Festival de Cine de Venecia, día 2: Cuarón enamora a Venecia con su cámara y su vida

Como siempre continuamos nuestro seguimiento informativo del Festival de Cine de Venecia ofreciéndoles las crónicas de Tommaso Koch en EL PAIS y de Ángel Gómez Fuentes en ABC, a las que se puede sumar otras informaciones si se considera oportuno.

Marta Blanco
Redacción ESTRELLAS EN LA NOCHE


Cuarón enamora a Venecia con su cámara y su vida

El cineasta es ovacionado por ‘Roma’, relato íntimo de su infancia en México. Yorgos Lanthimos lleva su sello al cine de época con ‘La Favorita’

Tommaso Koch – EL PAIS (31 de agosto de 2018)

Venecia – Sabían quiénes eran y poco más. Llegaban al rodaje cuando ya todo estaba colocado, sin otra información que la identidad de su personaje. Nada de guion: se filmaba en orden cronológico y cada día las protagonistas descubrían cómo seguía la historia. Justo antes, el director, Alfonso Cuarón, les relataba a grandes rasgos qué pasaría y les daba indicaciones personalizadas. Y, a veces, tramposas. “Me explicaba que Sofía [la actriz Marina de Tavira] soltaría una cierta frase y que yo debería quedar sorprendida. Pero a ella le pedía otra cosa, y entonces decía algo distinto. Hay reacciones en la pantalla que son totalmente reales”, aseguraba Yalitza Aparicio, el sorprendente talento que llegó a un casting desde su remoto pueblo indígena. Su debut es una de las muchísimas razones por las que Roma, retrato íntimo y autobiográfico, en blanco y negro digital, de una familia y de México y sus contrastes, ha sido acogida con una ovación hoy en el festival de Venecia. Aplaudido también otro cineasta inconfundible, el griego Yorgos Lanthimos, con La Favorita, filme de época pero con sello personal. En el certamen quizás más rendido a Hollywood, la autoría está tremendamente viva.

Tras el triunfo de Gravity, que también estrenó la Mostra, en 2013, Cuarón reaparece así por todo lo alto, aunque con una obra radicalmente distinta. Además de siete Oscar, su viaje a las estrellas le regaló el billete de vuelta a casa. El director regresó así con los medios y las certezas para rodar la obra que siempre quiso.

Así, Roma es un viaje literal a su infancia: un hogar de la alta burguesía y dos mujeres solas ante la vida y sus adversidades. La madre, volcada en mantener juntos a sus hijos, y sobre todo la joven sirvienta Cleo, el pilar imprescindible sobre el que se apoya la familia entera. “En la vida real es básicamente igual que el personaje. Y una de las personas que más quiero en mi vida”, dijo el director en Venecia. De fondo, Roma muestra México. El que “respira vida por todos los lados”, como se decía en Y tu mamá también. Y el que aterra y desespera.

Las contradicciones, las fracturas sociales, la música callejera, el caos, los terremotos, el machismo, las protestas estudiantiles, los paramilitares y la masacre del jueves de Corpus en 1971. Roma habla de los setenta, aunque, para el mexicanísimo equipo del filme, no dista tanto del país de hoy. Aparicio, por ejemplo, cree que hay partes de México donde el destino de muchas mujeres sigue siendo el que señala la película: “Acabar solas”. “Todavía está mal visto que una esposa se separe y críe los hijos en solitario”, explicó la intérprete a un grupo de periodistas.

“Había tres puntos de partida de este proyecto. Cleo, la memoria y el blanco y negro”, defendió Cuarón. “Como director, te tienes que acercar sin juicio a los personajes, entender sus motivaciones. En este caso, ha sido más difícil, al ser una historia personal”, agregó. Fue también su rodaje más largo (105 días), un proyecto que durante años iba y venía. Mientras, se subió al carro Netflix, que distribuirá en diciembre la película. Por más que la plataforma dé la prioridad al estreno online, Roma llegará también a las salas. Ya la habrá visto, en cambio, Guillermo del Toro, presidente del jurado de Venecia y amigo de Cuarón. Cumpla o no su promesa de no hacer favoritismos, Roma es una candidata firme al León de Oro.

Una sátira despiadada

Yorgos Lanthimos también aspira a un premio. Aunque solo sea por no arruinar el currículo: todos sus últimos filmes, desde Canino en 2009, han salido galardonados allá donde se estrenaron. Aunque La Favorita lleva su filmografía por senderos nuevos: por primera vez el guion no está escrito por Lanthimos, y además se lanza al cine de época. Aunque su sátira despiadada, sus hallazgos visuales y los destellos que le han ganado la etiqueta de visionario –o loco, según algunos- no han desaparecido con el salto al siglo XVIII.

La Favorita se centra en la competición entre dos mujeres (Emma Stone y Rachel Weisz) por la atención de una tercera, más poderosa: la reina Ana de Bretaña (Olivia Colman, que en The Crown interpreta a otra soberana inglesa, Isabel II). “Quería dar una pequeña contribución para mostrar lo complejas y terribles que pueden ser las mujeres. Y retratarlas como seres humanos, no criadas, amas de casa u objetos de deseo”, afirmó Lanthimos en la rueda de prensa. Sus tres intérpretes contribuyen con creces a la misión, insuflando a sus personajes rabia, inseguridad, crueldad, humor y cierta dosis de surrealismo.

Si a la corte de Ana, la locura es pan de cada día, en The Mountain tiene bastante menos gracia. El cineasta Rick Alverson narra con lentitud y crudeza los intentos de curar a los enfermos mentales a base de descargas en los EE UU de los cincuenta. El filme avanza impasible, procurando anular las emociones como ocurriría en la mente de los electrocutados. El problema es que la lobotomía, además, se contagia al público.


Buster Keaton vuelve a hacer reír

Bogdanovich homenajea al maestro del humor con un documental

Tommaso Koch – EL PAIS (31 de agosto de 2018)

Venecia – Cuando Buster Keaton perdía la inspiración, la buscaba en las cartas. Se ponía a hacer solitarios hasta que iluminaba la siguiente idea. Y entonces, el volcán de genio y humor volvía a entrar en erupción. Además de la sequía creativa, las musas también le rescataban de la económica. “Durante años se mantuvo gracias al bridge. Era un jugador magnífico”, asegura uno de sus amigos en The Great Buster. A Celebration, documental que Peter Bogdanovich, director, autor de películas como The Last Picture Show e historiador de cine, presentó ayer en el festival de Venecia. A los naipes, Keaton dedicó incluso el último día de su vida. Su cáncer ya estaba en fase terminal, pero el actor no se rendía. “Jugó de pie. Y mal. En cuanto se sentó, estaba muerto”, se recuerda en el filme. Aquel 1 de febrero de 1966 al mundo entero se le quedó cara de palo.

La leyenda de Buster Keaton fue irresistible. Todavía ayer, las carcajadas llenaban la sala ante cada uno de sus gags. El filme repasa su carrera, desde los comienzos en el escenario con sus padres —Los tres Keaton— hasta el epílogo. En medio, junto a su fiel sombrero, desfilan las películas, el teatro y los anuncios publicitarios. Era único, y lo sabía: asumía en primera persona cualquier secuencia, ya fuera sobrevivir al derrumbe de un edificio o desafiar a una cuadriga romana con otra tirada por perros. En la vida también superó toda clase de aventuras: la Primera Guerra Mundial, el alcoholismo, el divorcio o el advenimiento del cine sonoro.

Aunque puede que el obstáculo más difícil fuera su propia decisión de dejar de ser independiente y fichar en 1928 por Metro Goldwyn Mayer, de lo que pronto se arrepintió. Con ese coloso cinematográfico filmó El cameraman, pero su herencia más celebrada llegó justo antes: esa decena de obras libres e inolvidables de los años veinte.

El filme también rescata otra perla: la única secuencia que compartió con Charles Chaplin, en Candilejas (1952). Norman Lloyd, que estuvo en aquel filme, dice que Buster Keaton venía de otro planeta. Seguro que un gag que incluyera caerse del espacio le habría encantado.


La Mostra se rinde ante Alfonso Cuarón

El director mejicano se postula como un serio aspirante al «León de oro» con «Roma», su peculiar «Amarcord», en la que recrea su niñez

Ángel Gómez Fuentes – ABC (31 de agosto de 2018)

Alfonso Cuarón
El director mexicano Alfonso Cuarón posa para los fotógrafos durante la presentación de la cinta «Roma»

Venecia – Alfonso Cuarón (Ciudad de Méjico, 1961) vuelve a triunfar en la Mostra de Venecia con «Roma», una especie de «Amarcord del cineasta mejicano que ayer se convirtió en seria candidata al León de Oro. Cuarón estrenó hace cinco años en este festival «Gravity», con la que logró siete Oscar. «Roma» logrará también muchos premios y aplausos. Se trata de un filme en blanco y negro, completamente personal, en buena parte autobiográfico sobre la niñez de Cuarón en el barrio mejicano Roma, que da título a la película.

«El filme intenta capturar el recuerdo de acontecimientos que viví hace casi cincuenta años», dijo el mejicano. Cuarón, guionista también de la película, narra de una forma compasiva, feminista y emocionante, la historia de Cleo y de su colaboradora Adela, jóvenes del servicio doméstico de una familia acomodada de la capital mejicana en 1970. Ambas son de origen mixteco, uno de los pueblos más antiguos de la región.

Cleo, con magnífica interpretación de Yalitza Aparicio, que no es actriz profesional, se queda embarazada en sus primeras relaciones con un joven, violento y cobarde, que la abandona nada más enterarse que está encinta. La nueva situación de Cleo la pone en riesgo de distraerla del cuidado de los cuatro niños de la familia, que ella ama como si fueran suyos. El embarazo de Cleo coincide justo en la época en que a la dueña de la casa, con excelente interpretación de Marina de Tavira, la está dejando el marido. Las dos mujeres, de clases sociales diversas, se apoyan y se encontrarán unidas para construir un nuevo ambiente de amor y solidaridad para los hijos. Aunque es evidente la distancia social que las separa.

En cierta forma, Cuarón rinde homenaje la que fue su niñera y a esas mujeres que, por encima de sus diferencias sociales, han establecido estrechos lazos: «Es un retrato íntimo de las mujeres que me han criado, en reconocimiento al hecho de que el amor es un misterio que trasciende espacio, memoria y tiempo».

Mientras, la familia es testigo de la violencia ejercida por los militares contra el movimiento estudiantil, con la masacre de un grupo paramilitar en junio de 1971. Hay escenas de la represión de gran potencia simbólica. Pero «Roma» es mucho más que un retrato histórico de una época y de contrastes y desigualdades sociales, aunque Cuarón no da lecciones morales. Con imágenes de gran potencia, el realizador entra en la vida íntima de la familia, con la distancia justa, con momentos de gran emoción de vida y muerte. Se ve favorecida la atmósfera del relato por las imágenes en blanco y negro.

Aplausos para Yorgos Lanthimos

Ayer recibió también muchos aplausos «La favorita», tercera película en cuatro años del realizador griego Yorgos Lanthimos. Cuenta con las brillantes interpretaciones de Olivia Colman, en el papel de Ana Estuardo, la primera Reina de Inglaterra, y de Emma Stone y Rachel Weisz, cortesanas en lucha por hacerse con los favores de la monarca. Afirma el realizador que aunque la película está ambientada en esa lejana época, la Inglaterra de inicios del siglo XVIII, entre 1702 y 1707, se descubre que hay cosas relacionadas con nuestro tiempo, como «el comportamiento humano, sociedad y poder, que siguen siendo similares».

En este sentido, la película «La Favorita» narra cómo en una época en que Inglaterra y Francia están en guerra, en el Palacio Real se combate otra guerra entre las dos cortesanas que interpretan Stone y Weisz. La película es una crítica demoledora de esas luchas palaciegas.

«Cuando creces con alguien que amas, no cuestionas su identidad»

Alfonso Cuarón ha vuelto a mostrar con «Roma» que es uno de los cineastas más innovadores del panorama actual. «Roma» es su obra más personal, una especie de «Amarcord», como Cuarón explicó en rueda de prensa, en la que recibió muchos aplausos y elogios: «La película está basada en un personaje de la vida real, Libo. Fue mi niñera y se convirtió en parte de la familia, así como nosotros formamos parte de la suya».

El filme emociona por su historia humana, llena también de complejidad: «Cuando creces con alguien que amas, en realidad no cuestionas su identidad. Esto me llevó a ver a Cleo o Libo como una mujer, con toda su complejidad alrededor, perteneciente a la clase baja y de origen indígena». Para realizar la película, Cuarón recreó el hogar de su infancia, incluso con alguno de los muebles originales. El cineasta estuvo acompañado en la rueda de prensa por dos protagonistas de la película, Yalitza Aparicio y Nancy García, educadoras de profesión y debutantes en el cine, que a veces hablan entre ellas en lengua mixteca. Defendieron la importancia de preservar su idioma y cultura, con un agradecimiento especial a Cuarón: «Estamos muy contentas de haber tenido esta oportunidad para dar a conocer nuestra cultura».

«Roma» es una de las seis grandes producciones de Netflix que se presentan en Venecia. Las películas de esta plataforma no fueron admitidas a concurso en Cannes. Constituye un hecho muy relevante que un gran festival de cine como el de Venecia haya abierto la puerta al coloso del «streaming».