“La imagen de la vergüenza ¿Dónde está Emma Stone?” por Rafa García

Aunque pasar unos días tranquilos en Venecia siempre es un placer para este maltratado cuerpo por la vida y esta mente que necesita, como el aire que respira, un descanso no eterno, pero sí largo y prolongado, tuve la suerte de librarme de presenciar ese Festival de Cine conocido como la Mostra, que más bien debería llamarse ‘La Mosca (cojonera)’, aquí en Toronto he podido ver casi todo lo que se ha proyectado en las salas de la bella y carísima ciudad italiana, generalmente apestada de insufribles y repelentes turistas, y en el caso de La favorita (The Favourite) me las arreglé para verla haciendo una parada técnica, con desvío incluido, en mi viaje de hacia estas tierras donde paso, y padezco, la mayor parte del año. Dicho de otra forma tuve la fortuna de no padecer la penitencia (puede que merecida) a la italiana.  

Guillermo del Toro y su banda han cometido dos ataques al cine imperdonables y que este comentarista no olvidará para el futuro. Este ‘kultureta de salón’ le ha dado el León de Oro a su amiguito Alfonso Cuarón por una supuesta película (telefilm en el lenguaje que entendemos todos), que vista en un cine reconozco que no está nada mal, que los espectadores de todo el mundo no podrán ver en las salas de exhibición al tratarse de una producción de esa peste conocida como Netflix que se la ha reservado para sus abonados (la pasta por adelantado que así no hay riesgos). Como no hay lo que hay que tener, como en Cannes, ahora se premian películas en lo que antes eran los Festivales de Cine más importantes del mundo que no se pueden ver en los cines. Da asco la desvergüenza del tipejo éste, ése mismo que copió La mujer y el monstruo, le añadió cuatro aditamentos de otras películas de la época, y copiando el final, plano a plano, de una película protagonizada por Tom Hanks en los ochenta, lo llamó La forma del agua y le dieron el Oscar a la vez que algunos críticos parecían babear ante las imágenes que mostraba en la pantalla.

No contento con esta ‘hazaña’ le dio la Copa Volpi a la Mejor Actriz a Olivia Colman por su interpretación en La favorita (The Favourite) negándosela a quien de verdad la merecía que era Emma Stone por su interpretación majestuosa en la misma película (increíble su lucha por recuperar la posición perdida). No debió gustar que la estrella se marchase del ‘paraíso italiano’ nada más terminar la Premiere de su película y la presentase al día siguiente en otro Festival de menor rango, prestigio y relevancia. Hubiese entendido que el premio a la mejor interpretación femenina se concediera ex aequo a Emma Stone, Olivia Colman y Rachel Weisz (la gran olvidada tal vez por el pecado de no haber participado en la promoción del film), pero nunca que se dejase fuera a la protagonista de La La Land. Otra injusticia que perdurará escrita en piedra en la historia de la Mostra que ya no debe tener dónde apuntar tantas como ha cometido a lo largo de su existencia.

Llegados a este punto no resisto la tentación, ya que estoy hablando de actrices premiadas de comentarles el rumor, interesado, que corre por aquí según el cual Lady Gaga podría ser, este año, candidata (y con opciones) al Oscar por su trabajo en la nueva versión de Ha nacido una estrella (A Star Is Born). En Venecia la película pasó con división de opiniones, aquí parece gozar de cierto aprecio y a mi no me ha parecido ni bien ni mal, más bien todo lo contrario. No aporta nada a las versiones anteriores y  Bradley Cooper empieza a resultarme cargante. Pero volviendo al tema de Lady Gaga y el Oscar se me parte la caja cuando lo escucho a compañeros con cierta experiencia. Es la cima de lo grotesco elevado a la enésima potencia. Esa nadería no puede ganar un Oscar si es que los premios más importantes del mundo del cine no quieren pasar a ser la comedia del año, en versión dramática. Esto me recuerda cuando el año pasado en estas mismas calles, pasillo, hoteles y cafeterías se decía, con convencimiento para mi mayor hilaridad, que Jennifer Lawrence, ésa por la que tengo tanta simpatía, iba a ganar el Oscar por Madre! y terminó nominada a los  Razzies. Por algo Eastwood y Beyoncé se olvidaron de esta película. Al menos las risas no faltan en un festival donde hay días que la programación empieza a las 8.30 de la mañana y a las 12 de la noche sigue habiendo proyecciones.

Les decía que Bradley Cooper empieza a cargarme y es que el tío anda diciendo, o insinuando, que su relación con la protagonista que quiere un Oscar va más allá de lo profesional y podría entrar en lo personal y sentimental. Particularmente la vida sentimental del Bradley, como de cualquier otro, me la suda, pero que se use esa artimaña, tan arteramente, para promocionar su primera película como director y conseguir publicidad y promoción por la cara (nunca mejor dicho) me sienta como si me dan una patada en mis partes. Ya estoy muy cansado de estos patéticos personajes, y su trucos de colegio, que pululan a mi alrededor.

A vivir y a disfrutar que la vida es breve. Hasta la próxima amigos.

 

Rafa García
Relaciones Pública de ESTRELLAS EN LA NOCHE