Se retira Nicolas Cage y todavía no sabemos si brindar o llorar

Meterse en la cabeza del mítico actor es un deporte de riesgo solo comparable a meterse en una sala para ver una película protagonizada por él

Juan Sanguino – EL PAIS (4 de junio de 2018)

La próxima película de Nicolas Cage (California, 1964) podría ser la última, aunque él lleva 35 años interpretando cada papel como si fuera el último. El apodado Jimmy Stewart marciano personificó esa reflexión popular de que “quien a los 20 años no es revolucionario no tiene corazón y quien lo sigue siendo a los 40 no tiene cabeza”. Lo hizo cuando en 1995 ganó un Oscar por Leaving Las Vegas y decidió estrangular su carrera anterior de actor de arte y ensayo al servicio de genios locos como su tío Coppola (La ley de la calle), los Coen (Arizona Baby) o Lynch (Corazón salvaje).

La antiestrella que se había arrancado cuatro muelas para sentir el dolor de los soldados en Vietnam (Birdy) y se había comido una cucaracha cuando el guion indicaba que ingiriera un huevo duro (Besos de vampiro) mutó en producto pirotécnico al por mayor.

La roca, Con Air, Cara a cara o 60 segundos le (des)proporcionaron un estilo de vida que parece sacado de una comedia de los ochenta en la que un adolescente pide un deseo: dos islas privadas, 22 coches de lujo adquiridos solo en 2007, mascotas exóticas (un pulpo, un tiburón, un cocodrilo y dos cobras albinas) y un contencioso con el gobierno de Mongolia por comprar ilegalmente una calavera de tarbosaurus para decorar su salón.

Pero desde que la vulgar realidad le atrapó y el fisco le pidió cuentas hace una década, Cage ha rodado una media de cinco infrapelículas de acción al año. Ahora anuncia su retirada y el cine pierde a un actor que nunca ha cabido en la pantalla, pero el resto de artes saldrán ganando cuando se decante por una nueva faceta: estrella de la lucha libre, telepredicador, cazatesoros o, más probablemente, carne de reality show.

El 7 de abril seguirá siendo el Día Mundial de los Gifs de Nicolas Cage. No es para menos: ha hecho 87 películas y, gracias al método (inventado y acuñado por él mismo) de megaactuación, cualquier plano al azar da para gif.