones. ¿De qué manera trabajó este aspecto?

Nunca lo vi así, no me parece que se enfrente con los hombres. Explora todas las diferentes facetas de la vida en lugares y ambientes distintos. No se cuestiona su vida en relación a los hombres. Y por otro lado, los personajes masculinos en esta película son fascinantes por derecho propio, y tienen diferentes facetas en la forma en la que se relacionan con ella. Lo que le ofrecen, lo que le enseñan y lo que aprenden de Bella.

También ha producido y protagonizado la serie ‘The Curse’. ¿Por qué quiere hacer las dos cosas en esta etapa de su carrera?

Es algo que ha empezado a ocurrir en los últimos dos años. Me mudé a Los Ángeles cuando tenía 15 y empecé a audicionar. Han pasado 20 años y lo que he vivido ha sido bastante surrealista. También es cierto que como actriz, la mayoría de las veces tienes que aceptar lo que te dan en lugar de disfrutar del regalo de poder escoger. En cambio, ahora lo mejor que tiene producir es la capacidad de reunir gente. Disfruto de encontrar personas con la que es maravilloso trabajar y en las que puedo confiar. Es lo que hace Yorgos como director y yo estoy aprendiendo de él.