El avión en el que viajaba el actor británico fue abatido en la costa gallega tras viajar a España con motivo de una supuesta misión secreta
Raquel Quelart – LA VANGUARDIA (1 de junio de 2018)
Barcelona – Son muchos los enigmas irresueltos sobre algunos sucesos acaecidos durante la Segunda Guerra Mundial. Uno de ellos es la trágica muerte del actor y espía británico Leslie Howard, cuya fama ha trascendido hasta nuestros días por su papel de Ashley Wilkes, el amor de Scarlett O’Hara en Lo que el viento se llevó (1939). El actor, uno de los más brillantes de su generación, falleció de manera prematura cuando su avión fue abatido a doscientas millas de la costa gallega.
Leslie Howard Stainer nació el 3 de abril de 1893 en Londres. Hijo de un corredor de comercio –Frank Howard-, su infancia transcurrió en los suburbios londinenses. Fue empleado de banca y sirvió al ejército británico durante la I Guerra Mundial. Una vez licenciado y sin trabajo, se dedicó al teatro, donde rápidamente se dio a conocer. En 1921 empezó una fulgurante carrera cinematográfica en Hollywood, aunque su época dorada llegó en los años treinta.
En aquella década Howard llegó a rodar una veintena de películas, entre las que destacan como los trabajos cinematográficos más exitosos del intérprete La Pimpinela Escarlata (1934), El bosque petrificado (1936), Pigmalión (1938) e Intermezzo (1939), además de Lo que el viento se llevó, de Víctor Fleming.
Íntimo amigo de Humphrey Bogart, Leslie Howard –con fama de mujeriego en Hollywood- fue amante de la actriz y bailarina donostiarra Conchita Montenegro. Una mujer que tuvo un papel fundamental en el último episodio de la vida del actor británico: su visita a España en el marco de una supuesta operación de los servicios secretos británicos.
Su relación amorosa con Montenegro ha quedado plasmada en diversas obras bibliográficas, como Mientras tú no estabas de Carmen Ro y Mi Pecado, de Javier Moro. En una entrevista a La Vanguardia con motivo de la publicación del libro, Moro describió al actor británico como un hombre “dubitativo, intelectual y siempre frustrado”, a quien le hubiera gustado ser escritor y “hacer teatro anónimo en Londres” en vez de triunfar en Hollywood.
El mismo año en el que se estrenó Lo que el viento se llevó estalló la Segunda Guerra Mundial y el actor, movido por su patriotismo, regresó a Gran Bretaña. Allí se involucró personalmente en el conflicto: trabajó en programas de radio orientados a animar la moral del pueblo británico, produjo algunos documentales y participó y dirigió varias películas de propaganda aliada como Los Invasores de Michael Powell.
Pero la tesis que defiende José Rey Ximena en el libro El vuelo del Ibis, fruto de su trabajo de investigación sobre la materia, es que en realidad Leslie Howard, al igual que ocurrió con otros actores y actrices de la época, desarrolló funciones de espía al servicio del Grupo de Operaciones Especiales (SOE, en sus siglas en inglés), un órgano creado a instancias de Winston Churchill para luchar de forma clandestina contra los ejércitos de ocupación de Adolf Hitler.
En el año 1943 este órgano de espionaje llevó a cabo una de sus misiones más importantes y la última para Leslie Howard. El actor, según Ximena, habría recibido el encargo de Churchill de transmitirle a Francisco Franco el mensaje de que no entrase en la II Guerra Mundial y que se mantuviera neutral. Varias cartas entre Howard y Anthony Eden, Secretario de Defensa británico, revelan que el actor fue enviado a España para cumplir con los esfuerzos de guerra británicos.
“Para eso había venido, y no para dar conferencias”. Así se lo confesó la propia Conchita Montenegro a José Rey poco antes de morir, en 2007. Una supuesta misión secreta disfrazada de visita oficial en la que el actor debía impartir una conferencia sobre Hamlet, obra de William Shakespeare, en el Instituto Británico de Madrid. Aprovechando la ocasión, Howard debía reunirse con Francisco Franco con la excusa de ofrecerse para una gran producción sobre Cristóbal Colón.
Conchita Montenegro, que en aquel momento estaba saliendo con el falangista Ricardo Giménez-Arnau –con quien poco después contrajo matrimonio-, habría hecho de enlace entre el actor y el dictador propiciando el encuentro entre ambos. El fatal desenlace sucedió el 1 de junio de 1943 cuando el avión que trasladaba a Howard de regreso a Londres –después de haber hecho escala en Lisboa- fue abatido por cazas de Luftwaffe frente a la costa de Cedeira, en A Coruña.
En el momento del suceso Leslie Howard tenía 50 años. Su cadáver nunca fue recuperado de las profundidades del océano Atlántico, al igual que el del resto de las personas que viajaban a bordo del aparato derribado. Unos hechos que durante décadas han planteado varios interrogantes. Por ejemplo, ¿por qué un avión civil fue atacado en una ruta considerada neutral y en la que nunca hasta entonces había habido incidentes?
Una hipótesis es que el objetivo del ataque fue el propio Leslie Howard, ya que el régimen de Hitler estaba molesto con él, ya fuera por la influencia de sus películas propagandísticas o por sus labores de espionaje. Otra teoría apuntan a que se debió a un error: los servicios secretos del régimen nazi pensaron que en el interior del aparato viajaba Winston Churchill.
Una falsa información facilitada por un espía a la que los alemanes habrían dado veracidad al confundir a uno de los pasajeros del avión con el primer ministro de Reino Unido, que en aquellos días había viajado a Argelia para entrevistarse con Roosevelt y se esperaba que volviera a Londres haciendo escala, al igual que Leslie Howard, en Portugal.
Por todo ello, 75 años después de aquel capítulo de la historia, la muerte del actor británico continúa envuelta de misterio.